Hace cuatro d¨¦cadas, en 1982, Juan Jos¨¦ Laso Rhodes fue a ver a su hijo de 17 a?os a Sheffield, la ciudad en la que estaba estudiando ingl¨¦s ese verano. Lo recogi¨® y lo llev¨® a pasar el d¨ªa a Nottingham, alrededor de setenta kil¨®metros m¨¢s al sur. Ya en Nottingham, Juan Jos¨¦ Laso Rhodes y su hijo se dirigieron a un ¨²nico lugar: el City Ground, el estadio del Nottingham Forest Football Club, que se asienta desde el a?o 1898 en la ribera del r¨ªo Trent. Estuvieron todo el d¨ªa visitando sus instalaciones, gastando el tiempo en sus oficinas. Adem¨¢s, comieron junto a ¨¦l, aunque no lo hicieron solos: otros tres hombres ingleses los acompa?aron en esa comida.

Lo recuerda, mucho tiempo despu¨¦s, ya en 2021, Juan Jos¨¦ Laso Palomares, aquel joven de 17 a?os que en la actualidad es un adulto de m¨¢s de 50. Y lo hace a 1.900 kil¨®metros de distancia, en Guadalajara, la localidad espa?ola en la que otro estadio a la ribera de un r¨ªo, el Municipal Pedro Escart¨ªn, a orillas del Henares, uni¨® sorprendentemente a dos clubes, el Forest y el Club Deportivo Guadalajara, cuando uno dominaba el f¨²tbol europeo y el otro acababa de ascender a Tercera Divisi¨®n desde Regional Preferente. Fue debido al Trofeo Alcarria, la ?ambici¨®n personal? de Juan Jos¨¦ Laso Rhodes. ?Es una historia bonita?, avisa su hijo. Y a?ade: ?Si lo ves con los ojos de hoy en d¨ªa, es imposible que pudiera haber sucedido?.

Juan Jos¨¦ Laso Rhodes, el principal protagonista de esa historia, naci¨® el 20 de noviembre de 1936 en Cabanillas del Campo, una localidad de la provincia de Guadalajara, y debut¨® como futbolista con el Deportivo Guadalajara el 20 de noviembre de 1953, el mismo d¨ªa en el que cumpli¨® 17 a?os. Fue en el extinto Campo del Productor, en una derrota por la m¨ªnima de los alcarre?os contra el Don Benito en un partido del grupo IV de la Tercera Divisi¨®n. ?Debut¨® en las filas del Guadalajara el joven jugador Laso, primero como extremo derecho, en cuyo puesto, que no es el suyo, no hizo grandes cosas. Luego pas¨® a medio volante y entonces dio una lecci¨®n de c¨®mo se juega en esa zona, cortando mucho y pasando con gran precisi¨®n?, describi¨® en su cr¨®nica el peri¨®dico Nueva Alcarria la actuaci¨®n del debutante deportivista, que se convirti¨® en un fijo del equipo guadalajare?o a lo largo de los siguientes a?os, llegando a ser internacional universitario con Espa?a y coincidiendo en Guadalajara con el zaragocista Carlos Lapetra y el atl¨¦tico Isacio Calleja antes de pasar, ya en el curso 1958-1959, al Rayo Vallecano, que militaba en Segunda Divisi¨®n, equipo en el que jug¨® doce partidos.

Tras esa ¨²nica campa?a en Vallecas, Laso fich¨® por el Real Madrid, si bien su destino podr¨ªa haber sido diferente, en concreto, situ¨¢ndolo como jugador del Atl¨¦tico de Madrid: el 12 de junio de 1958, Javier Barroso S¨¢nchez-Guerra, presidente del club colchonero, y el futbolista alcarre?o llegaron a firmar un contrato en el que Laso se compromet¨ªa a actuar en el equipo rojiblanco a partir del 1 de septiembre de ese a?o a raz¨®n de 1.500 pesetas al mes (9 euros). De esa posibilidad inacabada solamente quedan ahora los recuerdos de ese documento y de una foto en blanco y negro en la que Laso aparece con la el¨¢stica del Atleti, as¨ª como las palabras de arrepentimiento ante esa decisi¨®n que el propio Laso pronunci¨® a?os despu¨¦s en la prensa de C¨¢diz: ?Pues, ver¨¢ usted, m¨¢s bien arrepentido, pues para jugar en el Real hay que ser en seguida un superclase, de lo contrario se ponen a cederte a los clubes con el consiguiente perjuicio que esto trae consigo. Si hubiese fichado por el Atl¨¦tico, a estas horas estar¨ªa jugando en Primera Divisi¨®n y tendr¨ªa una buena cuenta corriente en un banco?, afirm¨® en una entrevista al periodista Don Boni.

En cualquier caso, esas palabras de Laso, que en esa pelea entre los rivales madrile?os fue fichado por el propio Miguel Mu?oz y que se decant¨® por el conjunto merengue porque, como ¨¦l mismo admiti¨® en prensa, las condiciones de su contrato profesional de cuatro a?os de duraci¨®n eran exponencialmente mejores, fueron una excepci¨®n, ya que su agradecimiento al club madridista siempre fue eterno, tal y como mostr¨® en multitud de ocasiones: ?Todo jugador del Real Madrid no puede tener queja alguna en lo econ¨®mico, pues caballero y generoso se porta como ninguno?, le dijo una vez en 1960 al periodista Bernab¨¦ Rela?o en el peri¨®dico Nueva Alcarria.

De su paso por el Real Madrid destacaron algunos desplazamientos y los amistosos en los que jug¨® con el primer equipo, su presencia en la lista de jugadores inscritos en la quinta Copa de Europa consecutiva que cosecharon los madridistas, su ausencia de debut en alg¨²n partido oficial, las reiteradas cesiones y, sobre todo, sus entrenamientos con los Di St¨¦fano, Puskas y compa?¨ªa. Especialmente, con Gento: ?Cuando jugaba en el Plus Ultra y entrenaba contra el primer equipo del Real Madrid le hac¨ªan entrenar sin botas porque era muy le?ero y ¨¦l cubr¨ªa a Gento, para que no le diera patadas?, rememora con una sonrisa su hijo.

Precisamente, el Plus Ultra fue el primer conjunto al que el club madridista lo cedi¨® en una trayectoria deportiva en Segunda Divisi¨®n que tambi¨¦n lo llev¨® a la UD Salamanca (pese a que ese a?o tuvo ofertas del Real Mallorca y del Elche CF, ambos en Primera Divisi¨®n), al H¨¦rcules CF, al CD San Fernando (donde fue dado de baja, seg¨²n sus propias palabras, ?porque era un jugador demasiado caro¡­ para un club tan pobre?) y, previo paso por el Bal¨®n de C¨¢diz de Tercera Divisi¨®n, al C¨¢diz CF a cambio de ?cinco mil pesetas por partido oficial jugado aparte del sueldo y dem¨¢s cosas?. All¨ª, Laso se convirti¨® en el jugador m¨¢s expulsado del conjunto gaditano en esos a?os y su falta de disciplina puso pr¨¢cticamente fin a su carrera: el ¨¢rbitro De Sosa lo ech¨® del campo dos veces, una por protestar (cuatro partidos de sanci¨®n) y otra por agresi¨®n al colegiado (diecis¨¦is partidos de sanci¨®n). ?Nunca fui un ejemplo de jugador disciplinado?, reconoci¨® el propio Laso ya en los a?os ochenta en el peri¨®dico Nueva Alcarria. ?Me gustaba divertirme?, a?adi¨®. Y complet¨®: ?Nunca he hecho la pelota a nadie?.

No en vano, tras esas sanciones, Laso regres¨® a Tercera Divisi¨®n en la temporada 1966-1967 al fichar por el Atl¨¦tico Sanluque?o, la ¨²ltima etapa lejos de Guadalajara para un futbolista comod¨ªn que se desempe?¨® de forma recurrente en el lateral derecho, pero tambi¨¦n de defensa central y de medio volante. ?Un jugador de clase juega siempre donde lo pongan, yo lo hago as¨ª?, espet¨® en la entrevista con el periodista Don Boni. Y sentenci¨®: ?El jugador de quien se habla es porque tiene algo, aunque pretendan desprestigiarlo. Del que no se habla es porque resulta mediocre, que es lo peor?.

El ep¨ªlogo como futbolista de Juan Jos¨¦ Laso Rhodes sucedi¨® en la misma categor¨ªa y en el mismo equipo en el que todo hab¨ªa comenzado. Aquel Laso que se retir¨® en el curso 1967-1968 tras disputar una ¨²ltima temporada con el Deportivo Guadalajara en Tercera Divisi¨®n ten¨ªa ya 31 a?os, hab¨ªa estudiado Ciencias Qu¨ªmicas en Salamanca y se hab¨ªa graduado en la especialidad de m¨¢quinas marinas en la Escuela de Ingenieros Navales de C¨¢diz (m¨¢s tarde, completar¨ªa sus estudios con una diplomatura en Marketing en la Escuela Superior de Ingenieros Comerciales y con un Graduado Social por la Universidad de Granada), y, tras casi diez a?os lejos de la capital alcarre?a, estaba completamente preparado para el siguiente cap¨ªtulo de su vida: ser el joven e inexperto presidente de un club de f¨²tbol en el que, como ¨¦l mismo manifest¨® a?os despu¨¦s en el peri¨®dico Nueva Alcarria, ?no hab¨ªa ni un par de botas, el campo carec¨ªa de agua corriente y los jugadores ten¨ªan que ducharse con bidones?.

De hecho, tras jugar en Tercera Divisi¨®n quince de sus dieciocho primeras temporadas de existencia, el Deportivo Guadalajara se retir¨® de las competiciones desde 1965 a 1967 al quedarse sin terreno de juego tras el derribo del Campo del Productor y entr¨® en una grave crisis institucional que casi desemboc¨® en su desaparici¨®n, para certificar la incertidumbre inherente a su existencia desde su fundaci¨®n: desde que Jaime Pujades fuera elegido como presidente por 28 compromisarios en representaci¨®n de 814 socios el 26 de abril de 1947, el club alcarre?o acumulaba ya en esa ¨¦poca seis presidentes diferentes, dos presidentes accidentales, tres comisiones gestoras y otros tantos per¨ªodos cercanos a la desaparici¨®n, en 1958, con una deuda de 200.000 pesetas (1.202 euros), en 1962, y tambi¨¦n en 1965, despu¨¦s de quedarse sin campo en el que jugar.

Ya en 1967, la situaci¨®n continuaba siendo especialmente grave para un club en el que su presidente, Manuel Ramos, hab¨ªa anunciado su decisi¨®n de abandonar su cargo y que, en su vuelta a las competiciones, de nuevo en Tercera Divisi¨®n, hab¨ªa estrenado en encuentro oficial, el 17 de septiembre de 1967, con una victoria ante el Real ?vila, un nuevo estadio, llamado por entonces Campo del Henares, que no solamente no ten¨ªa agua corriente, sino que era inaccesible y que, adem¨¢s, se estaba cayendo. ?A los ocho meses de terminarse, el campo de f¨²tbol del Guadalajara ha empezado a hundirse?, fue el titular de Bernab¨¦ Rela?o en la noticia del jueves 15 de agosto de 1968 aparecida en el peri¨®dico Nueva Alcarria, en la que el periodista guadalajare?o explicaba que despu¨¦s de que en el mes de febrero de 1967 la Delegaci¨®n Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica y Deportes hubiera adjudicado las obras con un presupuesto de 5.469.121 pesetas (32.870 euros) para la construcci¨®n de un campo de 60 x 100 metros y con capacidad para 6.000 personas (1.000 de ellos de asiento), el citado Campo del Henares, que todav¨ªa no se hab¨ªa entregado de forma oficial, se estaba derrumbando. ?Uno de los laterales precisamente donde se sit¨²a el p¨²blico se ha ca¨ªdo totalmente en una longitud de 47 metros?, narr¨® en su texto. Y continu¨®: ?Detr¨¢s de la tribuna existe un pasillo de unos cien metros de largo de los cuales se han levantado poco menos de la mitad y se ha ca¨ªdo la alambrada que cerca el campo?.

Es decir, un club desahuciado y un equipo que hab¨ªa descendido de nuevo a Primera Regional. Esa fue la situaci¨®n con la que se encontr¨® Juan Jos¨¦ Laso Rhodes el 1 de junio de 1968, cuando se convirti¨® en el nuevo presidente del Club Deportivo Guadalajara tras la dimisi¨®n definitiva de Manuel Ramos y con el ¨²nico aval de haber sido un futbolista reci¨¦n retirado. Con ¨¦l continuaron los problemas econ¨®micos recurrentes a lo largo de la historia del club deportivista, pero dicha entidad tambi¨¦n alcanz¨® por fin una cierta estabilidad institucional: en su primera etapa como presidente del club alcarre?o, Laso se mantuvo en el cargo hasta el 30 de junio de 1980, el per¨ªodo m¨¢s largo de cualquier presidente en el CD Guadalajara hasta ese momento, y llev¨® con mano firme, pr¨¢cticamente absolutista, al D¨¦por a protagonizar, con permiso de la fase de ascenso a Segunda Divisi¨®n del curso 1950-1951 que le enfrent¨® contra equipos como el Real Betis o el Recreativo de Huelva, su primera gran era exitosa, para algunos de sus aficionados, la mayor de toda su historia.

?Fue una ¨¦poca muy distinta y muy bonita. ?ramos una familia?, recuerda en la actualidad Jes¨²s Uchi Carlavilla, subalterno habitual de Laso en las directivas deportivistas de aquellos a?os. Aunque matiza: ?Juanjo era muy personal, lo llevaba ¨¦l todo, acaparaba todo. Era Dios en el Deportivo Guadalajara?. Unas palabras que, de hecho, encuentran apoyo en las declaraciones que el propio expresidente deportivista realiz¨® a lo largo de su vida: ?En todos los sitios donde mandan muchos no manda nadie y es un desastre?, reconoci¨® en abril de 1980 en el medio Flores y Abejas. Y en Nueva Alcarria, unos a?os despu¨¦s, mientras alardeaba de que su car¨¢cter no iba ?con las palmaditas en la espalda ni con las sonrisas forzadas ni con el lagoteo?, prosigui¨®: ?Yo creo que lo bueno en Espa?a ser¨ªa una democracia dictatorial, si fuera posible, porque la democracia hay que hacerla respetar?.

Bajo ese liderazgo personalista de Laso, ?otro de aquellos mandatarios caciquiles y dictatoriales, tambi¨¦n pintorescos, tan propios de la ¨¦poca, solo que a peque?a escala? como le defini¨® una vez el periodista y escritor alcarre?o Rafael Gonz¨¢lez Tejel, el Club Deportivo Guadalajara consigui¨® que llegara el agua corriente a su estadio, construy¨® las gradas y los vestuarios, puso el c¨¦sped en el terreno de juego y tambi¨¦n la iluminaci¨®n nocturna, estos ¨²ltimos dos hitos en el a?o 1974. Antes, el 1 de abril de 1970, a partir de las 17 horas, el Campo del Henares pas¨® oficialmente a denominarse Estadio Pedro Escart¨ªn, con un partido entre el D¨¦por y la Selecci¨®n Espa?ola de Aficionados, que contaba con Goyo Benito, Toni Grande y Quini. El encuentro termin¨® con empate a uno y el propio Pedro Escart¨ªn, a sus 67 a?os, arbitr¨® durante cinco minutos con el permiso de Camacho, el colegiado internacional que dirigi¨® el choque.

?Hay que estar totalmente loco para ser presidente del Deportivo Guadalajara?, se sincer¨® Laso sobre su primer periplo como m¨¢ximo mandatario deportivista en el a?o 1980 en Flores y Abejas. Y un par de meses despu¨¦s continu¨®: ?Yo dir¨ªa que el Guadalajara ha tenido innumerables problemas, pero el m¨¢s importante no cabe duda que el campo?. El propio Laso cifr¨® el dinero invertido por el club alcarre?o en el Pedro Escart¨ªn en su primera etapa como presidente en 6.121.500 pesetas (36.790 euros), adem¨¢s de pagar anualmente 36.000 pesetas (216 euros) por sus derechos de uso. ?Antes en los clubes la gente trabajaba por la cara. A todos los directivos que estaban en el Deportivo Guadalajara les costaba dinero el Guadalajara y a mi padre, mucho tambi¨¦n?, concuerda en la actualidad su hijo.

No en vano, esos doce a?os de Laso como presidente del Club Deportivo Guadalajara estuvieron marcados por tres grandes narrativas. Por un lado, los citados y persistentes problemas econ¨®micos: en 1968, cuando Laso inaugur¨® su cargo, el club guadalajare?o ten¨ªa 40.000 pesetas de d¨¦ficit (240 euros) y, en 1980, cuando lo finaliz¨®, esa cifra ascend¨ªa ya a los seis millones de pesetas (36.060 euros). ?Me preocupa enormemente la cuesti¨®n econ¨®mica del club, que es catastr¨®fica?, reconoci¨® abiertamente el expresidente deportivista en Flores y Abejas al t¨¦rmino de la temporada 1977-1978. Un par de a?os antes, en 1976, tras ser reelegido por aclamaci¨®n, el propio Laso, incluso, exigi¨® que todos los socios aportaran 1.000 pesetas (6 euros) cada uno para poder liquidar a los jugadores si quer¨ªan que ¨¦l continuara en el cargo. Asimismo, tambi¨¦n en 1976, en el mes de febrero, el club alcarre?o celebr¨® una cena para que los socios y aficionados colaboraran para, como se dec¨ªa en una noticia aparecida en el diario Pueblo, ?sanear la endeble econom¨ªa del club?: actu¨® Roc¨ªo Jurado, acudieron 170 personas y se recaudaron a base de donativos 1.800.000 pesetas (10.818 euros). Por ello, por la continua incertidumbre econ¨®mica, ya en 1980, Laso ten¨ªa claro hac¨ªa d¨®nde ten¨ªan que dirigirse los clubes de f¨²tbol: ?El futuro de los clubes es constituirse en sociedades an¨®nimas?, manifest¨® en todos los medios de comunicaci¨®n en los que le preguntaron, incluida la parte deportiva del programa Hora 25 de la Cadena Ser, a donde el aclamado periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa lo llev¨® en abril de ese mismo a?o.

