Creo sinceramente que convertirse en un miembro de un equipo es lo mejor que se le puede desear a alguien que, de cierta forma, ha sufrido la soledad de la diferencia.
Que sea Espa?a, mi otro pa¨ªs, que haya ganado, me da un consuelo enorme.
No soy capaz de sentirme realmente feliz despu¨¦s de contemplar el mediocre espect¨¢culo que han ofrecido los ¡°Bleus¡± en la mayor parte del encuentro.
Ha sido tambi¨¦n un le¨®n en la recuperaci¨®n de la pelota, se incorpor¨® con destreza entre los centrales y su posicionamiento global fue siempre el que requer¨ªa el desarrollo de los debates.
Hay que decirlo una vez m¨¢s: en su propio pa¨ªs rechazaron a este ni?o porque su estatura y su falta de ¡°m¨²sculo¡± no correspond¨ªan a sus rid¨ªculos criterios.
Te va a pasar algo m¨¢gico en esta ciudad y en este club. Madrid es un lugar donde te sientes en casa al cabo de un cuarto de hora.
Gracias por no buscar excusas. Gracias por no se?alar nunca a un futbolista despu¨¦s de un mal partido. Gracias por asumir siempre tus responsabilidades y tambi¨¦n, a veces, las de los dem¨¢s.
Como siempre, es el equipo blanco el que, con sus haza?as europeas y una nueva presencia en la final de la Champions, permite maquillar la realidad del campeonato espa?ol.
Se est¨¢ hablando de un dilema, pero no es realmente un dilema porque el sentido com¨²n y la realidad futbol¨ªstica se imponen claramente a favor de Courtois.
ser del Madrid es sobre todo vivir en un estado de fiesta eterna. Es estar preparado para recibir continuas noticias positivas y saber que, con el tiempo, lo malo siempre se transforma en lo bueno...
Davide Ancelotti fue quien insisti¨® para incorporar a un nueve de toda la vida en el partido contra el Bayern.
Lo que llaman ¡°suerte¡± es esa capacidad que tiene el Madrid de trastornar la l¨®gica de los dem¨¢s.
Hay gente preocupada por Bellingham. Yo no. Simplemente est¨¢ digiriendo, asimilando su nueva vida. Recibiendo un ¡°golpe de realidad¡±.
La modernidad quiere quitar al equipo alem¨¢n y sustituirlo por el City del ¡®gur¨²¡¯ Guardiola y de los petrod¨®lares de los Emiratos. Pero el Cl¨¢sico es este.
Si empata o incluso gana el Madrid, nadie le felicitar¨¢. Pero si pierde, estoy seguro de que se acusar¨¢ al club blanco de desvirtuar la competici¨®n.
Un madridista est¨¢ siempre s¨®lo ante la realidad. Aunque sea cruel. Aunque sea triste.
Es honesto reconocer que Bellingham fue el peor del equipo la semana pasada en el Bernab¨¦u y decepcion¨® a todos. Hoy tiene que ser un gran d¨ªa para ¨¦l.
El franc¨¦s es un futbolista que se inscribe dentro de la modernidad del f¨²tbol, esa que pide verticalidad, transiciones r¨¢pidas para romper las l¨ªneas.
?Se puede ser tan seguidor de un entrenador como de un jugador? Creo que s¨ª. De hecho estoy seguro. Y voy intentar explicar el porqu¨¦ yo soy de Ancelotti y no de Guardiola.
Resulta rid¨ªculo, como mucha gente afirma con la voluntad de explicar lo que en realidad es incapaz de entender.
Imaginarse a Mbapp¨¦ pisar cada domingo los estadios de Espa?a aportar¨¢ un viento de frescura y confianza que no tiene precio. Todos atacan al Madrid, pero el Madrid les est¨¢ salvando el trasero.
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