Estuvimos a punto de que este BB, el Baby Bar?a, pusiese la pica en el Bernab¨¦u del 0-5 de la temporada 73-74.
Lo que no permite etapas bid¨®n es LaLiga, y menos en la previa del Cl¨¢sico.
Que nadie se f¨ªe. Lo de ¡®chicos j¨®venes¡¯ es una enga?ifa para pillarnos despistados. Ese nombre s¨ª le viene al pelo en cambio al actual Bar?a,
Ya s¨¦ que este arranque igualar¨ªa tambi¨¦n al del Tata Martino, que nos parec¨ªa que nos ¨ªbamos a comer el mundo y luego fue el mundo y se nos merend¨®.
A fin de cuentas, son las tierras m¨¢s azulgranas de la meseta, influencia del leon¨¦s C¨¦sar en el primer lustro de los a?os 50.
Olmo se puso a ejercer de delineante, de aparejador y de arquitecto. No creo que le falte trabajo continuo.
Cuando en el Bar El Puerto la televisi¨®n anunci¨® que tampoco esta vez jugar¨ªa Dani Olmo, uno de los clientes habituales, girando la mirada hacia la estatua del h¨¦roe del orgullo local, coment¨® ladeando la boina: ¡°Algu¨¦n merece unhas hostias. Nin Olmo nin Jundoj¨¢n¡±.
Si en a?o ol¨ªmpico hay Eurocopa o Copa Am¨¦rica, se adelantan esos campeonatos un a?o y a partir de ah¨ª a tirar millas.
A todos hemos ganado. Solo nos queda ya derribarla verja de Gibraltar
Llegaron entonces los c¨¢nticos de Montjuic, un plebiscito a favor del t¨¦cnico.
Los dos traspi¨¦s consecutivos del Girona nos lo deja en bandeja si esta noche derrotamos al colista y desahuciado Almer¨ªa.
Este final de temporada sin Champions League, sin Liga y sin Copa del Rey, parece el id¨®neo para planificar el futuro con paciencia.
?En qu¨¦ momento se jodi¨® el Bar?a? No creo que sea casualidad que coincidiese con la p¨¦rdida del pulso de su burgues¨ªa.
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