La segunda narrativa fueron las continuas pol¨¦micas originadas por el propio Laso, una ?figura discutida? en Guadalajara, con ?ardientes defensores y furibundos detractores?. ?Mi padre era inaguantable. Era pol¨¦mico, no ten¨ªa mano izquierda, nunca la tuvo. Pero para mi padre el f¨²tbol era su vida, lo dio todo por el f¨²tbol, primero como jugador y luego como presidente del Deportivo Guadalajara?, defiende su hijo la figura de una persona que no tuvo miedo de enfrentarse a nadie. Ni a las instituciones: ?Lo m¨¢s grave es ver que el equipo representativo de una provincia y una ciudad no tiene el respaldo que deb¨ªa de tener de los m¨¢ximos organismos provinciales y locales, me refiero a la Diputaci¨®n y al Ayuntamiento?, se?al¨® directamente en una ocasi¨®n. Ni a los pol¨ªticos: ?Yo desde luego me f¨ªo de las personas, pero no de los pol¨ªticos?, se vanaglori¨® en otra oportunidad. Ni a sus propios directivos: ?Es muy bonito estar a la hora del triunfo, pero es dif¨ªcil estar en las horas bajas?, se lament¨® en una asamblea del club deportivista. Ni a los socios: ??Ha apoyado la afici¨®n? Rotundamente no, as¨ª de claro?, culpabiliz¨® otra vez. Ni a los aficionados: ?El f¨²tbol muchas veces no tiene l¨®gica, de ah¨ª su dificultad, a pesar de que todo el mundo cree que entiende?, dej¨® caer en otra entrevista. Ni a los medios de comunicaci¨®n, especialmente contra ?ngel Asensio, periodista del medio guadalajare?o Flores y Abejas, que, pese a todo, despidi¨® en 1980 en un art¨ªculo de opini¨®n con alabanzas al presidente de la ?etapa que podr¨ªa calificarse como la de mayor brillantez de toda la historia del Deportivo?: ?Juanjo Laso ha sido un presidente controvertido, pol¨¦mico, pero algo que nunca nadie podr¨¢ negarle es su acendrado cari?o al Deportivo Guadalajara. En Juanjo Laso los hechos primaban sobre las palabras; no era hombre de mano izquierda, y a veces esta falta de diplomacia ha resultado perjudicial para el Club; ha sido un hombre que ha defendido a capa y espada todo cuanto significase el Deportivo Guadalajara. Se volc¨® en el Deportivo y quiso llevarlo lo m¨¢s alto posible?, escribi¨®. ?Ah¨ª est¨¢n para atestiguarlo, ese campo de f¨²tbol Pedro Escart¨ªn, en el que se podr¨¢ estar de acuerdo o no con la f¨®rmula de cesi¨®n al Deportivo, con un c¨¦sped mejor que el de muchos campos de primera divisi¨®n y con esa grada de fondo construida legalmente o no, pero que surgi¨® como demostraci¨®n de la voluntad de un equipo directivo?, complet¨®. Y finaliz¨®: ?Los doce a?os que Juanjo Laso estuvo al frente del Deportivo seguramente ser¨¢n recordados, cuando el tiempo permita afrontar los hechos con perspectiva hist¨®rica, como una de las etapas m¨¢s gloriosas y discutidas de la historia del Club?.

Porque, de hecho, la tercera y ¨²ltima narrativa de esos doce a?os fue, sin duda, los triunfos deportivistas dentro del terreno de juego.

Aunque, en realidad, aquel Deportivo Guadalajara de los a?os setenta fue un equipo ascensor, lejos de la ¨¦lite y de la gloria en el f¨²tbol espa?ol, con m¨¢s temporadas en categor¨ªa regional que en Tercera Divisi¨®n. Sin embargo, a d¨ªa de hoy, tantas d¨¦cadas despu¨¦s, sus ¨¦xitos no se ilustran con lo que ocurri¨® sobre el terreno de juego, sino con las estampas que se vivieron en Guadalajara en las inmediaciones del Estadio Municipal Pedro Escart¨ªn, sobre el puente y la colina que se alzan junto al recinto alcarre?o, con toda esa gente que llenaba el que en la ciudad guadalajare?a denominaban ?Tendido de los Sastres? para disfrutar gratis, sin tener que pasar por taquilla, de las haza?as de los Sesma, Cedillo, Ferrer, Coloscou, Ochando o Garc¨ªa Hern¨¢ndez. ?Lo del p¨²blico era impresionante. El Tendido de los Sastres se pon¨ªa abarrotado?, admite hoy en d¨ªa el propio Jos¨¦ Luis Sesma, el eterno portero deportivista, que se march¨® al Guadalajara con 18 a?os y que, salvo una campa?a en el equipo amateur del Real Madrid (con Vicente del Bosque y Mariano Garc¨ªa Rem¨®n de compa?eros), no volvi¨® a irse ya m¨¢s pese a las ofertas que recibi¨®, especialmente una del CD M¨¢laga de Primera Divisi¨®n, por valor de dos millones de pesetas (12.020 euros), equipo con el que hasta entren¨® quince d¨ªas y jug¨® dos partidos amistosos. ?Hubo ¨¦pocas en las que pude salir, pero siempre me acomod¨¦ a Guadalajara. El f¨²tbol se viv¨ªa de otra manera?, razona.

B¨¢sicamente, para los jugadores de un equipo que militaba entre Primera Regional y Tercera Divisi¨®n, el f¨²tbol se traduc¨ªa en pasar de las categor¨ªas juveniles del Real Madrid o el Atl¨¦tico a tener que marcharse a jugar a Guadalajara en el D¨¦por con tres entrenamientos a la semana, a las 21 horas, tras completar su jornada laboral, comiendo despu¨¦s un bocadillo en el bar del Pedro Escart¨ªn y regresando en autob¨²s a Madrid. Sesma, a Canillejas a las 23:30. Su compa?ero Manuel Hern¨¢ndez Coloscou, cerca de medianoche a Atocha y, desde all¨ª, andando hasta su casa en la calle Mes¨®n de Paredes, en Lavapi¨¦s. Y ya el fin de semana, partidos en Vitoria, Eibar, Salamanca, Logro?o, San Sebasti¨¢n, Sevilla, Murcia, Ceuta o Melilla. A veces, incluso, llegar el lunes de nuevo al trabajo sin apenas dormir tras el viaje en autob¨²s.

?He visto mucha m¨¢s hambre que dinero en el f¨²tbol?, arguye el propio Coloscou. Pero analiza: ?Desde las canteras del Madrid y del Atleti se ve¨ªa al D¨¦por como un buen destino para jugar: era una capital de provincia, con buena prensa, cerca de Madrid y con seriedad?. ?No me ten¨ªa que preocupar para cobrar. En otros equipos, s¨ª. Como dec¨ªa un buen amigo m¨ªo, para ser buen jugador de f¨²tbol tienes que ser bizco: tener un ojo mirando al bal¨®n y otro, al presidente?, insiste.

Seriedad y tambi¨¦n, claro, el apoyo multitudinario del p¨²blico en un f¨²tbol espa?ol que, hasta bien avanzada la d¨¦cada de los setenta, solamente ten¨ªa seis competiciones nacionales: la Primera Divisi¨®n, la Segunda Divisi¨®n y los cuatro grupos de Tercera. ?En los a?os setenta el campo estaba lleno siempre, hab¨ªa mucha afici¨®n en Guadalajara al f¨²tbol?, secunda Eduardo Carlavilla, el hijo de Uchi. Y el v¨¢stago de Laso le apoya: ?En los campos de fuera de Tercera Divisi¨®n y de Primera Regional recib¨ªas tortas, insultos. Hab¨ªa mucha pasi¨®n. Todav¨ªa recuerdo a los grises cuando se pegaban o esperaban a la salida al equipo contrario. Recuerdo muchas noches acompa?ar a mi padre a la comisar¨ªa a sacar a aficionados de all¨ª porque hab¨ªan tirado una piedra?, relata. ?Tuvo mucho m¨¦rito subir a Tercera Divisi¨®n. El primer ascenso en Huesca tuvo un m¨¦rito que yo creo que Guadalajara no ha vuelto a vivir nada as¨ª?, prosigue. Y es de nuevo Eduardo Carlavilla el que completa: ?Ni cuando se subi¨® a Segunda. Toda la calle Mayor y la Plaza Mayor llenas de gente. Sali¨® toda la gente a la calle?.

Cronol¨®gicamente, su promoci¨®n de ascenso a Tercera Divisi¨®n contra la SD Huesca en la temporada 1972-1973, victoria en el Pedro Escart¨ªn y derrota m¨ªnima en El Alcoraz, supuso el primer gran ¨¦xito deportivista de una d¨¦cada que tambi¨¦n le vio proclamarse campe¨®n de Castilla de Aficionados y ascender otra vez m¨¢s a Tercera Divisi¨®n en la campa?a 1975-1976 contra el Villarreal CF, victoria en el Pedro Escart¨ªn con dos goles y un partido memorable de Garc¨ªa Hern¨¢ndez, cedido por el Real Madrid, y empate en El Madrigal, aquella tarde de, como se cont¨® en la cr¨®nica del diario Pueblo, ?explosi¨®n de entusiasmo entre el millar de seguidores alcarre?os, que pasearon en hombros a Laso?, y en la que Sesma se tuvo que retirar a los quince minutos lesionado. El exportero deportivista lo recuerda a la perfecci¨®n, ya que un d¨ªa despu¨¦s, tras una primera suspensi¨®n y otro posible aplazamiento por sus compromisos balomp¨¦dicos, se cas¨® con el brazo en cabestrillo con su esposa Mar¨ªa Jos¨¦, una novia que, tal y como escribi¨® la prensa local, ?tras ese traje blanco, se viste igualmente con la camisola morada de la ilusi¨®n?. ?Pas¨¦ la noche all¨ª, me vine a Guadalajara por la ma?ana y me cas¨¦ por la tarde con 40 grados de fiebre?, comenta Sesma. Por supuesto, no hubo noche de bodas.

Como tampoco la hubo, metaf¨®ricamente hablando, finalmente en el Club Deportivo Guadalajara, que alcanz¨® el c¨¦nit de esa d¨¦cada un a?o despu¨¦s, en el curso 1976-1977, la temporada en la que se fue hasta los 14,8 millones de pesetas de presupuesto (88.949 euros) y los m¨¢s de 1.500 socios, pero que se hipotec¨® al intentar vivir continuamente por encima de sus posibilidades, buscando repetir una y otra vez sus ¨¦xitos pasados. El partido homenaje del 6 de agosto de 1977 a Cedillo y al propio Sesma (que continu¨® desempe?¨¢ndose hasta el a?o 1979) en el que el D¨¦por gole¨® a un Atl¨¦tico Madrile?o que acept¨® jugar gratis en el Pedro Escart¨ªn despu¨¦s de que el Real Madrid, el club en el que se hab¨ªan formado ambos futbolistas, pidiera 400.000 pesetas (2.404 euros) para que el Castilla, su filial, fuera a Guadalajara, supuso la capitulaci¨®n t¨¢cita de la primera ¨¦poca presidencial de Juan Jos¨¦ Laso, que, en cualquier caso, hab¨ªa creado ya un par de a?os antes, en 1975, su gran legado, el que ha hecho pervivir su ascendencia hasta nuestros d¨ªas.

Se trataba de un torneo amistoso de verano y recibi¨® el nombre de Trofeo Alcarria.

No es muy arriesgado afirmar que el Trofeo Alcarria nunca hubiera existido sin el Trofeo Ram¨®n de Carranza. ?Mi padre iba todos los a?os al Trofeo Carranza, lo tom¨® de ejemplo?, asiente el hijo de Laso. Y profundiza: ?Mi padre ten¨ªa pasi¨®n por C¨¢diz y por el Trofeo Carranza. Fue una ¨¦poca en la que los trofeos de verano cogieron mucho auge y a mi padre se le meti¨® en las narices hacer un Trofeo Alcarria bonito?. ?El Trofeo Alcarria en Guadalajara solamente podr¨ªa haberse creado en esa ¨¦poca?, concluye.

De hecho, fue la conjunci¨®n de esos dos factores lo que cre¨® el Trofeo Alcarria, el torneo amistoso de verano del Club Deportivo Guadalajara. Por un lado, el amor que Juan Jos¨¦ Laso sent¨ªa por las tierras gaditanas desde que permaneci¨® all¨ª de 1962 a 1967 jugando para el San Fernando, el Bal¨®n, el C¨¢diz y el Sanluque?o. Por otro lado, el inter¨¦s que el D¨¦por despert¨® en la poblaci¨®n guadalajare?a tras su ascenso en Huesca y su consiguiente buena temporada en Tercera, en la que termin¨® octavo de su grupo. La f¨¦rrea voluntad del propio Laso se encarg¨® del resto: ?A Juanjo no se le pon¨ªa nada por delante. Siempre consegu¨ªa lo que se propon¨ªa. No le daba miedo nadie?, expone Sesma. Y a?ade: ?Estaba metido en el mundo del f¨²tbol a tope y utilizaba sus contactos?.

?Laso ten¨ªa buenas relaciones y se mov¨ªa muy bien?, explica Eduardo Carlavilla. ?Mi padre, aunque no ten¨ªa mano izquierda, era un relaciones p¨²blicas excelente y por el f¨²tbol daba su vida? asiente tambi¨¦n Laso hijo. Habla con conocimiento de causa: ¨¦l es aficionado del Atl¨¦tico de Madrid porque en su s¨¦ptimo cumplea?os apareci¨® Luis Aragon¨¦s y le regal¨® una camiseta colchonera con el n¨²mero 7 a la espalda. ?Por mi casa han pasado infinidad de jugadores de f¨²tbol siempre. Luis Aragon¨¦s era ¨ªntimo de mi padre, al igual que Di St¨¦fano?, contin¨²a. Y Sesma da fe a esa afirmaci¨®n: ?Yo he sido pareja de mus de Di St¨¦fano?, apunta.

De tal modo, el Atl¨¦tico Madrile?o se adjudic¨® por mayor n¨²mero de goles a su favor la primera edici¨®n del Trofeo Alcarria, que se disput¨® el 15, 16 y 17 de agosto de 1975 en formato triangular entre el filial rojiblanco, el Deportivo Guadalajara y la RSD Alcal¨¢, que no quiso recoger su copa al entender que el resultado final hab¨ªa sido injusto. Por su parte, el equipo colchonero s¨ª que recogi¨® su trofeo, una talla de madera que representaba a una mielera alcarre?a, que hab¨ªa sido dise?ada por un artista que ten¨ªa su taller en la Cava Baja madrile?a y que hab¨ªa costado 18.000 pesetas (108 euros).

En cualquier caso, el Trofeo Alcarria empez¨® a ganar enjundia a partir de su segunda edici¨®n, disputada el 13, 14 y 15 de agosto de 1976, que tambi¨¦n se adjudic¨® el Atl¨¦tico Madrile?o en un torneo que pas¨® a ser con formato de semifinales y final, que dej¨® un beneficio de 150.000 pesetas (901 euros) en las arcas del club alcarre?o y que cont¨® tambi¨¦n con la presencia del Deportivo Guadalajara, la RSD Alcal¨¢ y la AD Torrej¨®n (uno de sus jugadores, Carmelo, protagoniz¨® la an¨¦cdota de esa edici¨®n al tener que ser sacado del campo por la fuerza p¨²blica tras no querer abandonar el terreno de juego despu¨¦s de haber sido expulsado por el ¨¢rbitro). Por un lado, con el apoyo del Banco Comercial Espa?ol despu¨¦s de que, seg¨²n contaran en el diario Pueblo el 24 de julio de 1976, ?la operaci¨®n, o mejor dicho las conversaciones para llegar a un entendimiento, se llev¨® a cabo en una c¨¦ntrica cafeter¨ªa de la capital, al amparo de los g¨¹isquis, en esta ocasi¨®n, provisto de lomo, jam¨®n y queso?. Por otro, con la creaci¨®n de un nuevo trofeo al ganador, dise?ado por el Estudio de Arte Nacho y sufragado por el propio Banco Comercial Espa?ol, el banco en el que trabaj¨® Jos¨¦ Luis Sesma, primero, en Madrid, y, m¨¢s tarde, cuando su trayectoria deportiva le llev¨® all¨ª, en Guadalajara.

Valorado en alrededor de 250.000 pesetas (1.502 euros), hasta en nuestro diario As apareci¨® el 4 de agosto de 1976 una noticia en la que se hablaba de este ?valioso trofeo de fina artesan¨ªa en la que Nacho ha dejado constancia de ser un excelente orfebre?. ?Nacho ha sabido crear un trofeo alcarre?o?, apuntaba, mientras, Nueva Alcarria en una noticia dos d¨ªas antes. Y ese texto continuaba: ?El trofeo consta de una peana de m¨¢rmol, con los escudos de los equipos participantes y el del Banco Comercial Espa?ol, con un tarro de miel en el que se ve una abeja; encima de esta c¨¢mara, un bal¨®n sobre el que va una corona. En el bal¨®n va el escudo del Deportivo Guadalajara y el de nuestra ciudad. Est¨¢ todo hecho en bronce, el trofeo pesa ocho kilos, tiene una altura de sesenta cent¨ªmetros?.

