A Nadal y Alcaraz les queda un buen trecho que recorrer, necesario para superar a los rivales y para sentirse m¨¢s sueltos, mejor coordinados en la pista.
La lluvia aument¨® la complejidad de una ceremonia, producida exclusivamente para el disfrute televisivo.
La Selecci¨®n ha confirmado en la Eurocopa el verdadero potencial de la generaci¨®n que gan¨® el Europeo Sub-21.
No se ha visto hasta el momento mejor equipo que el espa?ol, ni m¨¢s atractivo.
14 a?os desde que Espa?a y Alemania se enfrentaron en un gran torneo
Espa?a venci¨® a Albania y, por el momento, se sabe qui¨¦nes son los titulares. Nadie emergi¨® como un aspirante neto a la titularidad.
Lamine Yamal y Nico Williams han a?adido el v¨¦rtigo y la creatividad que faltaba en las alas, sin renunciar a las obligaciones defensivas.
Estaba claro que las caracter¨ªsticas de Nico Williams y Lamine Yamal terminar¨ªan por influir en el modelo de juego de la Selecci¨®n.
El Bernab¨¦u despidi¨® a Kroos como merec¨ªa, un jugador excepcional que se niega a ser clasificado como la modernidad quiere que se mida a los jugadores. El f¨²tbol se resiste a los entom¨®logos que pretenden invadirlo.
El encuentro cerr¨® un par de especulaciones y abri¨® nuevas conversaciones con respecto a otros jugadores.
Valverde pone las ruedas al Madrid y las hace girar de manera irreprochable. Cada vez se habla m¨¢s en el f¨²tbol de energ¨ªa y vigor, de lo que en estos tiempos se llama tener piernas.
Brahim, Joselu, G¨¹ler y Fran Garc¨ªa aparecen para marcar nueve de los diez ¨²ltimos goles del Real Madrid
La fortuna no presidi¨® la remontada del Madrid. En cuanto a la dosis m¨ªstica, no se sabe cu¨¢nta interioriza el equipo y cu¨¢nta opera sobre sus rivales.
Su muerte estropea el paisaje del juego que tanto amaba. Pierde inteligencia, colorido y vitalidad. Pierden las ideas y tambi¨¦n la palabra.
Donde se pronosticaban carencias se ha detectado una abundancia. Ha sido un rotundo ¨¦xito colectivo, no de los titulares, tampoco de suplentes. Dif¨ªcil recordar un Madrid tan completo, con una nota media tan alta en conjunto.
El Madrid ha disputado ocho finales de la Copa de Europa desde 1998. Una costumbre que rompe todas las probabilidades y en el madridismo se ha instalado una sensaci¨®n de lo inevitable que no ocurre en ning¨²n otro club.
Arda ha jugado poco y ha dejado una peque?a secuencia de acciones deslumbrante. El caso del turco invita a la comparaci¨®n con el noruego del Arsenal.
Seg¨²n establece la ley de Murphy, el esc¨¢ndalo ten¨ªa que ocurrir en el partido m¨¢s se?alado del calendario y el m¨¢s da?ino para el cr¨¦dito de la Liga espa?ola.
No se recuerda a un Madrid m¨¢s encerrado y sometido a un agobiante ejercicio defensivo. Pero se las arregla como nadie para seguir adelante.
Al Madrid le cost¨® hincar el diente, pero aprovech¨® la media distancia, donde sus chutadores son implacables.
Un gran partido con errores graves, defectos en el juego y una sensaci¨®n trepidante que deja la eliminatoria donde estaba. Pero el City es casi invulnerable en su campo.
A diferencia de Vinicius, un futbolista arrollador que no deja un minuto en el plato, Rodrygo es una delicia de delantero que interpreta el f¨²tbol no a ratos, pero s¨ª a trav¨¦s de los raptos creativos que le surjan.
Detr¨¢s del encuentro se apreci¨® el intento de las dos selecciones por reencontrar el lugar que les corresponde...
Al brasile?o le corresponde examinar lo irresponsable de su comportamiento en muchas de sus actuaciones. En El Sadar empa?¨® su magistral partido con una virulenta y burlona protesta al ¨¢rbitro.
El Madrid funcion¨® como se espera del l¨ªder y el Celta, como los equipos que temen por su destino. La goleada tambi¨¦n anim¨® a la alegr¨ªa de la hinchada.
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