El considerado y autoproclamado mejor boxeador de todos los tiempos contra un coloso de 2,16 metros y 125 kilos dotado de unas condiciones f¨ªsicas extraordinarias para el deporte, due?o de r¨¦cords imbatibles en la NBA y un personaje singular fuera de las canchas. Dos figuras ic¨®nicas de una ¨¦poca convulsa y de grandes cambios en Estados Unidos con un impacto medi¨¢tico fuera de lo com¨²n midi¨¦ndose en un ring: Muhammad Ali frente a Wilt Chamberlain. ¡°The Greatest vs. The Biggest¡±, como rezaba el cartel de un combate que nunca lleg¨® a tener lugar, pero que estuvo a punto de producirse en el verano de 1971 en un estadio con capacidad para casi 68.000 personas, el Astrodome de Houston, Texas.
En un pa¨ªs en el que cualquier gran evento se convierte en un aut¨¦ntico espect¨¢culo de masas con repercusi¨®n mundial, la apuesta por enfrentar a dos titanes de estas dimensiones sobre un cuadril¨¢tero parec¨ªa un ¨¦xito seguro y ya con anterioridad se hab¨ªan producido conversaciones infructuosas para llevar a cabo esta ¡®Guerra de las Galaxias¡¯ sin precedentes. Chamberlain, la estrella del baloncesto de los 100 puntos en un partido, destacado atleta en salto de altura en la Universidad de Kansas y brillante jugador de voleibol que lleg¨® a flirtear con los Kansas City Chiefs de la NFL, la liga profesional de f¨²tbol americano, so?aba con convertirse en campe¨®n de los pesos pesados, la categor¨ªa reina del boxeo, y ser reconocido como el deportista m¨¢s completo de todos los tiempos. Su ambicioso plan se frustr¨® en un primer momento tras la derrota de Ali ante Joe Frazier en la m¨ªtica contienda del Madison Square Garden de Nueva York de 1971, lo que imposibilitaba que el cuatro veces MVP de la NBA pudiera optar al t¨ªtulo en un enfrentamiento directo con Ali, algo que hizo menguar el inter¨¦s del legendario p¨ªvot de los Lakers por probar su juego de pies y capacidad de pegada.
No obstante, la idea por llevar a buen puerto el proyecto perdur¨®, impulsada por el inter¨¦s del prestigioso Bob Arum, promotor de Ali desde 1966, y todo parec¨ªa indicar que se disputar¨ªa finalmente. Adem¨¢s de las ambiciones de Chamberlain, el p¨²gil anteriormente conocido como Cassius Clay tambi¨¦n ten¨ªa especial inter¨¦s en que tuviera lugar. Tras perder su licencia para boxear durante tres a?os por su negativa a incorporarse al ej¨¦rcito en plena guerra de Vietnam, adem¨¢s de los t¨ªtulos de la AMB y NYSAC, Ali andaba necesitado de promoci¨®n y con problemas financieros. Regres¨® al ring el 26 de octubre de 1970 venciendo a Jerry Quarry y el 7 de diciembre se impuso al argentino ?scar Bonavena, pero el 8 de marzo de 1971 llegar¨ªa la derrota por decisi¨®n un¨¢nime de los jueces ante el campe¨®n Frazier, lo que supuso un frenazo a sus aspiraciones deportivas y econ¨®micas, as¨ª como en el objetivo de mantener su popularidad. ?La soluci¨®n? Participar en un acontecimiento nunca visto antes que atrajese la atenci¨®n del gran p¨²blico y los ingresos por publicidad.