Un a?o despu¨¦s, el 9 de agosto de 1977, fue el propio Manuel Mesa, el dise?ador del trofeo a petici¨®n del Estudio de Arte Nacho, el que expres¨® su opini¨®n al respecto en una entrevista en Flores y Abejas: ?El trofeo es una escultura y debe ir, y de hecho va, realzada con m¨¢rmol, y se le ha puesto el m¨¢rmol m¨¢s regio que hay, como corresponde a la pieza que es. Lo que ocurre es que es totalmente distinto a lo que se ha hecho siempre en deporte. Hasta ahora se han hecho copas, y esta es la primera vez que entra el arte dentro del deporte, y es la primera vez que se hace una escultura para un trofeo, y por eso quiz¨¢ no llene y parezca fuera de lugar, pero es cuesti¨®n de tiempo?, vaticin¨®. Y finaliz¨®: ?Una obra de arte es todo. Todo en la vida es una obra de arte. Hay obras de arte buenas y obras de artes malas, pero todo lo que el ser humano hace y desarrolla con sus manos es una obra de arte. Y ?por qu¨¦ no va a estar una obra de arte en un campo de f¨²tbol? ?No est¨¢ en la calle, y le llueve y nieva y los chicos le tiran piedras??.

Precisamente, fue en esa tercera edici¨®n celebrada el 13, 14 y 15 de agosto de 1977, que gan¨® el Club Getafe Deportivo de Segunda Divisi¨®n ante el Deportivo Guadalajara, la RSD Alcal¨¢ y el CD Azuqueca, y que dej¨® 200.000 pesetas (1.202 euros) en ingresos al club deportivista, cuando la organizaci¨®n del Trofeo Alcarria mostr¨® por primera vez su ambici¨®n de convertirse en un torneo internacional. ?Se barajaron nombres tales como Salamanca, Burgos, Nacional de Montevideo, Os Belenenses, Atl¨¦tico de Portugal e incluso Atl¨¦tic de Bilbao [sic], pero por las pretensiones econ¨®micas de estos equipos, de las 800.000 pesetas del Nacional [4.808 euros] a los 1,5 millones de pesetas [9.015 euros] del Os Belenenses, la directiva morada desisti¨® de ello?, escribi¨® a finales de junio el periodista Pasiterec en Flores y Abejas. Y cerr¨®: ?Pero es interesante que haya habido contactos para procurar que, si no este a?o, s¨ª el pr¨®ximo, haya alg¨²n equipo de primera en este trofeo que, a tres a?os de su nacimiento, ya tiene un bien merecido prestigio adquirido?.

Al final, fue el club getafense, que seg¨²n Nueva Alcarria cobr¨® 270.000 pesetas (1.602 euros) por disputarlo, el equipo de mayor entidad en un torneo que ?naci¨® con poca fuerza, debido, naturalmente, a que el Deportivo carec¨ªa de los medios econ¨®micos suficientes como para hacer frente a los gastos que supone un trofeo de la categor¨ªa del actual?, pero que iba ya ?adquiriendo fuerza entre los trofeos que se disputan en Castilla?. ?Intentaremos traer en otras ediciones equipos de m¨¢s categor¨ªa, aunque cuesta mucho dinero, y el Deportivo solo no va a poder. Tendr¨¢ que ser cosa de todos; todos tendremos que colaborar?, finaliz¨® nada m¨¢s concluir el torneo, tambi¨¦n en Nueva Alcarria, Manuel Escribano, el director del Banco Comercial Espa?ol en Guadalajara, que estaba a punto de ser adquirido por el Banco Santander, justo un a?o despu¨¦s, en 1978, el mismo a?o en el que la cuarta edici¨®n del Trofeo Alcarria, celebrado los d¨ªas 23 y 31 de agosto y 7 de septiembre, dej¨® 300.000 pesetas (1.803 euros) de ingresos para el D¨¦por en un torneo que se adjudic¨® el Club Deportivo San Fernando de Henares por delante del conjunto alcarre?o, el CD Azuqueca y una selecci¨®n de veteranos del Real Madrid y del Atl¨¦tico de Madrid que cont¨® con la presencia de Di St¨¦fano y Jos¨¦ Armando Ufarte.

?Cuando naci¨® el Trofeo Alcarria no nos lo cre¨ªamos. Estamos hablando de equipos con un nombre impresionante y para nosotros era un orgullo?, explica Coloscou. ?El Trofeo Alcarria daba entidad a la ciudad?, prosigue. Y sentencia: ?Hab¨ªa mucha gente que no era de Guadalajara que estaba en el Trofeo Alcarria. La gente quer¨ªa venir al Trofeo Alcarria. Cuando ocurre eso es cuando te da la sensaci¨®n de que es un evento importante?.

Y eso que todav¨ªa faltaba por suceder lo que, en palabras de Sesma, ?fue pr¨¢cticamente un milagro?: en 1979, apenas cinco a?os despu¨¦s de que el Pedro Escart¨ªn cambiara la tierra por el c¨¦sped y pusiera por primera vez iluminaci¨®n artificial, un conjunto de la Primera Divisi¨®n inglesa iba a jugar en Guadalajara el torneo de verano de un equipo de regional.

Pero lo mejor de todo es que en los a?os siguientes, hasta 1981, esa an¨¦cdota, azarosa e inexplicable, se convirti¨® en una experiencia leg¨ªtima y habitual.

?A mi padre el f¨²tbol que le gust¨® siempre era el f¨²tbol ingl¨¦s, era el f¨²tbol que m¨¢s le atra¨ªa. No s¨¦ si por la entrega, por la fuerza f¨ªsica, por la afici¨®n que tienen en Inglaterra al f¨²tbol?, reconoce Laso hijo, aunque, en realidad, su padre llevaba Inglaterra en sus propios genes: su segundo apellido, Rhodes, ven¨ªa por parte de un tatarabuelo de su madre, que era ingl¨¦s.

Tan ingl¨¦s como el Queens Park Rangers, el equipo del oeste de Londres que particip¨® en la quinta edici¨®n del Trofeo Alcarria apenas unos meses despu¨¦s de terminar vig¨¦simo en la Primera Divisi¨®n inglesa y descender a Segunda tras seis temporadas consecutivas militando en la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol ingl¨¦s, donde hab¨ªa llegado a ser subcampe¨®n tres a?os antes, en el curso 1975-1976.

Ya en el mes de julio, al poco de finalizar esa campa?a 1978-1979 en la que el Deportivo Guadalajara termin¨® d¨¦cimo clasificado de su grupo en Regional Preferente, el c¨¦sped del Pedro Escart¨ªn fue resembrado, la entidad morada ten¨ªa alrededor de 650 socios y los problemas econ¨®micos continuaban acuciando al club alcarre?o (en una Asamblea Extraordinaria realizada poco despu¨¦s, en el mes de noviembre, la directiva volvi¨® a pedir aportaciones voluntarias a los abonados para poder terminar la temporada), el propio Laso mantuvo en una entrevista en Nueva Alcarria que el D¨¦por esperaba tener un equipo ingl¨¦s de Primera Divisi¨®n en el Trofeo Alcarria, un deseo que se ampli¨® en la Asamblea de Socios celebrada apenas unas semanas despu¨¦s, donde los directivos deportivistas confirmaron la presencia en el torneo de la AD Torrej¨®n de Segunda Divisi¨®n y de la AD Alcorc¨®n de Tercera Divisi¨®n, al tiempo que anunciaron que el tercer conjunto ser¨ªa el Queens Park Rangers ingl¨¦s o el Rayo Vallecano de Primera Divisi¨®n. Incluso, esos mismos directivos propusieron a los socios que el Deportivo quedara excluido de su propio torneo para que lo jugaran tanto los londinenses como los vallecanos y que, por su parte, el D¨¦por disputara un partido de presentaci¨®n contra el citado QPR unos d¨ªas antes, pero la discusi¨®n generada fue pol¨¦mica y no hubo acuerdo definitivo a ese respecto.

Finalmente, con entradas especiales a 100 pesetas (0,6 euros) para los socios deportivistas, un presupuesto superior a las 600.000 pesetas (3.606 euros), suponiendo 319.000 pesetas (1.917 euros) de gastos para el Deportivo Guadalajara y dejando despu¨¦s alrededor de 250.000 pesetas (1.502 euros) de beneficio l¨ªquido para el club alcarre?o, la quinta edici¨®n del Trofeo Alcarria comenz¨® el s¨¢bado 11 de agosto a las 21 horas con la presencia de los alcorconeros, los torrejoneros, los londinenses y los alcarre?os. ?El Club Deportivo ha hecho un gran esfuerzo por traer a estos equipos y ahora solo cabe esperar que el aficionado responda como es de esperar y se pueda sacar el dinero que cuestan e incluso ganar una peseta que buena falta hace. Este torneo Alcarria se ha convertido en el m¨¢s importante de Castilla, por lo que se refiere a los que organizan los clubes de la categor¨ªa del Deportivo?, apunt¨® Nueva Alcarria en su previa.

Por su parte, el trofeo al campe¨®n, ?una obra de arte que constituye una de las principales atracciones?, fue una vez m¨¢s, con permiso del conjunto ingl¨¦s, uno de los grandes protagonistas de un torneo para el que club deportivista edit¨® un ampl¨ªsimo programa de mano en el que, hoy en d¨ªa, se encuentran interesantes an¨¦cdotas. Por ejemplo, en el editorial: ?Quiz¨¢s muchos no lo entiendan; otros nos tachar¨¢n de locos, tontos o insensatos; no nos importa, [¡­] hemos podido realizar este peque?o milagro?, mantuvieron desde la directiva. Y en la presentaci¨®n de los equipos de un Trofeo Alcarria, ?sin discusi¨®n el de m¨¢s importancia? porque interviene el ?Queen¡¯s Park Ranger [sic]? ingl¨¦s, ?entrenado nada m¨¢s y nada menos por el c¨¦lebre Tom Docherty, exentrenador y m¨¢nager del Derby County y del Manchester United?. Y en la p¨¢gina de figuras populares, donde la directiva morada destac¨® a Paco Valderas, delegado del Atl¨¦tico Madrile?o, y a Paco Garc¨ªa Hern¨¢ndez, ex del D¨¦por y jugador del Real Madrid que hab¨ªa presenciado los cuatro torneos anteriores. Y en otra p¨¢gina con declaraciones de exfutbolistas como Di St¨¦fano (?Jugu¨¦ el pasado a?o con las viejas glorias y me gust¨® mucho el ambiente, el terreno de juego es magn¨ªfico, merece la pena presenciarlo?) y Ufarte (?Vendr¨¦ a presenciarlo, es magn¨ªfico y adem¨¢s me interesa ver al Deportivo?), pero que tambi¨¦n dej¨® espacio para las palabras resignadas del librero Emilio Cobos (?Es interesante puesto que viene un equipo extranjero. Da vida a esta ciudad que est¨¢ muerta o a punto de morir?) y para la sinceridad plagada de serotonina del pastor de ganado ?ngel L¨®pez (?Me gusta porque bajan muchas gach¨ªs?). Y en los m¨¢s de 100 anuncios que aparecen entre sus p¨¢ginas, 93 de ellos de Guadalajara capital y otros de localidades como Madrid, Torrej¨®n de Ardoz, Alcal¨¢ de Henares, Molina de Arag¨®n, Iri¨¦pal, Marchamalo y Yunquera de Henares, con lemas tan anacr¨®nicos en la actualidad como el de Boutique Riofr¨ªo (?Galardonado en Sainz Tropez [sic] con el Oscar de Oro 1979 a la mejor moda especializada en vestidos nupciales?), el de Tejidos Toyma (?Todo para el hogar para la futura ama de casa?), el de Bar Restaurante El Velero (con ?aire acondicionado?), el de La Abeja de Oro (especialidad en ?patitas de Abeja?) o el lac¨®nico del Bar Astur (especialidad en ?Caf¨¦?).

En lo estrictamente deportivo, la AD Alcorc¨®n derrot¨® en los penaltis en la primera semifinal al D¨¦por (con Sesma en la porter¨ªa) en el citado s¨¢bado 11 de agosto, y un d¨ªa despu¨¦s, el domingo 12, tambi¨¦n a partir de las 21 horas, el Queens Park Rangers gole¨® por 4-0 a la AD Torrej¨®n en un pol¨¦mico encuentro en el que el colegiado Galindo Otero mostr¨® cinco tarjetas rojas y otras tantas cartulinas amarillas. En el minuto 67, ambos conjuntos estaban ya con diez jugadores. Y en el minuto 70, con nueve. Y en el minuto 75, los madrile?os se quedaron con ¨²nicamente ocho futbolistas en el campo. ?Les falta mucho para arbitrar a equipos ingleses. Estos tienen un juego fuerte, que van a por el bal¨®n con fuerza y siempre en todas les hac¨ªa pensar que se iba con mala intenci¨®n y de ah¨ª las expulsiones. El juego ingl¨¦s les viene grande porque no lo entienden, disputan el bal¨®n, pero nunca van a las piernas. [¡­] Nos falta mucho para comprender el f¨²tbol ingl¨¦s?, teoriz¨® al respecto el periodista Bernab¨¦ Rela?o en Nueva Alcarria sobre el arbitraje de un partido que, seg¨²n los medios locales, ?puso de relieve la diferencia entre ambos equipos?, ya que ?los ingleses siempre mantuvieron la serenidad, orden y sin descomponerse en ning¨²n momento?, hasta que en ?la segunda parte el equipo de las islas se mostr¨® m¨¢s fuerte, m¨¢s t¨¦cnico y con mejor situaci¨®n en el campo y de ah¨ª esa goleada?. ?Los ingleses del Queen¡¯s [sic] practicando un f¨²tbol sin posiciones fijas, pasaban del 4-3-3 posicional a un ataque en que todos sus jugadores se desmarcaban y se convert¨ªan en delanteros, con aperturas por las alas, balones al hueco y al primer toque, y rapidez en el disparo a puerta?, prosigui¨®, por su parte, la cr¨®nica de Flores y Abejas.

McGee, en el minuto 25, inaugur¨® un marcador que su compa?ero Wallace ampli¨® en el minuto 75 y que, ya en la recta final, Hamilton certific¨® con un doblete, el primero en una ?magn¨ªfica jugada personal? en la que regate¨® ?a toda la defensa y al portero por dos veces? en una acci¨®n ?muy aplaudida por el p¨²blico?. Los ingleses se retiraron, precisamente, entre aplausos en un encuentro en el que el Deportivo Guadalajara recaud¨® en taquilla 170.000 pesetas (1.021 euros) y que pas¨® a la historia alcarre?a, adem¨¢s, porque el conjunto londinense se convirti¨® en el tercer equipo extranjero en visitar Guadalajara tras el partido amistoso entre el D¨¦por y el Grundig Furth alem¨¢n (1-2) de la temporada 1955-1956 y el del D¨¦por contra la Uni¨®n Espa?ola de Chile (1-1), con el que se inaugur¨® el c¨¦sped del Estadio Pedro Escart¨ªn el 27 de agosto de 1974 (por su parte, la iluminaci¨®n del recinto alcarre?o se estren¨® con un amistoso contra el C¨¢diz, si bien el mayor taquillaje del club deportivista hasta ese momento se hab¨ªa logrado en un choque disputado el 4 de agosto de 1975 contra el Atl¨¦tico de Madrid, entrenado por Luis Aragon¨¦s y que lleg¨® a tierras alcarre?as plagado de figuras, incluidos G¨¢rate, Reina, Rat¨®n Ayala, Cap¨®n, Irureta ¡ªapenas un mes antes de fichar por el Athletic Club a cambio de 25 millones de pesetas [150.253 euros]¡ª y Cacho Heredia).

Mientras, la final se disput¨® el martes 14, tambi¨¦n a partir de las 21 horas, para que el Queens Park Rangers se proclamara el primer conjunto extranjero en adjudicarse el Trofeo Alcarria despu¨¦s de derrotar a la AD Alcorc¨®n en un partido en el que comenz¨® ganando 3-0, pero en el que los alcorconeros lograron poner emoci¨®n al final anotando dos tantos (3-2). Harkouk, con un doblete, y Hamilton, con su tercera diana en dos partidos, fueron los goleadores ingleses, quedando el delantero norirland¨¦s como m¨¢ximo artillero de un torneo que se celebr¨® a apenas 60 kil¨®metros del lugar en el que protagoniz¨® su momento m¨¢s glorioso como futbolista, cuando el 1 de julio de 1982, casi tres a?os despu¨¦s, en la segunda fase del Mundial de Espa?a, Hamilton, que tambi¨¦n jugar¨ªa cuatro a?os m¨¢s tarde el Mundial de M¨¦xico, anot¨® los dos goles del empate de Irlanda del Norte contra Austria en el extinto Vicente Calder¨®n.

Adem¨¢s de los citados Billy Hamilton, el argelino Rachid Harkouk, Paul McGee o el fallecido Barry Wallace, por el Queens Park Rangers tambi¨¦n jugaron en Guadalajara futbolistas como el portero Derek Richardson, Ron Abott, Hill, Martyn Rogers (despu¨¦s de debutar con 17 a?os en el Manchester United, hab¨ªa llegado ese mismo verano al conjunto londinense tras un traspaso de 7.500 libras), Philip Nutt, Docker, Dean Wilkins o el irland¨¦s Gary Waddock, que a lo largo de su trayectoria disput¨® m¨¢s de 200 encuentros con la el¨¢stica del conjunto del oeste de Londres. Nombres recurrentes, casi todos ellos, en una primera plantilla de ese QPR (entre ellos, en esa campa?a reci¨¦n finalizada de la Primera Divisi¨®n inglesa, McGee hab¨ªa disputado 22 partidos; Richardson, 18; Harkouk, 15; Hamilton, 11; Wallace, 5, y Abbott, 2) que, como recalc¨® el Deportivo Guadalajara en el programa de mano, estaba entrenado por el hist¨®rico Tom Docherty, el t¨¦cnico escoc¨¦s que hab¨ªa ganado la FA Cup con el Manchester United y la Football League Cup con el Chelsea.

?Eran partidos para disfrutar, la afici¨®n bajaba en pleno al campo. Filas de gente bajando por la calle Juli¨¢n Besteiro. El Tendido de los Sastres, con toda la gente desde arriba viendo el f¨²tbol sin pagar. Por la noche, con los focos. Era un espect¨¢culo?, admite Laso hijo sobre un torneo en el que la entrega del trofeo al campe¨®n se realiz¨®, de hecho, ya bien entrada la noche, en plena fiesta en una discoteca de Guadalajara, y que cont¨®, como apunt¨® Nueva Alcarria, con un ?plantel de equipos con f¨²tbol y con popularidad que han arrastrado a muchos aficionados?, entre ellos, un Queens Park Rangers que ?ha competido perfectamente y se han portado con honradez, entreg¨¢ndose siempre en el campo y dispuestos a llevarse el torneo para su tierra?. ?Aquello fue una revoluci¨®n en Guadalajara. No est¨¢bamos acostumbrados a jugar contra esos equipos?, completa Eduardo Carlavilla.

