Es cierto que en algunas profesiones el ahora parece ser lo ¨²nico que cuenta. Pensemos en los entrenadores, por ejemplo...
Un buen entrenador siempre es un buen psic¨®logo. Tratar a todos por igual es injusto con todos.
¡°Desde hace ya mucho la Copa Intercontinental solo sirve para constatar el enorme abismo econ¨®mico que hay entre los equipos de uno y otro lado del charco...¡±
Record¨¦ a Rafa que la Liga, como la vida, es muy larga y que todo puede pasar en ella...
Yo ten¨ªa quince a?os y el mundo era entonces un lugar deslumbrante. Con esos ojos de primera vez observ¨¦ aquel brillante seleccionado colombiano dirig¨ªa.
No se me ocurre un momento mejor para reivindicar la figura del doctor...
Como otrora las huellas que nuestros ancestros dejaban en paredes, piedras, lienzos y papeles, los bites y datos en nuestros smartphones son teselas de un retrato de quienes los usamos.
Una gran parte de la tarea del entrenador es convencer de su papel a cada uno de sus jugadores.
Qu¨¦ extra?o es ver el partido de tu equipo en la pantalla peque?a de un chiringuito
El deporte es demasiadas veces como uno de esos activistas de causas siempre muy lejanas que son despu¨¦s incapaces de movilizarse por su vecino de portal.
En cierto sentido los veranos son a los clubes lo que el cambio de a?o es a las personas: tiempo de enmienda y de promesas de mejora.
Me encontraba en la orilla de la playa como recitaba Vinicius (el bueno, el de Mor?es), es decir, con la mirada perdida en el encuentro de cielo y mar...
Para que el f¨²tbol funcione como espect¨¢culo debe haber siempre la impresi¨®n de que algo est¨¢ en juego.
?Qu¨¦ otra cosa son Iribar, Butrague?o o Laudrup sino futbolistas, para siempre y con may¨²sculas?
Ver equipos con historia en divisiones menores me parte el alma...
Un d¨ªa imagin¨¦ hacer una especie de ¡®Good Bye Lenin¡¯, seguro que han visto la pel¨ªcula, versi¨®n Real Madrid y mentir a mi hijo, crearle un mundo imaginario en el que los blancos perd¨ªan siempre.
Por todo lo que implica sobre compa?erismo y lo que debe ser un equipo
A quien ha osado decir su nombre en vano, otros se lo han recriminado...
¡°La experiencia en casa, en pijama, con galletas en el sof¨¢, es incluso mejor que ir al estadio¡±. La frase, referida al espectador del f¨²tbol, es de Piqu¨¦.
La ilusi¨®n ya desborda la ciudad a la que m¨¢s importa la Copa.
En una de mis vi?etas favoritas de Peanuts el bueno de Charly Brown se lamenta de que, por mucho que se esfuerce en el campo de b¨¦isbol, siempre termina perdiendo.
Esto de las camisetas es como los besos: tan bonito es darlos como feo pedirlos...
En t¨¦rminos generales no hay nada peor para un futbolista que ser abucheado por tu propia afici¨®n. Pero, ?fue eso lo que sucedi¨® en el estadio?
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