La boxeadora Miriam Guti¨¦rrez y la atleta paral¨ªmpica Carmen Gim¨¦nez fueron v¨ªctimas de malos tratos. Este viernes, D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer, cuentan sus experiencias y el papel del deporte como herramienta sanadora.
S¨®lo la esperanza une m¨¢s que el dolor. La boxeadora Miriam Guti¨¦rrez (Madrid, 21 de febrero de 1983) y la atleta paral¨ªmpica Carmen Gim¨¦nez (Madrid, 17 de abril de 1980) fueron v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero y este viernes, D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer, desempolvan sus recuerdos para que su ejemplo sea luz en la oscuridad de aquellas que sufren. ¡°Se puede salir. Si nosotras hemos conseguido vivir, sonre¨ªr... Ellas tambi¨¦n pueden hacerlo¡±, corrobora Miriam antes de comenzar su relato.
"La gente me dec¨ªa: 'T¨² eres boxeadora, fuerte y guerrera'. Ya, pero me fui haciendo peque?ita"
MIRIAM GUTI?RREZ
¡°Hab¨ªa empezado con una pareja con la que surgieron tiranteces. No eran golpes, sino frases: ¡®No vayas as¨ª, ?c¨¢mbiate!¡¯, ¡®No hagas eso¡¯... No, no, no. Eso fue en aumento y no me daba cuenta. A pesar de tener car¨¢cter, te vas haciendo peque?ita y la gente no lo entiende. Me dec¨ªan: 'T¨² eres boxeadora, fuerte y guerrera'. Ya, pero me fui haciendo peque?ita. El resto lo ve¨ªa, yo no¡±, confiesa La Reina, que dispar¨® las alarmas de su entrenador, Jero Garc¨ªa, durante un pesaje para un campeonato. ?l le vio unos moratones que no eran del ring: ¡°Eran unas marcas en un brazo, fruto de un agarr¨®n. Al preguntarme, me dio miedo decirle la verdad y sal¨ª corriendo. Me busc¨® y le evitaba. No volv¨ª hasta que no fui capaz de afrontar todo¡±. Ese d¨ªa lleg¨®, despu¨¦s de que la ansiedad y el silencio (¡°tem¨ªa que no me creyeran¡±) se adue?aran de su vida. ¡°Estaba de nueve meses. Me llev¨¦ un golpe grand¨ªsimo en el p¨®mulo y ca¨ª contra el suelo. Intent¨¦ proteger la panza, pens¨¦ que mi hija hab¨ªa muerto. No me qued¨® m¨¢s remedio que denunciar¡±, dice con la fortaleza que Zayra le dio: ¡°Mi valor y mi suerte fue ella. Mi hija es mi ¨¢ngel, me hizo despertar¡±.
Carmen reconoce buena parte de ese relato porque los agresores emplean algunos patrones comunes. ¡°Estamos juntas¡±, le anima Miriam. ¡°El otro d¨ªa, la ministra Mar¨ªa Jes¨²s Montero dijo que las mujeres estamos atadas por hilos invisibles, que nadie puede cortar. Eso he sentido escuch¨¢ndote. Nos une algo duro que nos hace fuertes¡±, le responde la atleta. ¡°Yo tambi¨¦n viv¨ª ese proceso de anulaci¨®n. Ten¨ªa 29 a?os entonces, con car¨¢cter, estudios, trabajo, casa, amigas¡ Nada te exime de estar expuesta. Al principio par¨¦ esas humillaciones y desprecios, pero un mes o mes y medio. Exigimos a las v¨ªctimas que dejen o denuncien a su pareja y lo ¨²nico que pueden hacer es sobrevivir¡±, expone Carmen, mientras Miriam asiente: ¡°Totalmente¡±.
Su narraci¨®n contin¨²a. ¡°Luego aprend¨ª conceptos como el de luz de gas... No ten¨ªa certeza de nada porque ¨¦l le daba la vuelta a todo y me culpaba. Siempre hab¨ªa conflicto. La agresividad verbal dio paso a la f¨ªsica. La agresi¨®n ¨²ltima fue tirarme desde un tercer piso. Sobreviv¨ª, aunque te quedan secuelas y no hablo s¨®lo de la lesi¨®n medular...¡±, apunta la paral¨ªmpica. Este episodio ¡ªsucedido aquel fat¨ªdico 12 de marzo de 2012¡ª la dej¨® en silla de ruedas y casi no lo cuenta. ¡°Hubo vecinos que me oyeron gritar, el golpe y bajaron a auxiliarme. Vinieron los servicios sanitarios, la Polic¨ªa¡ Nadie inici¨® una investigaci¨®n, ni le tomaron declaraci¨®n a ¨¦l o a alg¨²n vecino. Fui directa a la UCI, donde estuve 28 d¨ªas intubada, con respiraci¨®n asistida¡ Nadie investig¨® hasta que, seis meses m¨¢s tarde, sal¨ª del hospital y denunci¨¦. Me volv¨ª a sentir agredida por el sistema porque mi caso termin¨® en un sobreseimiento¡±, lamenta.