Aunque, en realidad, la mecha de esa revoluci¨®n no hab¨ªa hecho nada m¨¢s que prenderse: al a?o siguiente, el club campe¨®n de las dos ediciones anteriores de la Copa de Europa iba a jugar tambi¨¦n en el c¨¦sped del Pedro Escart¨ªn y, encima, lo iba a hacer contra el propio Deportivo Guadalajara.

El 6 de enero de 1975. Esa es la fecha en la que Brian Clough se convirti¨® en entrenador del Nottingham Forest y que marc¨® para siempre el punto de partida de una gesta que ning¨²n equipo podr¨¢ repetir jam¨¢s. Nadie, nunca, jam¨¢s. Sucedi¨® apenas diecis¨¦is semanas despu¨¦s de que el propio Clough fuera despedido para poner fin a sus famosos y malditos cuarenta y cuatro d¨ªas como entrenador del Leeds United y algo menos de diez d¨ªas m¨¢s tarde de que el Forest perdiera, el 28 de diciembre de 1974, otro partido m¨¢s de la Segunda Divisi¨®n inglesa en su estadio, el City Ground, contra su rival m¨¢s cercano, el Notts County Football Club, el equipo cuyo campo, el Meadow Lane, se ubica a ¨²nicamente 270 metros en l¨ªnea recta en la otra orilla del r¨ªo Trent a su paso por Nottingham, a unos diez minutos andando desde el citado City Ground, ya sea atravesando el puente Trent o el puente Lady Bay. Visto en perspectiva, ninguno de esos dos acontecimientos parece en la actualidad sorprendente: Clough odiaba al Leeds United por encima de cualquier cosa y, desde que fuera fundado en 1865, el Forest, que ocupaba en ese momento la decimotercera posici¨®n de la divisi¨®n de plata inglesa, apenas hab¨ªa alzado un par trofeos de la FA Cup, uno en 1898 y otro en 1959.

Sin embargo, apenas cinco a?os despu¨¦s de ese 6 de enero de 1975, ese Clough despedido y ese Nottingham Forest de Segunda Divisi¨®n ya hab¨ªan ganado juntos, entre otros trofeos, un campeonato de la Primera Divisi¨®n inglesa, dos Football League Cups y dos finales consecutivas de la Copa de Europa para certificar la gesta que ning¨²n equipo, nadie, nunca, jam¨¢s, podr¨¢ repetir.

?Desafortunadamente, creo que lo que consigui¨® el Forest no volver¨¢ a suceder?, apoya Daniel Taylor, escritor s¨¦nior en The Athletic, cuatro veces nombrado mejor periodista de f¨²tbol de medios escritos de Gran Breta?a (y una vez elegido mejor escritor de art¨ªculos deportivos y otra vez m¨¢s mejor periodista deportivo de Gran Breta?a) y ac¨¦rrimo aficionado del Nottingham Forest desde que en 1981, un a?o despu¨¦s de que el conjunto entrenado por Clough se alzara con su segunda Copa de Europa, viera por primera vez un partido en el City Ground, con esa grada abarrotada de gente en Bridgford End. ?No creo que sus haza?as se puedan repetir alguna vez porque, b¨¢sicamente, Brian Clough cogi¨® al Forest en el puesto decimotercero de la Segunda Divisi¨®n y en cinco a?os lo llev¨® a ganar dos Copas de Europa, el Campeonato de Liga, una Supercopa europea y a jugar tres finales de la League Football Cup de las que ganaron dos. Estuvieron 42 partidos consecutivos invictos en la m¨¢xima divisi¨®n, lo que fue un r¨¦cord durante 25 a?os hasta que el Arsenal de Ars¨¨ne Wenger, el equipo de Los Invencibles, estuvo invicto durante toda la temporada y se llev¨® el r¨¦cord?, a?ade. Y sentencia: ?Hasta la llegada de Clough, el Forest era un club que ¨²nicamente hab¨ªa ganado la FA Cup en 1898 y 1959, que simplemente estaba a la deriva, no un gran club, no un lugar emocionante en el que jugar al f¨²tbol. Le dijeron que no aceptara el trabajo. Y no solo eso, sino que hay que dar tambi¨¦n m¨¦rito al hecho de que arm¨® un equipo que gan¨® dos Copas de Europa de forma consecutiva con jugadores de la cantera y futbolistas de una plantilla a la que llev¨® hasta el extremo para, b¨¢sicamente, convertirles en campeones de Europa, lo cual es algo que simplemente no volver¨¢ a suceder?.

De hecho, ese Nottingham Forest de Brian Clough acumul¨® los primeros 26 encuentros de su r¨¦cord de 42 partidos de imbatibilidad en la Primera Divisi¨®n inglesa en el curso 1977-1978, en el que se proclam¨® campe¨®n de la competici¨®n (y tambi¨¦n de la League Football Cup), pese a ser un reci¨¦n ascendido desde Segunda. Un a?o m¨¢s tarde, el Forest acab¨® subcampe¨®n en la Primera Divisi¨®n inglesa tras el Liverpool FC, pero sum¨® una nueva League Football Cup, adem¨¢s de la FA Charity Shield y su primera Copa de Europa, tras vencer el 30 de mayo de 1979 en el Olympiastadion de M¨²nich al Malm? FF sueco con un solitario tanto de Trevor Francis. Ya en el curso 1979-1980, el conjunto ingl¨¦s cerr¨® su gesta irrepetible con el t¨ªtulo de la Supercopa Europea contra el FC Barcelona y con su segundo entorchado consecutivo de la Copa de Europa, despu¨¦s de derrotar el 28 de mayo en el Santiago Bernab¨¦u al Hamburger SV alem¨¢n con un tanto de John Robertson y, de paso, alcanzar otros dos hitos pr¨¢cticamente tambi¨¦n inigualables: ser el ¨²nico equipo que ha pasado de segunda divisi¨®n a bicampe¨®n europeo en apenas tres a?os (de 1977 a 1980) y ser el ¨²nico conjunto que cuenta con m¨¢s Copas de Europa (dos) que t¨ªtulos de liga de su propio pa¨ªs (uno). ?El Forest tuvo que superar al Liverpool, que era el rey de Europa, el equipo m¨¢s fuerte de Europa en los a?os setenta, una especie de m¨¢quina roja, y el Forest tuvo que desplazarlo para convertirse en los campeones de Inglaterra y dos veces de Europa. Ese equipo del Liverpool era ¨¦pico, estaba en su mejor momento?, apunta de nuevo Taylor para remarcar, m¨¢s si cabe, la importancia de la gesta de aquel equipo de Brian Clough.

?Sol¨ªan encontrarme en la parte delantera de Trent End, mirando a trav¨¦s de peque?os cuadrados de la valla de metal. Hab¨ªa una peque?a jaula a la izquierda de la porter¨ªa reservada para los ni?os y ah¨ª es donde empez¨® todo. Entrabas por el torniquete, girabas a la izquierda, sub¨ªas el ¨²ltimo tramo de escalones y sal¨ªas a la cima del Trent End. Luego ten¨ªas que abrirte camino entre la multitud hacia la parte de delante. Como la mayor¨ªa de la gente, me sent¨ª como en casa cuando estaba en la parte delantera, absolutamente c¨®modo y totalmente absorto en el juego, los sonidos y las vistas a mi alrededor. Era un ni?o tranquilo y me encantaba poder estar de pie y ver este extraordinario equipo de f¨²tbol, dirigido por un hombre extraordinario?, narra, por su parte, Dave Marples, que presenci¨® su primer partido en el City Ground en 1982 y es autor de The History Boys: Thirty Iconic Goals in the History of Nottingham Forest, un libro sobre los jugadores y los goles que han marcado la trayectoria del conjunto ingl¨¦s. Y prosigue: ?Cuanto m¨¢s nos alejamos de ese per¨ªodo, m¨¢s extraordinario parece?.

No en vano, en la actualidad no se puede hablar de la ¨¦poca exitosa del Forest sin desligarla de su realidad en las ¨²ltimas d¨¦cadas: el conjunto de Nottingham ascendi¨® por fin en la temporada 2021-2022 a la Premier League, categor¨ªa en la que no militaba desde hace m¨¢s de veinte a?os, desde la temporada 1998-1999. ?El Nottingham Forest me ha marcado, dejado cicatrices y etiquetado durante much¨ªsimo tiempo. Parece haber una aceptaci¨®n ahora de que somos un club de segunda divisi¨®n, lo que hace que nuestro ¨¦xito entre 1975 y 1980 sea a¨²n m¨¢s destacable?, analiza Marples. Y a?ade: ?Aceptar nuestro destino ha sido un proceso gradual. Como la banda James cant¨® en Sit Down: ¡°Si no hubiera visto tantas riquezas, podr¨ªa vivir siendo pobre¡±. En verdad, hace mucho tiempo acept¨¦ que es posible que no vuelva a ver tantas riquezas?.

?Tuve mucha suerte de haber crecido en la era de Brian Clough?, reconoce tambi¨¦n Taylor. ?Desde que Clough se fue casi todo ha sido bastante miserable porque con ¨¦l b¨¢sicamente fuimos tocados por la grandeza, viajamos a todas partes y tuvimos rivalidades en todas partes. Fueron los tiempos brillantes, hace mucho tiempo que no salimos del fracaso?, profundiza. Y cierra: ?Clough fue mi h¨¦roe y todav¨ªa lo sigue siendo para la mayor¨ªa de nosotros, pero es una pena que siempre tengamos que hablar del pasado porque el presente est¨¢ muy estancado?.

?Es dif¨ªcil hablar sobre Brian Clough y lo que signific¨®, todav¨ªa significa, para nosotros sin sonar como alguien en las garras de una secta man¨ªaca?, mantiene de nuevo Marples. Y finaliza: ?Defini¨® mucho sobre qu¨¦ es el club y qu¨¦ queremos que sea. A menudo se nos acusa de vivir en el pasado, una acusaci¨®n que se sostiene, pero cuando el pasado es tan bueno, ?por qu¨¦ no??.

Liam O¡¯Kane, uno de los lugartenientes de Brian Clough en el cuerpo t¨¦cnico de aquel Nottingham Forest, tiene clara su respuesta a esa pregunta, tal y como reconoci¨® en una entrevista de Phil Juggins en el n¨²mero cinco de Bandy&Shinty, el fanzine sobre el equipo ingl¨¦s que editaban sus aficionados, entre ellos, el propio Marples: ?Los d¨ªas europeos no reciben el cr¨¦dito que merecen. Quiero decir, cuando la gente hablaba del Leicester¡­ Tranquilos, ?eh? No me malinterpretes, fue un logro fant¨¢stico. Ganar la liga, en estos tiempos. Pero ?compararlos con nosotros? Venga ya. Lo hicimos y lo volvimos a hacer. En casa y en el extranjero, y tambi¨¦n en formato eliminatorio. Siendo probablemente el mejor equipo del mundo de inmediato, a dos partidos, en nuestra primera eliminatoria en Europa. Entonces no hab¨ªa margen de maniobra, no hab¨ªa margen de error..., y la gente se olvida de que en 1979 terminamos segundos [en la competici¨®n liguera]. Casi lo volvimos a hacer. Ellos necesitan pensar en eso antes de empezar a gritar las probabilidades. Lo que hicimos nunca se volver¨¢ a hacer. Nunca?.

Por su parte, a yottametros de distancia de la ¨¦lite del f¨²tbol europeo en la que estaba instalado el Nottingham Forest, el verano del a?o 1980 en el Club Deportivo Guadalajara estuvo marcado por tres acontecimientos: su regreso a la Tercera Divisi¨®n, la marcha de la presidencia de Juan Jos¨¦ Laso y la celebraci¨®n de un, como el propio club alcarre?o defini¨® varios a?os despu¨¦s en un programa de mano y el paso del tiempo se ha encargado de confirmar, Trofeo Alcarria ?hist¨®rico con la doble participaci¨®n extranjera que sent¨® un precedente dif¨ªcil de igualar por la organizaci¨®n?.

Por un lado, el ascenso del Deportivo Guadalajara a Tercera Divisi¨®n no fue por m¨¦ritos deportivos, sino administrativos: el conjunto alcarre?o acab¨® la temporada 1979-1980 cuarto en su cuadrante de Regional Preferente y volvi¨® a categor¨ªas nacionales debido a la remodelaci¨®n de la Tercera Divisi¨®n, que pas¨® de ocho a trece grupos.

Mientras, Juan Jos¨¦ Laso confirm¨® definitivamente la intenci¨®n que hab¨ªa mostrado durante los a?os anteriores de no presentarse a la reelecci¨®n tras doce a?os en el cargo y el D¨¦por volvi¨® a entrar, una vez m¨¢s, en la incertidumbre institucional: el 3 de junio de 1980, el club deportivista celebr¨® una Asamblea General Extraordinaria a la que solamente acudi¨® el 15% de sus socios para elegir un nuevo presidente despu¨¦s de haber agotado dos plazos de candidaturas a las que nadie se hab¨ªa presentado, al tiempo que la directiva alcarre?a pidi¨® por en¨¦sima vez una aportaci¨®n monetaria a sus socios, en este caso, por importe de 2.000 pesetas (12 euros) cada uno. Finalmente, sali¨® elegido Alberto Cubillo como ?presidente accidental del club, por un per¨ªodo de un a?o, en aplicaci¨®n de lo dispuesto en el art¨ªculo 123 del Reglamento de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol?, relevando al propio Laso a partir del 1 de julio de ese mismo a?o.

Precisamente, fue en esa Asamblea General Extraordinaria cuando se anunci¨® por primera vez la presencia del Nottingham Forest en la sexta edici¨®n del Trofeo Alcarria despu¨¦s de que el citado Alberto Cubillo dijera a los socios morados que el D¨¦por hab¨ªa recibido un telegrama en el que el campe¨®n de Europa confirmaba su ?presencia en Guadalajara en los d¨ªas 8, 9 y 10 de agosto con el ¨²nico compromiso por parte deportivista de abonar los gastos de desplazamiento y estancia?, y que, por ese motivo, habr¨ªa que adelantar unos d¨ªas la celebraci¨®n del torneo estival en la ribera del r¨ªo Henares.

Apenas unas semanas despu¨¦s, en otra asamblea del club alcarre?o en ese mes de junio, la directiva deportivista insisti¨® en el ofrecimiento que hab¨ªa recibido por parte del Nottingham Forest para participar en el Trofeo Alcarria y a?adi¨® el inter¨¦s que tambi¨¦n hab¨ªa mostrado el Queens Park Rangers, el ganador de la edici¨®n anterior, por lo que mantuvo que la citada Junta Directiva estaba ?sopesando la conveniencia de la participaci¨®n de uno o dos equipos ingleses? en el torneo guadalajare?o. De hecho, en las semanas siguientes, los medios de comunicaci¨®n de Guadalajara mantuvieron que el Forest y el QPR ser¨ªan los rivales del conjunto alcarre?o en la sexta edici¨®n del Trofeo Alcarria e, incluso, el peri¨®dico Nueva Alcarria lleg¨® a publicar el calendario de partidos con esos dos conjuntos para un evento que ten¨ªa entradas a un precio de 150 pesetas (0,9 euros) para los socios y de 300 pesetas (1,8 euros) para los aficionados en general.

Sin embargo, ya el 2 de agosto, apenas cinco d¨ªas antes del inicio del torneo, tambi¨¦n en Nueva Alcarria apareci¨® por fin el cartel definitivo que confirm¨® la ausencia del Queens Park Rangers en el Trofeo Alcarria y la presencia de otros dos equipos diferentes de la Primera Divisi¨®n de Inglaterra, el Tottenham Hotspur y el Nottingham Forest, doble campe¨®n de la Copa de Europa, lo que provoc¨® una oleada de reacciones incr¨¦dulas y at¨®nitas en el balompi¨¦ espa?ol. ?En el Real Madrid se extra?aban. Juanjo hablaba con Miguel Malmo, que era un directivo del Madrid que llevaba la parte de los jugadores, y se lo dec¨ªa?, recuerda Jos¨¦ Luis Sesma.

En cualquier caso, antes de continuar con la narraci¨®n de los incre¨ªbles acontecimientos que sucedieron en ese mes de agosto de 1980 en Guadalajara, merece la pena desviarse un momento y detenerse moment¨¢neamente en la presencia en ese Trofeo Alcarria de los Spurs, ya que el cuadro del norte de Londres se hab¨ªa convertido unos meses antes, en septiembre del a?o 1979, poco despu¨¦s de la primera visita del QPR a la ciudad guadalajare?a, en el segundo equipo ingl¨¦s en jugar tambi¨¦n en Guadalajara, si bien en su caso con motivo de la disputa del Torneo de Ferias de la capital alcarre?a. ?Puede el Guadalajara con este partido engrosar dinero para sus arcas que buena falta le hace, esperando, naturalmente, que el aficionado y el que no lo es asista masivamente al partido por tratarse de un gran equipo que viene con todo el cuadro completo como lo hizo el Rangers en el partido de la Copa Alcarria y que tan magn¨ªficamente se comport¨®, entreg¨¢ndose a fondo en los dos partidos que disput¨®?, vaticin¨® Nueva Alcarria en su previa sobre un encuentro, patrocinado por el Ayuntamiento alcarre?o, que se disput¨® el mi¨¦rcoles 26 de septiembre del citado 1979 a partir de las 17:30 y que termin¨® con victoria del Tottenham Hotspur por 2-4.