As¨ª, todo el mundo parec¨ªa ganar con un duelo entre dos de los personajes con m¨¢s pedigr¨ª del deporte estadounidense de la ¨¦poca. Las partes implicadas alcanzaron un acuerdo verbal en el que se establec¨ªa que la pelea constar¨ªa de 15 asaltos y la fecha de la misma, el 26 de julio. Tambi¨¦n el dinero que recibir¨ªa tanto el campe¨®n ol¨ªmpico en Roma 1960, Muhammad Ali, figura de gran relevancia social por su activismo pol¨ªtico y enorme carisma, adem¨¢s de por sus ¨¦xitos en el cuadril¨¢tero, como el p¨ªvot que sembraba el terror en las zonas de la NBA, el polifac¨¦tico Wilt Chamberlain. ¡°Nos ofrecieron cinco millones a cada uno por pelear en el Astrodome de Houston¡±, seg¨²n lleg¨® a afirmar el exmiembro de los Harlem Globetrotters. ¡°El sue?o de Wilt siempre fue pelear con Ali por el t¨ªtulo de los pesos pesados, pero cuando este perdi¨® con Frazier ya no pod¨ªa ser un combate por el campeonato. Sin embargo, segu¨ªa interesado en hacerlo por la cantidad correcta¡±, relat¨® tiempo despu¨¦s Bob Arum.
El hombre que supuestamente mantuvo relaciones sexuales con 20.000 mujeres a lo largo de su vida, incluida la madre de Quentin Tarantino, seg¨²n el propio cineasta, y que lustros despu¨¦s interpretar¨ªa a un personaje llamado Bombaata junto a Arnold Schwarzenegger en ¡®Conan, el destructor¡¯, ten¨ªa incluso un plan definido para intentar sorprender al gran Ali: paciencia y aprovechar sus 216 cent¨ªmetros para mantener a distancia al p¨²gil de Louisville (Kentucky), de 1,91 metros, utilizando el jab largo y, de vez en cuando, alguna derecha para cansar a su contrincante. Si era capaz de conectar los suficientes golpes, podr¨ªa ganar a los puntos. Todo ello bajo la supervisi¨®n del prestigioso entrenador Cus D¡¯Amato, quien ya hab¨ªa llevado hasta el t¨ªtulo a Floyd Patterson en 1956 y que varias d¨¦cadas despu¨¦s har¨ªa lo mismo con Mike Tyson.
D¡¯Amato, precisamente, fue la primera persona que crey¨® en las opciones de Chamberlain. En 1967, cuando Ali a¨²n era el campe¨®n, ya le tante¨® sobre la posibilidad de medirse al pupilo del tambi¨¦n legendario m¨¢nager Angelo Dundee. El poderoso ¡®center¡¯ no lo ve¨ªa claro entonces: ¡°Le dije que ten¨ªa miedo de luchar contra un boxeador profesional¡±. La respuesta, lejos de disminuir la fe de D¡¯Amato, le hizo creer a¨²n m¨¢s en las posibilidades del m¨¢ximo reboteador de la historia de la NBA: ¡°Eso esta bien. Si no fueras lo suficientemente inteligente como para tener miedo yo no tendr¨ªa nada que hacer: ¨¦l te matar¨ªa. Pero con esa actitud, creo que puedes ganarle¡±. George Gainford, entrenador de Sugar Ray Robinson, tambi¨¦n le anim¨® entonces a emprender esa aventura: ¡°Wilt, podr¨ªa funcionar. Si trabajas en tu paso atr¨¢s, podr¨ªas vencerle¡±.