M¨¢s suerte tuvo Miriam tras su denuncia en 2004. ¡°Hubo un seguimiento y estuvieron muy pendientes de m¨ª. Ah¨ª tuve que afrontar y enfrentar lo que duele¡±, explica La Reina, cuyos tatuajes le recuerdan qui¨¦n es y todo el camino. Su piel luce los nombres de sus hijos, una leona y en el brazo tiene la palabra ¡®resiliencia¡¯ junto a una rosa con sus espinas. Una met¨¢fora de la vida. El deporte irrumpi¨® de nuevo como una catarsis, su renacer de las cenizas. ¡°Me devolvi¨® la ilusi¨®n y me ayud¨® a volver a confiar porque no pod¨ªa ver a un hombre. Estaba rabiosa. Mis compa?eros me tendieron la mano y entend¨ª que no todos son iguales¡±, sentencia la boxeadora, cuyo t¨ªtulo m¨¢s preciado no lo logr¨® sobre el cuadril¨¦tero, sino con la educaci¨®n de su hija: ¡°Su cara al nacer me dio fuerza. Ahora tiene 18 a?os y los valores que le ha transmitido su madre. Sabe lo que debe permitir y lo que no. Es mi gran satisfacci¨®n¡±.
"Mi hijo Bruno fue la llave del atletismo. ?l me empoder¨® y el deporte me reconcili¨® con el ser humano"
CARMEN GIM?NEZ
El deporte tambi¨¦n ha sido una constante en la vida de Carmen. Antes de la paraplejia, montaba en bici y a caballo, nadaba, escalaba, iba al gimnasio... y despu¨¦s, se centr¨® m¨¢s en la rehabilitaci¨®n. Su hijo Bruno fue el punto de inflexi¨®n. Su nacimiento y fallecimiento el 4 de septiembre de 2018 se convirti¨® en el segundo y m¨¢s descarnado golpe de la vida. ¡°Me puse de parto y llam¨¦ al 112 hasta en cuatro ocasiones. Mi hijo naci¨® en casa, estuvimos 62 minutos solos y para cuando llegaron los m¨¦dicos hab¨ªa entrado en parada cardiorrespiratoria. Lleg¨® vivo al hospital, pero muri¨®. Aunque Bruno ha cambiado la vida a muchas personas... Me hizo sentir que lo m¨¢s importante no es la vida, sino el amor. Le quise antes de nacer y le sigo queriendo despu¨¦s de morir¡±, cuenta la paral¨ªmpica, con una dulzura y un amor, que llenan los ojos de l¨¢grimas a Miriam. ¡°Bruno fue la llave del atletismo. Escrib¨ª su nombre en mi silla y grab¨¦ sus pies en una medalla que llevo conmigo siempre y juntos recorremos las calles. Cuando vi las dificultades de una persona con discapacidad f¨ªsica para correr, quise darle visibilidad y cre¨¦, junto a mi entrenador, Roberto ?lvarez, un club de atletismo y una Fundaci¨®n: Run For You. Bruno me empoder¨® y el deporte me reconcili¨® con el ser humano¡±, concluye emocionada Carmen.
El miedo, la falta de autoestima, la verg¨¹enza... Son la soga que atrapa a las v¨ªctimas de estas m¨²ltiples formas de violencia: la social, la econ¨®mica, la vicaria... Pero ambas deportistas lanzan un mensaje de optimismo: ¡°Hay vida m¨¢s all¨¢¡±. Se ha avanzado en la lucha contra la violencia de g¨¦nero, aunque todav¨ªa queda un largo camino por delante. ?La f¨®rmula para erradicarla? ¡°Respeto, concienciaci¨®n... y ayuda a las v¨ªctimas¡±, propone La Reina, que actualmente es concejala de Mujer en Torrej¨®n de Ardoz. Ese es su particular combate ahora, pero avisa. ¡°A¨²n no he colgado los guantes, me queda una pelea de despedida¡±, r¨ªe, quien fuera campeona de Europa y de WBA Gold.
"El deporte te hace desahogarte y sentirte ¨²til. Es sanador. No sabr¨ªamos vivir sin ¨¦l"
MIRIAM Y CARMEN
Para Carmen, la educaci¨®n es la herramienta clave para acabar con esta lacra, que en 2022 ya se ha cobrado la vida de 38 mujeres. ¡°La Ley de Violencia de G¨¦nero de 2004 era necesaria, pero no suficiente. La sociedad ha avanzado m¨¢s que las instituciones¡±, manifiesta la atleta, campeona de Espa?a de 800, 1.500 y 5.000 metros. Su pr¨®ximo objetivo ¡ªsiempre y cuando su fractura en la tibia de la pierna derecha se lo permita¡ª ser¨¢ ir a por la Marat¨®n. ¡°Es que el deporte te permite desahogarte y sentirte ¨²til¡±, puntualiza Miriam, a lo que Carmen a?ade: ¡°Es sanador¡±. ¡°No sabr¨ªamos vivir sin ¨¦l¡±, puntualizan.
Ambas deportistas, cuyas vidas han inspirado dos documentales (Carmen Gim¨¦nez. Una vida para vivirla y La vida a golpes, La Reina), se funden en un c¨®mplice abrazo, seguras de que sus caminos volver¨¢n a cruzarse. Est¨¢n unidas por ese hilo invisible y ya eterno, el de la supervivencia y la esperanza.