Pese a que el D¨¦por se adelant¨® en el marcador, Lee puso el 1-1 en el minuto 21 con un disparo fuerte desde dentro del ¨¢rea, mientras que Beavon, con un lanzamiento desde lejos que dio en la cepa del poste izquierdo de la porter¨ªa, y Pratt, tras un rechace del guardameta deportivista, ampliaron la ventaja inglesa a 1-3 antes del descanso. Ya en la segunda mitad, la escuadra guadalajare?a volvi¨® a reducir la desventaja, pero de nuevo Lee, de cabeza en una falta botada por Pratt en el minuto 82, certific¨® el 2-4 definitivo. ?En l¨ªneas generales el partido ha sido bueno y los dos equipos han hecho un gran f¨²tbol, aunque naturalmente el equipo ingl¨¦s ha demostrado superior calidad t¨¦cnica y ha ganado merecidamente?, escribi¨® el periodista Bernab¨¦ Rela?o en su cr¨®nica en Nueva Alcarria. Y a?adi¨®: ?Ahora, lo importante, y tras haber conseguido el objetivo que era dar un d¨ªa grande de f¨²tbol al aficionado de Guadalajara, es que el Deportivo haya cubierto gastos y si pudiera ser que se hubiese ganado una pesetilla, que buena falta le hace a las arcas del Guadalajara?.

Francisco Javier de Ir¨ªzar, alcalde de la ciudad guadalajare?a, entreg¨® el trofeo de campe¨®n a un Tottenham Hotspur que acudi¨® a Guadalajara sin sus grandes estrellas Villa y Ardiles, pero con futbolistas de su primera plantilla casi en su totalidad. En concreto, jugaron el portero Mark Kendall (hab¨ªa disputado 23 partidos ligueros en la campa?a reci¨¦n finalizada), Terry Naylor (en la campa?a 1978-1979 hab¨ªa jugados 22 encuentros ligueros y ya en noviembre de 1980 fichar¨ªa por el Charlton despu¨¦s de diez temporadas y m¨¢s de 200 partidos jugados con el Tottenham), Gordon Smith (el escoc¨¦s disput¨® m¨¢s de 125 partidos en la Primera Divisi¨®n inglesa, entre ellos, 38 con los Spurs), el central Gary O¡¯Reilly, John Lacy (tras siete temporadas en el Fulham, lleg¨® en 1978 mediante un traspaso de 195.000 libras al Tottenham, donde jug¨® 104 encuentros ligueros, entre ellos, 35 en la campa?a 1978-1979), Stuart Beavon (apenas 4 partidos ligueros con los Spurs en las temporadas 1978-1979 y 1979-1980, pero hist¨®rico del Reading, donde jug¨® 396 partidos ligueros), John Pratt (leyenda del conjunto londinense, equipo en el que milit¨® toda su trayectoria, salvo un retiro estadounidense en Portland, y en el que disput¨® m¨¢s de 400 partidos, incluidos 38 ligueros en esa campa?a 1978-1979 y las finales de la Copa de la UEFA de las temporadas 1971-1972 y 1973-1974), Mark Falco (elegido en 2009 como uno de los 50 mejores jugadores del Tottenham de toda la historia y el ¨²ltimo canterano spur en anotar 20 goles en liga en una temporada hasta la irrupci¨®n de Harry Kane, debut¨® con el primer equipo de los londinenses en liga en ese curso 1978-1979 y disput¨® tambi¨¦n nueve partidos ligueros m¨¢s en la campa?a 1979-1980), Giorgio Mazzon, Paul Grayling y Colin Lee (27 partidos ligueros en el curso 1978-1979 y 10 m¨¢s en la campa?a 1979-1980 con los Spurs, si bien su trayectoria estuvo marcada por el Chelsea, equipo en el que milit¨® durante siete a?os y en el que disput¨® m¨¢s de 180 partidos).

Por su parte, regresando de nuevo a la narraci¨®n de los hechos extraordinarios de la edici¨®n del Trofeo Alcarria del a?o 1980, la prensa tambi¨¦n se hizo eco de esas reacciones desconfiadas que se hab¨ªan mostrado en el f¨²tbol espa?ol. En su edici¨®n del 6 de agosto de 1980, en Flores y Abejas se habl¨® de ?los recelos que la visita de dos equipos ingleses de la categor¨ªa del Nottingham Forest y el Tottenham Hotspur ha levantado en algunas jerarqu¨ªas del f¨²tbol espa?ol, del escepticismo de los que piensan que esto es un farol y se trata de dos equipos de Vallecas?. ?De toda la naci¨®n llueven las llamadas para preguntar si es cierto que en Guadalajara se va a montar ese campeonato con los dos fenomenales equipos ingleses. Nadie se explica c¨®mo el Deportivo Guadalajara, un equipo modesto, pudiera contratar a estos dos l¨ªderes de la liga inglesa y de la Copa de Europa, en donde el Nottingham es el actual campe¨®n de equipos campeones de liga?, confirm¨® tambi¨¦n Nueva Alcarria.

Mientras, el adjetivo utilizado en el titular de la noticia aparecida en la p¨¢gina nueve de la edici¨®n del 7 de agosto de 1980 del peri¨®dico Mundo Deportivo fue igual de contundente: ?El incre¨ªble Trofeo de la Alcarria?, se?al¨® el medio barcelon¨¦s. Ya en el interior, en la noticia publicada se consider¨® que la presencia de dos equipos ingleses en un torneo de un reci¨¦n ascendido desde categor¨ªa regional era un acontecimiento ?de lo m¨¢s escalofriante? y se a?adi¨® que ?cualquier aficionado, tal y como est¨¢ el f¨²tbol, pensar¨ªa que alg¨²n presidente se ha vuelto loco y ha decidido tirar el club por la ventana?, pero que el Deportivo Guadalajara ten¨ªa un presupuesto anual de 7,5 millones de pesetas (45.075 euros) y que organizar el torneo le costaba alrededor de 1,5 millones de pesetas (9.015 euros), ?que en parte est¨¢n ya sufragados por ingresos de publicidad?. ?El truco est¨¢ en que tanto Nottingham como Tottenham acuden a Guadalajara sin compromiso alguno de traer al equipo titular?, aclar¨®, mientras explic¨® que ?los dos equipos ingleses vienen solo con quince jugadores y con todos los gastos pagados? y ?en el mismo vuelo? para jugar un Trofeo Alcarria cuya ?fecha del torneo se ha ajustado a las preferencias de ambos clubes, ya que el 16 de este mes comienza el campeonato en su pa¨ªs?. ?El truco, sobre todo, est¨¢ en que el Guadalajara ha contado durante doce a?os con un presidente, Jos¨¦ Laso, que no ocupa ya el cargo por no haberse presentado a la reelecci¨®n, que cuenta con magn¨ªficas amistades en Inglaterra, lo que permite contratar a equipos ingleses a precios irrisorios?, explic¨®. Y culmin¨®: ?El torneo no deja de tener su gracia?.

Ese mismo d¨ªa, el 7 de agosto de 1980, el Trofeo Alcarria tambi¨¦n tuvo su espacio en El Pa¨ªs: ?Dos prestigiosos clubes ingleses, el Nottingham Forest y el Tottenham Hostpur, jugar¨¢n esta semana en Guadalajara, en el trofeo triangular de La Alcarria, cuyo cartel completa el propio Guadalajara, reci¨¦n ascendido a Tercera Divisi¨®n. Ambos equipos vienen sin sus mejores figuras. El Nottingham ha ganado las dos ¨²ltimas ediciones de la Copa de Europa. El programa del torneo es este: hoy, jueves, Nottingham-Guadalajara; el viernes, Tottenham-Guadalajara, y el s¨¢bado, Nottingham-Tottenham. Los tres partidos comenzar¨¢n a las nueve de la noche. Los precios est¨¢n entre las trescientas y las ochocientas pesetas. El Guadalajara, por extra?o que pueda parecer, mantiene buenas relaciones con varios clubes ingleses, y ya el a?o pasado invit¨® a disputar partidos amistosos al Queen's Park Rangers [sic] y al Tottenham, y para el torneo de este a?o repite el Tottenham, y adem¨¢s viene el bicampe¨®n europeo Nottingham Forest. Ambos equipos vienen por muy poco dinero (¡°solo por amistad¡±, manifest¨® a EL PA?S un portavoz del Guadalajara) y, sin sus mejores hombres. En el Nottingham no estar¨¢n Shilton, Anderson, Burns, Birtles, Francis, Robertson y dem¨¢s figuras, y el Tottenham tampoco trae a los argentinos Villa y Ardiles, campeones del mundo en 1978. Pese a estas ausencias, en Guadalajara existe inter¨¦s por el torneo?, narr¨® la noticia sobre una edici¨®n del Trofeo Alcarria que tambi¨¦n cont¨®, entre otros medios, con rese?as, antes o despu¨¦s de su celebraci¨®n, en nuestro diario As y en ABC.

Mientras, los medios de Guadalajara se centraron durante unos d¨ªas en el cambio del trofeo al ganador, ya que, como apunt¨® Flores y Abejas en su edici¨®n del 6 de agosto de 1980, ?por causas no imputables a la direcci¨®n del Banco Comercial Espa?ol ni al Deportivo Guadalajara, este a?o no se puede contar con el que ya se hab¨ªa hecho cl¨¢sico de anteriores ediciones, aunque el correspondiente al vencedor conserva la misma l¨ªnea y no desmerece de anteriores trofeos?. ?El nuevo trofeo consiste en una magn¨ªfica peana, con cuatro columnas, entre las cuales se posa una abeja y en cada una de las columnas un jugador de f¨²tbol, dando escolta a un tarro de miel en bronce, actuando de tapadera de esta jarra un bal¨®n de f¨²tbol?, describi¨® el nuevo trofeo el peri¨®dico Nueva Alcarria el 9 de agosto de 1980 en una noticia en la que Alberto Cubillo, el reci¨¦n elegido presidente del Deportivo Guadalajara, destac¨® la ?gran entidad? que hab¨ªa adquirido el Trofeo Alcarria en apenas seis a?os y alab¨® ?las gestiones de Juan Jos¨¦ Laso?, ya que sin ellas ?no se hubiese conseguido en Guadalajara la presencia de estos dos grandes equipos de la Primera Divisi¨®n inglesa?.

?El Trofeo Alcarria, por todo lo alto?, puso como antet¨ªtulo, por su parte, Flores y Abejas en su previa. Y en su subt¨ªtulo destac¨®: ?Y el viernes, el Tottenham Hotspur, con Villa y Ardiles?. Ya en el texto, el medio guadalajare?o consider¨® el Trofeo Alcarria ?un torneo totalmente humilde en sus primeras ediciones, pero que poco a poco va subiendo en calidad y prestigio?. ?De un lado el Nottingham Forest, que all¨¢ por el mes de mayo se coronara bicampe¨®n de la Copa de Europa en el Santiago Bernab¨¦u, y que cuenta en sus filas con jugadores internacionales y superconocidos, caso de Shilton, Anderson, Birtles, Robertson y Trevor Francis?, anunci¨®. ?Por otro lado, el Tottenham Hotspur, vencedor del Trofeo de Ferias de la capital alcarre?a y que tan buen sabor de boca dejara. Es, no hace falta recordarlo, uno de los equipos punteros del f¨²tbol brit¨¢nico y juegan en sus filas los mundialistas argentinos Ardiles y Villa?, prosigui¨®. Y sentenci¨®: ?Ni que decir tiene que la expectaci¨®n es m¨¢xima a orillas del Henares y que el lleno en los tres encuentros est¨¢ asegurado?.

De tal modo, el mi¨¦rcoles 6 de agosto de 1980 a las 16:45, y con un retraso de media hora seg¨²n el horario previsto, el vuelo que trajo desde Inglaterra a las expediciones del Nottingham Forest y del Tottenham Hotspur aterriz¨® en el aeropuerto Madrid-Barajas, donde fueron recibidos por la directiva del CD Guadalajara y se montaron en el autocar que les traslad¨® hasta el hotel Pax, ya en Guadalajara, y en el que sufrieron por primera vez los contratiempos del sofocante calor del verano castellano: seg¨²n cuentan las cr¨®nicas locales, varios miembros de la expedici¨®n brit¨¢nica ?llegaron a quitarse la camisa durante el trayecto?.

No en vano, tras aparecer a las 18:10 en el citado hotel Pax e instalarse brevemente en sus habitaciones, los jugadores ingleses desfilaron sin demora hacia la ahora extinta piscina del complejo hotelero guadalajare?o ?para refrescarse y tomar ese sol tan a?orado por los anglosajones?. All¨ª, adem¨¢s, varios futbolistas de los Spurs respondieron a las preguntas de los periodistas: ?La hierba me pareci¨® bastante alta, aunque bien cuidada. En lo que se refiere al ambiente, ni bueno, ni malo. P¨²blico normal?, afirm¨® Giorgio Mazzon en referencia al Trofeo de Ferias disputado por el equipo londinense en Guadalajara apenas unos meses antes.

Mientras, su compa?ero Mark Falco no renunci¨® a hablar del auge en aquellos a?os del f¨²tbol ingl¨¦s, cuyos equipos ganaron la Copa de Europa de forma consecutiva desde 1976 a 1982: ?Cada a?o hemos ido aumentando y perfeccionando la intensidad de los entrenamientos?, explic¨®. ?El f¨²tbol ingl¨¦s est¨¢ bien estructurado, principalmente, porque tiene una gran afici¨®n?, le secund¨® Terry Gibson. Y a?adi¨®: ?S¨ª, los ingleses jugamos un tanto duro, pero el juego del Tottenham se basa en pases cortos y regates?. Por ¨²ltimo, Glenn Hoddle, que acababa de ser galardonado con el premio al jugador joven de Inglaterra de la Asociaci¨®n de Futbolistas Profesionales (PFA) en la temporada 1979-1980, tambi¨¦n se refiri¨® al estado del f¨²tbol brit¨¢nico, en concreto, al de su combinado nacional de cara a la siguiente cita mundialista: ?No, creo que Espa?a no es un rival peligroso para el Mundial de 1982?, vaticin¨® sobre una selecci¨®n, la espa?ola, a la que ¨¦l mismo hab¨ªa ganado con Inglaterra en la reci¨¦n terminada Eurocopa de Italia. Aunque cerr¨®: ?S¨ª, me gustar¨ªa jugar en Espa?a. Ser¨ªa muy interesante y, personalmente, me gusta el FC Barcelona?.

Ya un d¨ªa despu¨¦s de la llegada de la expedici¨®n del Forest y los Spurs, el jueves 7 de agosto de 1980 a las 21 horas en un Pedro Escart¨ªn a rebosar, comenz¨® el sexto Trofeo Alcarria, que regres¨® al formato triangular de su primera edici¨®n en lugar de los anteriores de semifinales y final, con un partido entre el Deportivo Guadalajara y el Nottingham Forest en el que, como destac¨® Nueva Alcarria, salieron ?los alcarre?os con la bandera inglesa, los ingleses con la bandera nacional espa?ola?, lo que provoc¨® una ?gran ovaci¨®n?. El conjunto ingl¨¦s venci¨® por cero goles a tres y el encuentro dej¨® 604.000 pesetas (3.630 euros) en la taquilla del Club Deportivo Guadalajara, casi 300.000 pesetas (1.803 euros) m¨¢s de lo que el D¨¦por recaud¨® en cualquier partido de liga a lo largo de ese a?o (364.000 pesetas ¡ª2.187 euros¡ª, contra el Aranjuez). Gray, en jugada personal, fue el encargado de abrir el marcador en el minuto 31. Mientras, de nuevo Gray o Parry ampliaron la ventaja inglesa en el minuto 55 al cabecear un centro de Plummer o de Hodge, dependiendo de qu¨¦ cr¨®nica y de qu¨¦ medio local leyera el aficionado. Ya en el minuto 76, Walsh, al anotar un penalti cometido por derribo de L¨®pez a Lilley en un r¨¢pido contragolpe del Forest, certific¨® el 0-3 definitivo. ?Colin Walsh fue uno de mis jugadores favoritos cuando era ni?o. Entre 1982 y 1984 fue genial verlo, anotando algunos goles cruciales?, apunta, en la actualidad, Dave Marples.

Por su parte, regresando al pasado, de nuevo al verano de 1980, la prensa de Guadalajara destac¨®, sobre todo, la diferencia de nivel ?abismal? entre ambos equipos y la decepci¨®n del p¨²blico alcarre?o al comprobar que la alineaci¨®n inglesa estaba plagada de j¨®venes jugadores y que el Forest ¨²nicamente, seg¨²n Flores y Abejas, hab¨ªa acudido al torneo con tres futbolistas internacionales en sus filas, Macleod y los citados con anterioridad Walsh y O¡¯Kane, quien, a pesar de haberse retirado en 1976 debido a las lesiones y formar parte en ese momento del cuerpo t¨¦cnico de los ingleses, tuvo que saltar un par de d¨ªas despu¨¦s al campo en el partido definitivo contra el Tottenham por la lesi¨®n de Turner en el minuto 75.

Antes de que eso sucediera, del encuentro entre el D¨¦por y el Forest, en su cr¨®nica en Nueva Alcarria, Bernab¨¦ Rela?o dijo que fue ?un partido que desde luego no correspondi¨® a la expectaci¨®n que hab¨ªa despertado?, mientras que en Flores y Abejas consideraron que el p¨²blico ?sali¨® decepcionado por la alineaci¨®n que present¨® el equipo ingl¨¦s?, ya que esperaba ?ver en acci¨®n al actual campe¨®n europeo?. En cualquier caso, el que m¨¢s texto ocup¨® en la prensa alcarre?a a lo largo de esos d¨ªas fue el ?jovenc¨ªsimo jugador de color Plummer, el cual, a sus 16 a?os, demostr¨® gran calidad y ser un peligro constante para las defensas contrarias?. ?El negrito Plummer ha dado todo un recital de buen juego a lo largo del torneo y ha sido el que ha cosechado las m¨¢s encendidas ovaciones?, a?adi¨®, por su parte, el peri¨®dico Guadalajara. Diario de la Ma?ana al t¨¦rmino del trofeo sobre un jugador que, como explica Marples, a lo largo de su trayectoria en el Nottingham Forest ?no tuvo una racha sostenida en el primer equipo y quiz¨¢ sea mejor recordado por anotar el gol de la victoria en Leyton Orient en la FA Cup en nuestro camino a las semifinales en 1988?.