Cuatro a?os m¨¢s tarde la idea parec¨ªa prosperar al fin. Los dos contendientes incluso mantuvieron en televisi¨®n un duelo dial¨¦ctico, terreno en el que Muhammad Ali era casi tan dif¨ªcil de batir como en un cuadril¨¢tero, con el fin de promocionar la pelea. ¡°Vas a ver a ver la velocidad de Ali. Despu¨¦s de ti, quiero a todos los jugadores de baloncesto y de f¨²tbol americano que se crucen. Si quieren peleo en Marte. Traigan a Bill Russell tambi¨¦n¡±, le espet¨® en la peque?a pantalla, entre otras cosas, ¡®Louisville Lip¡¯ (¡®El bocazas de Louisville¡¯) a su rival. Ali, que nunca anduvo falto de confianza en s¨ª mismo en su carrera profesional, ya hab¨ªa tenido antes una experiencia ante un aspirante a superarle proveniente de otra especialidad deportiva: Jim Brown, leyenda de la NFL. El considerado por muchos como el mejor ¡®running back¡¯ de todos tiempos ten¨ªa la ambici¨®n de enfrentarse a ¨¦l, aunque pronto perdi¨® las ganas de retarle. Al enterarse de los deseos de Brown, Ali le invit¨® a un entrenamiento y le desafi¨® a golpearle. El que fuera estrella de los Cleveland Browns, y adem¨¢s actor de cine desde 1964 hasta nuestros d¨ªas, fue incapaz de llegar a tocarle.
Conociendo la trayectoria del rey de los pesos pesados, que se retir¨® con 56 victorias (37 por KO) y cinco derrotas, es dif¨ªcil pensar que hubiese podido besar la lona ante un adversario de otra modalidad deportiva, como Chamberlain, por muy buenas condiciones f¨ªsicas y preparaci¨®n que ¨¦ste tuviera. De cualquier forma, nunca llegar¨¢ a saberse a ciencia cierta. La pelea finalmente no saldr¨ªa adelante, a pesar de la expectaci¨®n creada. El 22 de abril el periodista Walter Cronkite lo anunciaba en la cadena de televisi¨®n CBS. Conforme a la teor¨ªa ¡®oficial¡¯, por motivos estrictamente econ¨®micos: al dos veces campe¨®n de la NBA (Sixers 1967 y Lakers 1972) finalmente s¨®lo le quedar¨ªan ¡®limpios¡¯ 500 mil d¨®lares por medirse a ¡®The Greatest¡¯, poco para lo que pretend¨ªa embolsarse inicialmente este ilustre miembro del ¡®Basketball Hall of Fame¡¯. Una cifra, igualmente, muy alejada de los cinco millones que supuestamente le habr¨ªan ofrecido en primera instancia, seg¨²n asegurar¨ªa m¨¢s tarde.
Hay otras versiones de lo sucedido, incluida la que dio el propio jugador ¡®All Star¡¯, quien desvel¨® una conversaci¨®n que mantuvo con su padre, gran aficionado al boxeo, en la que ¨¦ste le recomendaba emplear su tiempo libre en algo m¨¢s ¨²til, en su opini¨®n, que subirse a un ring para medirse a un p¨²gil de la categor¨ªa de Ali. ¡°Mejor deber¨ªas trabajar en tus tiros libres¡±, le recomend¨®, conocedor de los problemas de su hijo en esta disciplina (se retir¨® con un pobre 51% de acierto en su carrera). Wilt, acorde a sus palabras, decidi¨® seguir su consejo: ¡°Vale, pap¨¢, seguramente est¨¢s en lo cierto¡±. Bob Arum, por su parte, se inclinaba por la idea de que todo hab¨ªa sido una estratagema del poseedor de 71 r¨¦cords de la NBA, ya muy veterano (cumplir¨ªa 35 a?os en agosto), para presionar a los Lakers de cara a las negociaciones de su ampliaci¨®n de contrato, ante el riesgo de una posible lesi¨®n de la estrella m¨¢s brillante del equipo.
Sea como fuere, una p¨¢gina que podr¨ªa haberse convertido en historia del siglo XX quedar¨ªa sin escribirse para desgracia de los aficionados. El propio Chamberlain, fallecido en 1999, tambi¨¦n lo acabar¨ªa lamentando: ¡°Pelear con Muhammad y competir en el decatl¨®n ol¨ªmpico son probablemente las dos cosas que siempre hubiera deseado hacer. Creo que podr¨ªa haber realizado un gran trabajo, puede que incluso hubiera ganado ambas cosas. Pero supongo que nunca lo sabr¨¦¡±.