Al d¨ªa siguiente de ese encuentro entre el Forest y el D¨¦por, el viernes 8 de agosto de 1980, Plummer descans¨® y, a partir tambi¨¦n de las 21 horas, fue el Tottenham Hotspur el conjunto que derrot¨® por la m¨ªnima, con gol de Gibson en la segunda mitad, a un Deportivo Guadalajara que ?mereci¨® el empate? en un partido en el que, al inicio, ?los jugadores ingleses a los ni?os de las primeras filas del campo les hicieron unos regalos, acto este que fue muy aplaudido?, tal y como destac¨® el peri¨®dico Nueva Alcarria.

Finalmente, y a pesar de los m¨¦ritos deportivistas, fue el otro conjunto ingl¨¦s el que se jug¨® contra el Forest el campeonato del sexto Trofeo Alcarria un d¨ªa despu¨¦s, el s¨¢bado 9 de agosto de 1980, como siempre a partir de las 21 horas, en un encuentro en el que el ?delegado de la expedici¨®n inglesa? recibi¨® una placa por parte del Deportivo Guadalajara y que tuvo la peculiaridad, otra m¨¢s en ese verano incre¨ªble, de que fue arbitrado por Ali Albanay, colegiado de Kuwait, que, seg¨²n Flores y Abejas, estuvo ?muy bien?, aunque Nueva Alcarria consider¨® su actuaci¨®n ?nada m¨¢s que regular?. Walsh, Kendall y, por supuesto, ?la figura del partido y del torneo?, Plummer, fueron los mejores futbolistas de ese definitivo choque en el que el conjunto de Nottingham se proclam¨® por primera vez campe¨®n del torneo guadalajare?o tras derrotar al cuadro del norte de Londres por dos goles a cero bajo el ?calor y la ya cl¨¢sica invasi¨®n de mosquitos que han hecho estragos?. El propio Walsh, en el minuto 43, abri¨® el marcador al anotar un nuevo penalti cometido sobre Plummer. Mientras, en el minuto 72, Lilley, al adelantarse a Aleksic, anot¨® el segundo tanto del Forest tras un pase en largo desde la defensa de Turner. ?El p¨²blico ha respondido magn¨ªficamente?, asever¨® el peri¨®dico Guadalajara. Diario de la Ma?ana, tras tildar al Tottenham de equipo ?carente de ideas y bastante marrullero?, sobre un Trofeo Alcarria que termin¨® con los jugadores ingleses dando la vuelta de honor y qued¨¢ndose ?ante el estupor de los donantes? con ?varias botas de vino? que les ofrecieron desde las gradas, ya que creyeron que eran ?de regalo?.

An¨¦cdotas divertidas aparte, seg¨²n los medios locales, el sexto Trofeo Alcarria dej¨® cerca de un mill¨®n de pesetas (6.010 euros) para el club deportivista, si bien su presidente, Alberto Cubillo, cifr¨® esos ingresos en ?superiores a las 500.000 pesetas? en una asamblea de socios alcarre?a celebrada al final de la campa?a 1980-1981 (en el cap¨ªtulo de gastos, en un noticia aparecida en Nueva Alcarria especularon con unos gastos aproximados para el Deportivo Guadalajara de los vuelos de avi¨®n de 750.000 pesetas ¡ª4.507 euros¡ª, de los del alojamiento en el hotel de 260.000 pesetas ¡ª1.562 euros¡ª y de los de arbitraje de 90.000 pesetas ¡ª540 euros¡ª).

Fuera el que fuera el importe definitivo ingresado por el club alcarre?o, y a pesar de que ninguno de los dos conjuntos ingleses presentara en Guadalajara a sus grandes estrellas, el sexto Trofeo Alcarria fue un ¨¦xito rotundo de asistencia y nivel futbol¨ªstico, con un equipo reci¨¦n ascendido a Tercera Divisi¨®n enfrent¨¢ndose, milagrosa y sorpresivamente, a dos conjuntos de la Primera inglesa que pusieron sobre el campo una mezcla de jugadores de sus primeras plantillas, algunos de ellos veteranos y ya consolidados, y las j¨®venes promesas m¨¢s destacadas de su cantera, especialmente en el caso del Nottingham Forest. ?Con la categor¨ªa de los dos equipos ingleses, mira por d¨®nde y aunque pese a muchos y no precisamente de Guadalajara sino de altas esferas deportivas de Madrid, el Trofeo Alcarria este a?o ha sido uno de los mejores torneos veraniegos que se celebran en Espa?a?, cerr¨® su cobertura Nueva Alcarria sobre un torneo al que defini¨® como ?todo ¨¦xito?. ?En muy pocos sitios han podido reunir dos equipos de tanta categor¨ªa?, a?adi¨®, al tiempo que destac¨® que ?los dos equipos ingleses se han entregado a fondo y no han venido de veraneo?, por lo que ?han brindado unos grandes partidos?. Y sentenci¨®: ?Sus aspiraciones econ¨®micas [del Forest] son muy altas y sin embargo la directiva y concretamente el presidente saliente don Juan Jos¨¦ Laso, antes de su retirada como presidente del club pr¨¢cticamente ya lo ten¨ªa contratado, y lo que son las cosas, sin cobrar ni una sola peseta, al igual que el Tottenham. Guadalajara ha podido presumir de un gran torneo, de un gran espect¨¢culo deportivo y sin pagar divisas. Esto, de antemano, ya es un ¨¦xito rotundo?.

En concreto, a lo largo del torneo, por el Tottenham Hotspur, adem¨¢s de Naylor, O¡¯Reilly, Falco, Mazzon y Grayling, que repitieron tras su presencia un a?o antes en el Torneo de Ferias, jugaron futbolistas como el portero Milija Aleksic (hab¨ªa disputado ocho partidos ese a?o en la Primera inglesa), Peter Southey (el prometedor lateral que debut¨® con 17 a?os en un partido liguero contra el Brighton en esa temporada con el primer equipo spur y que falleci¨® en 1983 con apenas 21 a?os por una leucemia), Pat Corbett, Jimmy Holmes (tras destacar en el Coventry, las lesiones persiguieron al internacional irland¨¦s en el Tottenham, si bien lleg¨® a disputar 33 partidos ligueros en su mejor temporada con los Spurs, la 1978-1979), Tony Chambers, Ian Crook (hist¨®rico del Norwich City, equipo con el que jug¨® m¨¢s de 400 encuentros), Terry Gibson o John Cooper. Por su parte, Glenn Hoddle, que ser¨ªa m¨¢s de un medio centenar de veces internacional con Inglaterra (con presencia en dos Eurocopas y dos Mundiales) y tambi¨¦n su seleccionador a finales de los noventa, habl¨® para los medios alcarre?os en el hotel Pax, pero no lleg¨® a saltar al terreno de juego en ninguno de los dos encuentros en el equipo dirigido en esa ocasi¨®n por Peter Shreeves, uno de los entrenadores asistentes de Keith Burkinshaw.

Mientras, el Nottingham Forest apost¨® descaradamente por la juventud de su cantera y actuaron en esos dos partidos Steve Sutton (debut¨® en la Primera inglesa en octubre de ese 1980 y defendi¨® durante 199 encuentros ligueros la porter¨ªa del equipo en m¨¢s de una d¨¦cada), Paul Turner, Gary Woodford, Colin Walsh (debut¨® en la Primera inglesa en noviembre de ese 1980 y en su trayectoria disput¨® m¨¢s de 130 encuentros ligueros con el Forest), Donald Macleod, Colin Smith, el destacado Calvin Plummer (pese no a tener, como dijo Marples, ?una racha sostenida? en el primer equipo del Forest, debut¨® en la Primera inglesa con el Nottingham nada m¨¢s cumplir los 19 a?os, en el curso 1981-1982), Stephen Kendall (que debut¨® en liga con el primer equipo del Forest tambi¨¦n en la campa?a 1981-1982), Geoff Lilley, Jeff Parry, Steve Hodge (tras debutar en la m¨¢xima categor¨ªa con el Forest en el curso 1981-1982, disput¨® casi 400 encuentros en la m¨¢xima divisi¨®n inglesa, m¨¢s de dos centenares de ellos con el Forest, y fue dos veces mundialista con Inglaterra), Stuart Gray (casi 150 partidos en la Primera Divisi¨®n, de ellos, 14 en la temporada 1980-1981 y 49 en total en su trayectoria con el Forest) y Liam O¡¯Kane (antes de ocupar un puesto en el cuerpo t¨¦cnico de Brian Clough jug¨® m¨¢s de 200 partidos con el Forest, entre ellos, casi un centenar en la Primera inglesa).

El propio Nottingham Forest Football Club destac¨® la destreza en Guadalajara de sus j¨®venes canteranos en el programa de mano del partido de la segunda ronda de la Football League Cup que enfrent¨® en el City Ground al conjunto ingl¨¦s contra el Peterborough United el mi¨¦rcoles 27 de ese mismo mes de agosto de 1980 (con Colin Walsh, de suplente en el banquillo). En una noticia que ocupaba dos p¨¢ginas y que se titulaba ¡®El Nottingham Poso Brillante Colofon Al Torneo¡¯ [sic], en castellano, sin las tildes y con la errata incluida, el Forest recalc¨® ?la temperatura de 36 grados Fahrenheit m¨¢s que cuando dejamos Londres dos horas antes? a su llegada al aeropuerto de Madrid y los ?aplausos? de los espectadores congregados en el Pedro Escart¨ªn que recibieron sus futbolistas, que mostraron ?habilidad y determinaci¨®n contra los Spurs? para llevarse con ?una magn¨ªfica actuaci¨®n del equipo contra todo pron¨®stico? un trofeo en el que la grada disfrut¨® con ?la oportunidad de ver f¨²tbol ingl¨¦s jugado en Espa?a?. ?El torneo fue un ¨¦xito sobresaliente?, a?adi¨® el Nottingham Forest antes de agradecer al ?Guadalajara por su excelente organizaci¨®n?.

?Estamos deseando volver para defender el t¨ªtulo?, concluy¨® el conjunto ingl¨¦s en ese texto sobre una edici¨®n del Trofeo Alcarria que alguno de esos j¨®venes del Forest todav¨ªa no lo ha olvidado hoy en d¨ªa, m¨¢s de cuatro d¨¦cadas despu¨¦s: ?Recuerdo que estaba al rojo vivo. Recuerdo que me quem¨¦ los pies despu¨¦s de quedarme dormido al sol debajo de un ¨¢rbol. Jug¨¢bamos tarde en la noche, alrededor de las 22:00 o las 23:00 horas, debido al calor. Recuerdo que a Ronnie Fenton le pic¨® una gran abeja en el costado de la nariz. Ganamos ese gran trofeo, sol¨ªa estar en la vitrina de trofeos, y ten¨ªa abejas, cuatro de ellas. Recuerdo caminar de regreso desde el estadio al hotel alrededor de las 2:00 de la ma?ana y los ni?os estaban jugando en la calle porque hac¨ªa demasiado calor. Creo que ganamos a los Spurs en la final?, hace memoria, desde Nottingham, el exguardameta Steve Sutton, preguntado por Dave Marples, sobre ese caluroso verano en el que los ni?os jugaban en la calle de madrugada en Guadalajara, la localidad en la que el Forest se enfrent¨® a un reci¨¦n ascendido a Tercera en el Pedro Escart¨ªn, a apenas 56 kil¨®metros del Estadio Santiago Bernab¨¦u, el lugar en el que, poco m¨¢s de dos meses antes, el Forest, ese mismo Nottingham Forest Football Club, se hab¨ªa proclamado campe¨®n de Europa por segunda vez de forma consecutiva.

?Yo estuve con mi padre en la final de la Copa de Europa del Bernab¨¦u, no s¨¦ si invitado por el Nottingham Forest o por el Real Madrid, ya que mi padre tambi¨¦n ten¨ªa muy buenas relaciones con el Real Madrid?, apunta Laso hijo. ?Mi padre siempre puso a su negocio y a su familia por debajo del f¨²tbol?, a?ade. Y cierra: ?Mi padre en el f¨²tbol conoc¨ªa a todo el mundo, en Espa?a y en todos lados, se mov¨ªa muy bien?.

De hecho, concretamente, el caso de que un equipo que militaba entre la Regional Preferente y la Tercera espa?olas llevara a su torneo amistoso de verano en Guadalajara a tres conjuntos de la Primera Divisi¨®n de Inglaterra, entre ellos, al por entonces actual doble campe¨®n de la Copa de Europa, se debi¨® exclusiva y sencillamente a eso, a conocer a todo el mundo, a tejer una buena red de contactos. En otras palabras, a una cuesti¨®n de amistad.

?Un equipo como el Guadalajara tampoco ten¨ªa los recursos para hacer un Trofeo Alcarria y gastarse una millonada?, recuerda Laso hijo. ?Esos Trofeos Alcarria se hicieron m¨¢s por relaciones y por amistad que por temas econ¨®micos?, le apoya Eduardo Carlavilla. Y su padre, Uchi, a?ade: ?Laso los trajo por amistad, ven¨ªan gratis?. ?Ven¨ªan aqu¨ª por amistad y porque se les pagaba la estancia en el hotel Pax, un buen hotel, y era una preparaci¨®n para ellos?, confirma Jos¨¦ Luis Sesma.

Para entenderlo, una vez m¨¢s hay que centrarse en la omnipresente figura de Juan Jos¨¦ Laso, esta vez m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol, en su trayectoria en la empresa privada. ?Laso trabajaba en Worthington, una empresa de bombas de riego y para cosas de centrales nucleares. Era el director comercial. Estaba en Madrid enfrente de donde trabajaba yo en aquella ¨¦poca, en el Banco Continental, en la calle Jos¨¦ Antonio, ahora Gran V¨ªa, n¨²mero 3?, narra Sesma. ?En Worthington estuvo hasta el a?o 1975 o as¨ª. Se fue sin indemnizaci¨®n, de un d¨ªa para otro?, prosigue Laso hijo. Fue entonces cuando Juan Jos¨¦ Laso Rhodes, su padre, cre¨®, junto con otros socios, FLAG SA, una empresa dedicada a la construcci¨®n de juntas de expansi¨®n para tuber¨ªas y comprensores, especialmente tambi¨¦n para refiner¨ªas y centrales t¨¦rmicas y nucleares, que, como el propio Laso mantuvo en un perfil en Nueva Alcarria, ten¨ªa ?198 obreros? en el a?o 1986. ?Cuando mont¨® FLAG iba m¨¢s a Inglaterra y tambi¨¦n a Estados Unidos?, prosigue su hijo. Aunque a?ade: ?Mi padre iba a Inglaterra, pero tampoco iba mucho. O eso pensaba yo?.

Exacto, eso pensaba ¨¦l, v¨ªctima de la inocencia de la infancia: en realidad, su padre, como ¨¦l mismo apunt¨® una vez en Nueva Alcarria, era un gran viajero que hab¨ªa estado en toda Europa y gran parte de ?frica. A Inglaterra, de hecho, viajaba con bastante frecuencia. ?En Inglaterra conoci¨® a mucha gente que eran directivos de equipos ingleses?, explica Uchi Carlavilla. ?Juanjo estaba preparado, sab¨ªa ingl¨¦s, ten¨ªa mucho contacto con Inglaterra y conoc¨ªa el mundo del f¨²tbol. Como era un obsesionado del f¨²tbol ten¨ªa contactos a trav¨¦s de la empresa?, le apoya Sesma. Y completa: ?Juanjo iba a Londres con la empresa y all¨ª conoci¨® a gente que estaba metida en el mundo del f¨²tbol?.

En uno de esos recurrentes viajes a Londres, Juan Jos¨¦ Laso conoci¨®, sobre todo, a una persona en concreto, al otro protagonista principal de esta historia del f¨²tbol del pasado: Peter Smith. ?Con Peter Smith mi padre ten¨ªa mucha amistad?, asiente el hijo de Laso. Y a?ade: ?La persona clave era Peter Smith, que es el que trajo a los equipos ingleses a Guadalajara. ?l vino m¨¢s veces a mi casa, aparte de en los Trofeos Alcarria?.

No en vano, el citado Peter Smith ten¨ªa dos trabajos que se complementaron perfectamente para que el Queens Park Rangers, el Tottenham Hotspur y el Nottingham Forest terminaran jugando en el Trofeo Alcarria. Por un lado, Smith trabajaba en una agencia de viajes, lugar en el que surgi¨® la amistad con Juan Jos¨¦ Laso que fue ciment¨¢ndose poco a poco con charlas en persona en los viajes del expresidente deportivista a Inglaterra y, especialmente, con llamadas telef¨®nicas desde Cabanillas del Campo a Londres. Por otro lado, el ingl¨¦s tambi¨¦n era delegado de la Football Association (si bien, a d¨ªa de hoy y a petici¨®n nuestra, la propia Federaci¨®n de F¨²tbol de Inglaterra no ha podido encontrar ?ninguna informaci¨®n al respecto?), lo que le permiti¨® tener una relaci¨®n directa con los clubes de su pa¨ªs que jugaron finalmente en Guadalajara. Sirva de ejemplo el programa de mano del Nottingham Forest citado con anterioridad, en el que el conjunto ingl¨¦s dio tambi¨¦n las gracias en el texto al propio Peter Smith, ?quien hizo la invitaci¨®n inicial a Brian Clough y quien guio a ambos equipos [ingleses] de manera tan eficiente?.

?Peter Smith estaba todo el d¨ªa en la piscina de la casa de Juanjo en Cabanillas tomando el sol, desde que se levantaba por la ma?ana se pon¨ªa su crema y ah¨ª estaba?, relata Sesma, volviendo a aquellos a?os del Trofeo Alcarria. Normalmente, adem¨¢s, comiendo conejo y bebiendo gazpacho. ?A todos los ingleses les encantaba comer gazpacho, conejo y mel¨®n. Les volv¨ªa locos el mel¨®n?, asiente Laso hijo, que era una adolescente de apenas 15 a?os en aquella ¨¦poca. Y prosigue: ?Peter Smith se quedaba en mi casa a dormir?.

No en vano, las semanas de Trofeo Alcarria eran una verdadera locura para el por entonces presidente del Deportivo Guadalajara y su familia. ?Juanjo era el que atend¨ªa todo a los ingleses?, apunta Uchi Carlavilla. Laso hijo, de hecho, lo sabe bien: ?Era una semana de aut¨¦ntico estr¨¦s porque mi padre no pisaba la casa, mi madre hac¨ªa comidas un d¨ªa para veinte, otro d¨ªa para tres y otro d¨ªa para quince?, explica. Y contin¨²a: ?Recuerdo haber ido al aeropuerto de Barajas a recoger a los jugadores con el autob¨²s y tambi¨¦n a recogerles al hotel Pax?. ?Lo que m¨¢s recuerdo son las comidas en Cabanillas, ten¨ªamos una casa grande y ah¨ª, en el jard¨ªn, las semanas del Trofeo Alcarria desfilaba todo el mundo?, completa.

?En mi casa estuvo tambi¨¦n el vicepresidente del Nottingham Forest [Jimmy Pell], un tipo muy grueso, muy divertido?, contin¨²a Laso hijo. ?Yo creo que a Guadalajara los ingleses ven¨ªan como si fueran unas vacaciones, por lo menos los directivos. Se lo pasaban a todo tren?, arguye. Y cierra, poniendo el foco sobre las recordadas juergas de los miembros de las expediciones inglesas por tierras alcarre?as: ?Ven¨ªa m¨¢s gente con ellos, ven¨ªa mucha gente. Com¨ªan muchas veces en casa, cenaban fuera, iban de fiesta, ven¨ªan una semana. Disfrutaban en Guadalajara?.

Esa diversi¨®n era el contrapunto necesario para la celebraci¨®n de unas ediciones del Trofeo Alcarria que, como apunta el propio Laso hijo, ?son historia del D¨¦por?, tambi¨¦n incluso historia del f¨²tbol mundial. ?Era el no va m¨¢s, un acontecimiento tremendo en Guadalajara?, le apoya Sesma. Y contin¨²a: ?Todo el mundo quer¨ªa ir al f¨²tbol. Entonces la gente no sal¨ªa de vacaciones como sale ahora. Organizar un torneo en el mes de agosto era complicado, pero todav¨ªa as¨ª ven¨ªa much¨ªsima gente?.

?Los partidos eran una expectaci¨®n. Estaban llenos de gente y el club sacaba dinero. En el ¨²ltimo que vino el Nottingham Forest sacaron un mill¨®n de pesetas limpio, que en aquella ¨¦poca era una cantidad de dinero importante?, concluye Laso hijo sobre el s¨¦ptimo Trofeo Alcarria del a?o 1981, la ¨²ltima edici¨®n con conjuntos ingleses de un torneo que, visto desde una perspectiva actual, suena a ficci¨®n, a una historia imaginada, inventada. ?Es completamente imposible que ahora un club de Regional o de Tercera Divisi¨®n pueda traer para jugar un torneo amistoso al campe¨®n de Europa?, concuerda Eduardo Carlavilla. ?Es imposible que ahora a Guadalajara vengan el Manchester United o el PSG?, insiste Sesma. Y sentencia: ?No, no, hoy en d¨ªa un Trofeo Alcarria as¨ª no se puede hacer?.

El 22 de junio de 1986, en el Estadio Azteca, Diego Armando Maradona se subi¨® a un barrilete c¨®smico para anotar el gol del siglo XX despu¨¦s de haber alcanzado la mano de Dios. Steve Hodge lo vio de cerca. Primero, en el minuto 51, el futbolista ingl¨¦s fue el encargado con su pierna izquierda de ceder hacia su portero Peter Shilton el bal¨®n que, entre el punto de penalti y el ¨¢rea peque?a, el astro argentino aloj¨® en la red tras tocarlo con su pu?o izquierdo ante la salida del guardameta de Inglaterra. Despu¨¦s, solamente cuatro minutos m¨¢s tarde, el propio Hodge presenci¨® a apenas un par de metros el inicio de la carrera de casi 55 metros de distancia y 10 segundos de duraci¨®n en la que Maradona, tras recibir un pase en su propio campo de su compa?ero H¨¦ctor Enrique, regate¨® a los ingleses Peter Beardsley, Peter Reid, Terry Butcher, Terry Fenwich y de nuevo el portero Peter Shilton para certificar su hist¨®rico doblete. Al t¨¦rmino de ese partido, que por motivos contrarios supuso, parad¨®jicamente, el pin¨¢culo de las carreras de ambos futbolistas, Maradona y Hodge intercambiaron sus camisetas. ?La camiseta de Maradona tiene un profundo significado cultural para el mundo del f¨²tbol?, mantiene en la actualidad en Associated Press el propio Hodge, que en el 2010 titul¨® su biograf¨ªa The Man With Maradona¡¯s Shirt y que en este 2022 ha vendido en una puja en Sotheby¡¯s la citada camiseta por 7.142.500 libras (8.463.862 euros) tras 35 a?os teni¨¦ndola en su poder. Y recuerda: ?Fue un privilegio absoluto haber jugado contra uno de los mejores y m¨¢s magn¨ªficos jugadores de f¨²tbol de todos los tiempos?.

En cambio, Hodge s¨ª que se ha olvidado de su paso por Guadalajara: ?Hemos estado hablando con Steve y ¨¦l dice que no recuerda mucho sobre esos partidos en Espa?a y que no te ser¨¢ de ayuda?, confirman desde la secci¨®n de Deportes de la BBC Nottingham a petici¨®n de uno de los cuatro futbolistas del Nottingham Forest, junto con Stephen Kendall, Colin Smith y Calvin Plummer, que disput¨® las dos ediciones del Trofeo Alcarria ganadas por el conjunto ingl¨¦s.

En el verano de 1981, el del segundo de esos torneos, el Deportivo Guadalajara hab¨ªa terminado decimoquinto de su grupo de Tercera antes de empezar otro curso liguero en el que quedar¨ªa vig¨¦simo y regresar¨ªa de nuevo al f¨²tbol regional. Sin embargo, en el per¨ªodo estival aquel descenso todav¨ªa estaba lejos y la s¨¦ptima edici¨®n del Trofeo Alcarria marcaba la actualidad informativa del club deportivista. En una asamblea celebrada a finales de junio, desde la directiva morada avisaron de que ?todav¨ªa no se puede revelar nada? y que hab¨ªa gestiones, ?pero no hay nada consolidado?. Pese a ello, el 8 de julio, Flores y Abejas dej¨® caer una bomba en su titular: ?El Manchester United vendr¨¢ al Trofeo Alcarria?, anunci¨®. Y prosigui¨® en el texto: ?Aunque todav¨ªa no se ha confirmado oficialmente, el Manchester United tiene grandes posibilidades de ser el equipo extranjero participante en el Trofeo Alcarria?.

Al final, el propio Flores y Abejas confirm¨®, justo una semana despu¨¦s, que definitivamente en el Trofeo Alcarria estar¨ªan ?Nottingham, Alcal¨¢ y Guadalajara? del 7 al 9 de agosto. ?Tres eran los conjuntos ingleses de primera divisi¨®n que, de la mano de Juan Jos¨¦ Laso, figuraban en cartel con posibilidades de participar en el Trofeo Alcarria. Manchester United, Nottingham Forest y Arsenal, a los que habr¨ªa que a?adir un cuarto conjunto que milita en segunda divisi¨®n, el Chelsea, que hab¨ªa mostrado su deseo de venir a Espa?a. Tras la negativa del m¨ªster del primero de ellos, ser¨¢ el Nottingham Forest, campe¨®n de la pasada edici¨®n del Trofeo Alcarria, el que de nuevo acuda este a?o dispuesto a repetir el t¨ªtulo?, explic¨® el medio alcarre?o en el texto. Un d¨ªa despu¨¦s, en una noticia aparecida en el diario Marca, el Deportivo Guadalajara ratific¨® tambi¨¦n ese cartel: ?Lo jugaremos Nottingham Forest, Alcal¨¢ y nosotros?, secundaron desde la directiva morada.

Ya el 7 de agosto de 1981, el Nottingham Forest y la RSD Alcal¨¢ inauguraron el torneo despu¨¦s de que los conjuntos saltaran al campo por segundo a?o consecutivo, seg¨²n Nueva Alcarria, ?portando las banderas de los dos pa¨ªses, acto este que fue acogido con una gran ovaci¨®n?. Gan¨® el conjunto ingl¨¦s por dos tantos a cero en una jornada en la que, seg¨²n la cr¨®nica de Flores y Abejas, hab¨ªa una ?gran expectaci¨®n para ver este partido inaugural del Trofeo, registr¨¢ndose en el Pedro Escart¨ªn una de las mejores entradas de todos los tiempos, que dej¨® en las arcas del Deportivo cerca de 700.000 pesetas?. S¨¢nchez Molina, ¨¢rbitro de la Primera espa?ola, dirigi¨® el partido, mientras que Coude, al enviar al fondo de las mallas un centro desde la derecha ?del morenito Plummer? al inicio de la segunda mitad, y Chemari, con un gol en propia puerta en el minuto 81 tras una mala cesi¨®n a su portero Fern¨¢ndez, fueron los goleadores.

Al d¨ªa siguiente, la RSD Alcal¨¢, que seg¨²n los medios locales demostr¨® ser el mejor equipo de los tres, derrot¨® sin problemas al D¨¦por (1-3), por lo que el ¨²ltimo encuentro entre ingleses y alcarre?os, disputado el domingo 9 de agosto, qued¨® algo deslucido al estar el torneo pr¨¢cticamente sentenciado por la amplia diferencia de nivel entre ambos conjuntos. De hecho, el Nottingham Forest venci¨® sin problemas al Deportivo Guadalajara (0-2, goles de Hodge de cabeza en un c¨®rner y de Wigley al superar al portero alcarre?o en su salida) con, tal y como se pudo leer en el programa de mano editado por el propio club alcarre?o en la edici¨®n del decimoquinto aniversario del Trofeo Alcarria en el a?o 1989, ?una actuaci¨®n memorable del negrito Plummer, que desbord¨® en todo momento a la defensa alcarre?a? en un encuentro tras el que los jugadores ingleses, seg¨²n Nueva Alcarria, ?dieron la vuelta al campo saludando a los espectadores que les brindaron una gran ovaci¨®n? para dar por finalizado un torneo con ?masiva? asistencia de p¨²blico. Por cierto, en el citado programa de mano del XV aniversario, y como curiosidad, el club alcarre?o defini¨® el Trofeo Alcarria como ?hist¨®rico, prestigioso y, si me apuran ustedes, hasta nost¨¢lgico?.

Volviendo de nuevo al verano de 1981, en su edici¨®n del 12 de agosto, Flores y Abejas mantuvo que era de esperar que los beneficios del Trofeo Alcarria, patrocinado en esa edici¨®n por la Caja de Ahorros Provincial de Guadalajara, ?se aproximen al mill¨®n de pesetas, superando los de la anterior edici¨®n? (en su presupuesto para la temporada 1981-1982, el CD Guadalajara cifr¨® exactamente los ingresos del curso 1980-1981 en el Trofeo Alcarria y en amistosos en 1.585.656 pesetas ¡ª9.529 euros¡ª). Por su parte, de nuevo Flores y Abejas consider¨® que lo peor fue ?el trofeo, demasiado ostentoso y lejos de la sencillez y elegancia del primitivo Trofeo Alcarria?, y que en lo mejor hab¨ªa que destacar ?el buen hacer del morenito Plummer en el partido frente al Deportivo?. ?Lo excelente hay que adjudic¨¢rselo a Juanjo Laso, sin cuyo buen hacer no ser¨ªa posible contar con equipos ingleses, y al representante de la Federaci¨®n Inglesa, Peter Smith, art¨ªfice, junto con Juanjo Laso, de esta participaci¨®n de equipos ingleses en el Trofeo Alcarria?.

Precisamente, los medios locales recogieron tambi¨¦n declaraciones del propio Peter Smith, ?delegado de la Federaci¨®n Inglesa de F¨²tbol bien conocido en nuestro mundillo futbol¨ªstico por haber sido ¨¦l el que ha acompa?ado a todos los equipos ingleses que han jugado en el Pedro Escart¨ªn? y que ?habla perfectamente castellano?: ?Muy satisfecho de estar aqu¨ª; mire, tengo un mont¨®n de amigos; todos son facilidades para nosotros y atenciones que no hemos visto en otros lugares. Yo quiero a Espa?a, a los espa?oles y, en especial, al pueblo alcarre?o; son ya cuatro ocasiones las que he venido y estoy deseando volver otra vez. Los mismos jugadores, que es la segunda vez que han venido, est¨¢n encantados; el terreno de juego es estupendo. De verdad, si ustedes lo desean, el pr¨®ximo a?o volveremos?, vaticin¨® el directivo ingl¨¦s.

Por su parte, Jimmy Pell, vicepresidente del Nottingham Forest que antes del inicio del ¨²ltimo partido hab¨ªa hecho entrega al D¨¦por de un trofeo para el jugador juvenil m¨¢s destacado de esa temporada que estaba a punto de empezar, se manifest¨® en los mismos t¨¦rminos con la ayuda de un int¨¦rprete en las instalaciones del hotel Pax, el alojamiento de los ingleses: ?Si quieren ustedes volveremos el pr¨®ximo a?o?, adelant¨®. Y, tras ser preguntado por si era bajar de categor¨ªa enfrentarse a un Segunda B y a un Tercera, continu¨®: ?En absoluto; los equipos a los que nos hemos enfrentado son buenos, muy buenos?. ?Lo importante es relacionarse a niveles internacionales, sobre todo por los chavales, que les hace una gran ilusi¨®n. El a?o que viene volver¨ªamos encantados. No somos un equipo rival; se juega entre amigos y, a nivel de directivas, las relaciones no pueden ser mejores. Hemos tenido mucha suerte en haber conocido esta ciudad?, finaliz¨®.

Mientras, Emilio Moratilla, el nuevo presidente del Deportivo Guadalajara tras la salida de Alberto Cubillo, calific¨® el torneo como ?un ¨¦xito en lo deportivo y en lo econ¨®mico?. ?Efectivamente, las taquillas han sido buenas. Aparte han colaborado algunas entidades locales y el comercio en general, pero el torneo sale caro. Mira, el Nottingham ha costado 750.000 pesetas, el Alcal¨¢ 350.000 pesetas; hombre, beneficios s¨ª que ha habido, no me preguntes cu¨¢nto, porque no lo sabemos; pero aparte de la cuesti¨®n monetaria, lo importante es que ha presenciado un torneo muy bonito?, analiz¨®.

A lo largo de todo el torneo, por el Nottingham Forest jugaron, adem¨¢s de los repetidores Kendall, Colin Smith, Plummer y Hodge, Lee Smelt (que hab¨ªa disputado un partido de liga en esa ¨²ltima temporada 1980-1981), Nigel Thrower, Neil Thompson, Chris Fairclough (que, tras disputar su primer partido oficial con el primer equipo en la Football League Cup en diciembre de ese a?o 1981, jug¨® m¨¢s de 350 partidos en la Primera inglesa, entre ellos, m¨¢s de 100 con el Forest), James McKechnie, Coude, Steve Wigley (que debut¨® en la Primera inglesa en octubre de 1982 y jug¨® m¨¢s de 80 partidos ligueros con el primer equipo del Forest), Neil Redfearn (figura central del Barnsley en la mejor ¨¦poca de su historia en la Premier League) y David Campbell (el norirland¨¦s, que despu¨¦s estar¨ªa presente con su selecci¨®n en el Mundial de M¨¦xico 1986, hab¨ªa llegado a la cantera del Nottingham en el mes de junio de ese 1981 y, tras debutar en el curso 1984-1985, jug¨® 41 partidos con el primer equipo del Forest). Todos ellos, al igual que los jugadores del a?o anterior, y como mantiene Steve Sutton, eran ?aprendices al mismo tiempo?: ?Steve Kendall jug¨® mucho tiempo en Chesterfield. Paul Turner estaba en la academia aqu¨ª [en el Forest]; deber¨ªa haber hecho mucho m¨¢s; era un buen jugador. Estos jugadores son con los que pas¨¦ por el club, todos ¨¦ramos aprendices al mismo tiempo. Colin Smith estuvo en el banquillo varias veces; se fue a jugar al extranjero en alg¨²n lugar, a Am¨¦rica. Geoff Lilley era delantero. Colin Walsh, si tuvimos que venderlo o no, no lo s¨¦. Nunca lo sab¨ªas. En esos d¨ªas, los jugadores pod¨ªan ir y venir a mitad de temporada sin ventana de transferencia. Una ma?ana: ¡°?D¨®nde est¨¢ Walshy?¡±. ¡°?l se fue. Se fue a Charlton¡±. ¡°?Qu¨¦ ha ocurrido?¡±?, recuerda. Y a?ade: ?Neil Redfearn estaba en el equipo reserva. Sol¨ªamos entrenar r¨ªo abajo. Frank Clark cogi¨® el equipo de los reservas; ¨¦l era de la vieja escuela. Sol¨ªamos hacer esprints. Neil ten¨ªa problemas con eso: ¡°Frank, no puedo respirar¡±. ¡°?Qu¨¦ quieres decir con que no puedes respirar?¡±. ¡°?No puedo respirar!¡±. Era buen chico?, recuerda el exportero ingl¨¦s desde Nottingham.

??Geniales fotos! Reconozco a Colin Walsh y Chris Fairclough. Es un equipo muy joven y los entrenadores son Ronnie Fenton y Liam O¡¯Kane. Creo que Steve Hodge est¨¢ detr¨¢s del brazo de Fairclough. S¨ª, estoy seguro de que es Hodge. Estoy hablando de la foto con la equipaci¨®n amarilla. La de la equipaci¨®n roja no es tan f¨¢cil, pero Liam O'Kane est¨¢ ah¨ª con camisa negra. Ah, es Calvin Plummer, no Chris Fairclough, s¨ª. Steve Sutton, portero. Neil Redfearn y Steve Wigley, ambos buenos jugadores. Y s¨ª, ?Chris Fairclough!?, a?ade, por su parte, Daniel Taylor mientras ve algunas de las fotograf¨ªas de aquellos j¨®venes de Nottingham, en algunos partidos vestidos de rojo y en otros, de amarillo (?Puedo decir categ¨®ricamente que la amarilla es quiz¨¢ el mejor uniforme de f¨²tbol de todos los tiempos?, apunta Marples), que, dirigidos por Liam O¡¯Kane y Ron Fenton (?Ambos fueron asistentes de Clough durante mucho tiempo y lugartenientes de confianza, probablemente haciendo m¨¢s trabajo con el primer equipo de lo que la mayor¨ªa pens¨® en ese momento?, aclara de nuevo Marples), viajaron hace cuarenta a?os hasta Guadalajara para cumplir con una de las m¨¢ximas m¨¢s importantes y sencillas de Brian Clough, uno de los genios m¨¢s brillantes de la historia del f¨²tbol: hacer amigos.

?Clough conoc¨ªa a la gente?, mantuvo el citado Liam O¡¯Kane en la entrevista con Phil Juggins en el fanzine Bandy&Shinty. Y profundiz¨®: ?Lo que pasaba con Cloughie era que, incluso cuando dejaba a la gente fuera, siempre sab¨ªa que los necesitar¨ªa de nuevo. En alg¨²n momento. Y supongo que mi trabajo consist¨ªa en poner mi brazo alrededor de esos muchachos mientras tanto. Los llevaba a un lado y les dec¨ªa ¡°Mira, tu cabeza tiene que estar bien. Est¨¢s fuera esta semana, podr¨ªas volver la semana que viene¡±. Y a menudo era as¨ª. Ten¨ªas que hacerlo bien y demostrarlo en el entrenamiento. Porque eran el tipo de cosas que Cloughie notaba?. ?Jugamos muchos partidos. Siempre fuimos buenos en las copas y, por lo general, nos quedamos en ellas durante un buen tiempo. Dos partidos a la semana, escuadra peque?a?, sentenci¨®.

No en vano, una de las grandes caracter¨ªsticas de aquel glorioso Nottingham Forest fueron los numerosos amistosos que, al igual que sucedi¨® con el Trofeo Alcarria en Guadalajara, jugaron a lo largo de todo el mundo. ?Ir a todo tipo de lugares para jugar torneos y amistosos fue definitivamente una caracter¨ªstica de esa ¨¦poca. Clough llevaba a su equipo a jugar un amistoso a mitad de temporada en un abrir y cerrar de ojos, incluso si era antes de un partido de liga o copa?, admite Marples. Y razona: ?Los viajes al Medio Oriente a menudo se realizaban para traer fondos al club, despu¨¦s de todo se estaba construyendo una enorme grada nueva y era necesario pagarla de alguna manera. Al mismo tiempo, a Clough le gustaba ganar cosas, independientemente de la posici¨®n del torneo o trofeo. Se tomaba muy en serio ganar trofeos y tambi¨¦n el desarrollo de los jugadores j¨®venes, creyendo que si los jugadores j¨®venes sab¨ªan lo que era ganar lo llevar¨ªan al primer equipo?.

?S¨ª, Clough llevaba equipos a todas partes para jugar en estos torneos. Uno pensar¨ªa que no se tomaba esos torneos en serio, pero ¨¦l siempre se los tomaba muy en serio. Incluso en los d¨ªas de los equipos campeones de la Copa de Europa?, secunda Taylor. ?Era una cosa cl¨¢sica del club. Siempre se tomaba las cosas muy en serio y era algo muy agradable?, prosigue. Y completa: ??l esperaba que jugaran bien, que se comportaran como si fuera un partido adecuado y siempre hicieran muchos amigos. Los jugadores del Forest nunca discutieron con los ¨¢rbitros y con los ¨¢rbitros siempre tuvieron muy buenos est¨¢ndares. El Forest sol¨ªa hacer amigos de esa manera?.

De hecho, uno de los mejores ejemplos de esta filosof¨ªa inculcada por Brian Clough en el Nottingham Forest es la cantidad de partidos testimoniales que disputaron en esos a?os de ¨¦xito. ?En Inglaterra tenemos bastantes partidos testimoniales. Si hay un jugador de un club que ha estado jugando, digamos, durante diez o doce a?os, es premiado. Es algo as¨ª como un partido de servicio prolongado y el dinero va al jugador. En estos d¨ªas lo tienden a donar a la caridad. Pero siempre es una buena oportunidad para reconocer a los jugadores en su lealtad y el Forest siempre estaba jugando estos testimoniales porque Clough estaba feliz de dejarles jugar estos partidos?, recuerda Taylor. Y mantiene: ?A veces era jugar un partido de la Copa de Europa una semana y en esa semana un partido testimonial frente a una peque?a multitud en alg¨²n lugar de un club muy peque?o de Inglaterra?. ?Esa fue una de las cosas muy extra?as pero brillantes de Clough?, concluye.

Los datos, en efecto, demuestran a la perfecci¨®n esa querencia del Forest por disputar partidos no oficiales en todas partes: en la primera d¨¦cada de Clough como entrenador del equipo de Nottingham, desde enero de 1975 a la conclusi¨®n de la temporada 1984-1985, el Forest jug¨® ?m¨¢s de 150 encuentros amistosos!

No en vano, tras disputar tres amistosos en los primeros meses de 1975 con la llegada de Clough al banquillo, el Forest jug¨® otros 22 encuentros amistosos m¨¢s entre el verano de 1975 y el final del curso 1976-1977 antes de empezar a viajar por toda Europa en el per¨ªodo estival del a?o 1977 y acumular testimoniales en Inglaterra a lo largo de las campa?as siguientes. De tal modo, en la temporada 1977-1978, el Forest visit¨® en verano Suiza, Austria y Alemania, mientras que jug¨® testimoniales ante el Leicester, el Sheffield United, el Hartlepool United, el Derby County (en dos ocasiones) y el Notts County, todos ellos en lunes o mi¨¦rcoles, entre septiembre y mayo. Mientras, una temporada despu¨¦s, ya como campe¨®n de Inglaterra en la campa?a que sum¨® su primera Copa de Europa, el conjunto de Nottingham viaj¨® en verano a la extinta Yugoslavia, Grecia y Espa?a (disput¨® el Trofeo Ciudad de Vigo, jugando el lunes 14 de agosto contra el Celta y el mi¨¦rcoles 16 contra el Porto), y volvi¨® a participar en testimoniales, siempre entre semana, entre septiembre y mayo, contra el Mansfield Town, el Exeter City, el West Bromwich Albion y el Southampton.

En las siguientes temporadas, el ritmo de los amistosos del Forest no mengu¨®, pese a su ¨¦xito en las competiciones oficiales, sino al contrario. En el curso 1979-1980, el conjunto de Nottingham viaj¨® en verano a Dinamarca, Alemania, Francia y Espa?a (para jugar en San Mam¨¦s el Trofeo Villa de Bilbao, el jueves 9 de agosto contra el Botafogo y el viernes 10 contra el Dinamo de Bucarest), y durante la temporada, a sus habituales testimoniales en Inglaterra, uni¨® viajes a Egipto, Alemania, Francia, Emiratos ?rabes Unidos y Bar¨¦in. Un a?o despu¨¦s, en la temporada 1980-1981, el per¨ªodo estival le sirvi¨® para viajar a Canad¨¢, Estados Unidos, Holanda y Suiza, mientras que a lo largo de la temporada competitiva disput¨® m¨¢s de una decena de amistosos y testimoniales, entre ellos un encuentro contra el Real Madrid en el Santiago Bernab¨¦u (el domingo 10 de mayo de 1981) y otro en el extinto Llu¨ªs Sitjar contra el Real Mallorca (el martes 19 de mayo de 1981). En la campa?a siguiente, la 1981-1982, el Forest regres¨® en verano de nuevo a Espa?a (al Trofeo Ciudad de Zaragoza, donde se enfrent¨® el jueves 20 de agosto al Osasuna y el viernes 21 al anfitri¨®n en La Romareda) para certificar el amor que Clough sent¨ªa por nuestro pa¨ªs y que sigui¨® demostrando en las siguientes campa?as: en el curso 1982-1983, una temporada en la que el Forest disput¨® 22 encuentros amistosos, el conjunto ingl¨¦s jug¨® en verano el Trofeo Ciudad de La L¨ªnea (el s¨¢bado 7 de agosto contra el Athletic de Bilbao y el domingo 8 contra el Vojvodina Novi Sad) y el Trofeo Colombino (el s¨¢bado 21 de agosto de nuevo contra el Athletic de Bilbao y el domingo 22 contra el Recreativo de Huelva), y en febrero volvi¨® a jugar en Palma de Mallorca, mientras que en el verano de ese a?o 1983 tambi¨¦n disput¨® el Trofeo Joan Gamper en el Camp Nou (el martes 23 de agosto con el FC Barcelona y el mi¨¦rcoles 24 contra el Anderlecht).

En muchos de los partidos contra esos equipos, incluidos los encuentros contra conjuntos de la Primera espa?ola y otros representantes de la ¨¦lite del balompi¨¦ europeo, tambi¨¦n jugaron los Sutton, Smelt, Hodge, Walsh, Plummer, Gray, Fairclough, Wigley y compa?¨ªa, los nombres conocidos en Guadalajara, que fueron creciendo a base de amistosos que, a veces, incluso, coincidieron en el tiempo: en el a?o 1980, mientras el Forest ganaba su primer Trofeo Alcarria del 7 al 9 de agosto, el club ingl¨¦s, en ese caso con la mayor¨ªa de los titulares de su primer equipo, tambi¨¦n estaba participando en el Torneo 705 de ?msterdam, donde fue cuarto, por detr¨¢s del Ajax, el AZ Alkmaar y el Bayern de M¨²nich.

?Clough confi¨® en nosotros y eso fue suficiente. Eso era lo principal: ¨¦ramos personas con las que hablar. Porque es un trabajo solitario, ser entrenador. Hablaba con nosotros, obten¨ªa nuestras opiniones, ?incluso sol¨ªa dejarme elegir los jugadores substitutos!?, record¨® Liam O¡¯Kane en la citada entrevista en el fanzine Bandy&Shinty. Y en ese mismo texto, Alan Hill, compa?ero suyo en el cuerpo t¨¦cnico de Brian Clough en el hist¨®rico Forest, sentenci¨®: ?Lo que hac¨ªa a Clough especial eran sus cualidades motivacionales, m¨¢s que nada su habilidad para hacer que las cosas f¨¢ciles parecieran y sonaran f¨¢ciles [¡­]. Recuerdo que Brian me dec¨ªa: ¡°Si¨¦ntate ah¨ª, escucha, aprende y haz preguntas¡±. Un d¨ªa le pregunt¨¦ ¡°?Qu¨¦ piensas sobre lo que es entrenar, entrenador?¡±. ¡°?Entrenar? No me preguntes sobre lo que es entrenar¡±. ¡°?Pero me dijiste que hiciera preguntas! ?Te estoy preguntando!¡±. ?l dijo: ¡°Escucha con mucha atenci¨®n, Hilly. Esto es entrenar. Porteros: impide que el bal¨®n pase entre esos dos postes blancos, con el travesa?o y la red. Laterales: defiende. Apoya a tu extremo cuando sea el momento adecuado y sabr¨¢s cu¨¢ndo es ese momento. Centrales: cabecea la pelota. Preferiblemente lejos de mi porter¨ªa. Centrocampistas: pasa la pelota. Y si no puedes pasarla, d¨¢sela a alguien que pueda. Extremos: usa tu velocidad y tu habilidad para cruzar el bal¨®n hacia mis delanteros centro, que marcar¨¢n un gol. Eso es entrenar, hijo. Y no vuelvas a preguntarme nunca m¨¢s¡±?.

Todav¨ªa con Brian Clough de entrenador, aquel Nottingham Forest tuvo una segunda etapa gloriosa, entre finales de la d¨¦cada de los ochenta y el inicio de los noventa, con varios terceros puestos en la clasificaci¨®n liguera y seis finales en cuatro a?os en el viejo Wembley, entre ellas, el t¨ªtulo de la Football League Cup del a?o 1989 contra el Luton Town (con Steve Sutton y Steve Hodge de titulares), el segundo t¨ªtulo consecutivo de la Football League Cup del a?o 1990 contra el Oldham Athletic (de nuevo con Steve Sutton y Steve Hodge de titulares), el subcampeonato de la FA Cup del a?o 1991 tras perder en la pr¨®rroga contra el Tottenham (Hodge sali¨® desde el banquillo en el minuto 62 en un encuentro que se recuerda por la terrible entrada de Paul Gascoigne a Gary Charles en la que el propio Gazza se rompi¨® los ligamentos cruzados de su rodilla) y el tambi¨¦n subcampeonato de la Football League Cup del a?o 1992 tras caer derrotado en la final contra el Manchester United.

Mientras, Juan Jos¨¦ Laso regres¨® en su segunda etapa a la presidencia del Deportivo Guadalajara el 1 de julio de 1986, cuando el club alcarre?o continuaba contando con alrededor de 5,6 millones de pesetas de d¨¦ficit (33.656 euros) e iba a comenzar la cuarta de las eternas veinticuatro temporadas consecutivas en las que se mantuvo en Tercera, desde el curso 1983-1984 a la campa?a 2006-2007. ?Hab¨ªa una vez un equipo de Tercera, hab¨ªa una vez un equipo de Tercera, que no pod¨ªa, que no pod¨ªa, que no pod¨ªa ascender?, cant¨® durante muchos a?os, con la m¨²sica de la canci¨®n El Barquito de los Chiripitifl¨¢uticos, la ir¨®nica pe?a deportivista La Zorra Alkarre?a en las gradas del propio Pedro Escart¨ªn para dar fe a una realidad: el 24 de junio de 2007, el d¨ªa que el D¨¦por abandon¨® la Tercera en Las Palmas de Gran Canaria y ascendi¨® a Segunda B tras exactamente sesenta a?os de trayectoria, Guadalajara se convirti¨® por fin en la ¨²ltima de las 52 provincias y ciudades aut¨®nomas de Espa?a que lograba tener en toda su historia, al menos, un equipo m¨¢s arriba de la citada Tercera.

Apenas cuatro a?os despu¨¦s, el 26 de junio de 2011 en Miranda de Ebro, de nuevo a domicilio como en Huesca, Villarreal y Las Palmas, el D¨¦por tambi¨¦n logr¨® ascender a Segunda, pero su paso por el balompi¨¦ profesional nacional fue breve: al final del curso 2012-2013, la Liga de F¨²tbol Profesional descendi¨® administrativamente por irregularidades en la ampliaci¨®n de capital que hab¨ªa realizado en el verano anterior al CD Guadalajara, que se hab¨ªa mantenido en la categor¨ªa por m¨¦ritos deportivos. ?Desde el a?o 1970 al a?o 1980, junto a la ¨¦poca de 2007 a 2013, es la mejor ¨¦poca de la historia del Deportivo Guadalajara, pero la segunda ¨¦poca fue con artiller¨ªa enemiga, con una gran mentira?, se lamenta Sesma.

Eso sucedi¨® ya con un nuevo presidente, Germ¨¢n Retuerta, despu¨¦s de que Juan Jos¨¦ Laso hubiera dejado el cargo de forma definitiva unos a?os antes, el 28 de octubre del a?o 2001, tras haber convertido al Club Deportivo Guadalajara en una Sociedad An¨®nima Deportiva y haber sido su m¨¢ximo mandatario, en dos per¨ªodos diferentes, a lo largo de 27 a?os, m¨¢s de un tercio de los 75 a?os de historia que ha cumplido en este a?o 2022 el club deportivista.

Por su parte, el Trofeo Alcarria, el torneo veraniego que Laso ide¨®, promocion¨® y engrandeci¨®, y en el que, adem¨¢s del Queens Park Rangers y el Nottingham Forest, equipos como el Atl¨¦tico de Madrid, el Valencia, la UD Salamanca, el Getafe, el Rayo Vallecano, el C¨¢diz, el Real Oviedo, el Numancia, el Real Valladolid, el CD Legan¨¦s o el Real Madrid Castilla lucen en su palmar¨¦s (y en el que, al igual que el Tottenham, tambi¨¦n han participado conjuntos como el Sevilla o el RCD Espanyol), fue perdiendo su lustre hasta que se suspendi¨® por primera vez en los a?os 2015 y 2016 y, tras una nueva edici¨®n celebrada en el 2017, otra vez fue suspendido en 2018, 2019 y 2020. Ya en verano del pasado a?o 2021, el Deportivo Guadalajara volvi¨® a organizarlo con una edici¨®n totalmente guadalajare?a que se adjudic¨® el CD Marchamalo, equipo que militaba en la Segunda RFEF, la cuarta categor¨ªa del f¨²tbol espa?ol.

Unos meses m¨¢s tarde, en la noche del lunes 20 al martes 21 de diciembre del 2021, a los 85 a?os de edad, Juan Jos¨¦ Laso Rhodes falleci¨®.

Pocas semanas despu¨¦s de su fallecimiento, a Guadalajara lleg¨® la confirmaci¨®n desde Nottingham de que en la vitrina de trofeos del City Ground, ese estadio que, al igual que el Pedro Escart¨ªn, se asienta a la orilla de un r¨ªo, ya no est¨¢n presentes, al contrario de lo que suced¨ªa hace a?os, los dos trofeos que el Forest gan¨® en el Trofeo Alcarria, con su tarro de miel y sus abejas. ?Los trofeos no parecen estar en el City Ground?, aseguran desde el Nottingham Forest Football Club tras ?revisar todas las vitrinas de trofeos del estadio?.

Por desgracia, los milagros solamente ocurr¨ªan en el f¨²tbol del pasado.