Ahora que nos adentramos en un nuevo verano de traspasos, es preciso aclarar que los fichajes est¨¢n considerados como activos por la contabilidad de los equipos de f¨²tbol. Los clubes adquieren as¨ª un derecho sobre el jugador y se benefician de los rendimientos futuros que este ofrezca. Como los contratos de los futbolistas suelen superar el a?o de vinculaci¨®n, se les considera activos no corrientes. Concretamente, inmovilizados intangibles que se van amortizando cada a?o. Para conocer la amortizaci¨®n anual del fichaje, se divide el precio del jugador entre los a?os de duraci¨®n del contrato.

En los ¨²ltimos mercados de fichajes los costes variables por objetivos se han popularizado, pero ?se tienen en cuenta en la amortizaci¨®n del fichaje? Seg¨²n Gay de Li¨¦bana, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Barcelona, esos variables se incluyen por lo general en el precio de adquisici¨®n a amortizar y cada a?o se corrigen, en funci¨®n de los objetivos alcanzados.

El concepto de amortizaci¨®n es clave en el mundo de la contabilidad, y estas ¨²ltimas semanas ha cobrado particular relevancia en el f¨²tbol por la operaci¨®n entre el Barcelona y la Juventus, con Arthur Melo y Miralem Pjanic como protagonistas. Lo que en un principio iba a ser un truque se ha convertido en dos operaciones aisladas, que se han contabilizado en fechas distintas. La venta de Arthur se registr¨® antes del 1 de julio, cuando acababa el ejercicio 2019-20, y la compra de Pjanic se a?adi¨® a las cuentas de la siguiente campa?a, la 2020-21, una vez llegado el 1 de julio.

El Barcelona, por su parte, hac¨ªa p¨²blica el 29 de junio la salida de Arthur a la Juventus por 72 millones de euros m¨¢s 10 en variables. Ese mismo d¨ªa la Juventus oficializaba la venta de Pjanic al Bar?a por 60 millones m¨¢s 5 en variables. Unos movimientos que arrojaban un saldo positivo para el Barcelona, que podr¨ªa llegar hasta los 59 millones de euros, dependiendo de los bonus, y que le servir¨ªa para evitar los n¨²meros rojos en el curso 2019-20.

A esos 82 millones recibidos por el traspaso de Arthur, habr¨ªa que descontarles el 3,51% , un canon que no superar¨ªa los 2,88 millones, y que el Barcelona deber¨ªa pagar a Gremio por ser el club de procedencia. Adem¨¢s, habr¨ªa que restar la amortizaci¨®n pendiente del coste del jugador hace dos temporadas, que oscilar¨ªa entre los 20,6 y los 26,6 millones. Arthur le cost¨® al Bar?a 31 millones m¨¢s 9 en variables y, como su contrato se extend¨ªa hasta 2024, la entidad catalana a¨²n tendr¨ªa que liquidar la amortizaci¨®n correspondiente a las cuatro campa?as restantes. Transcurridos dos cursos desde el fichaje, lo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa que el precio pagado por el centrocampista no haya llegado a los 40 millones, pero s¨ª haya superado los 31 iniciales.

Datos poco alentadores

Los beneficios inmediatos por la compleja operaci¨®n se empa?ar¨¢n al llegar al ejercicio 2020-21, cuando se contabilizar¨¢ el coste de Pjanic. A fin de cuentas, si el Barcelona resta a los 82 millones de euros de Arthur los 65 de Pjanic, los 20,6 de la amortizaci¨®n del brasile?o y los 2,88 de canon, perder¨ªa 6,5 millones y la operaci¨®n ser¨ªa deficitaria, sin tener en cuenta la diferencia de salarios entre ambos jugadores.

Aunque Arthur acabara costando 82 millones por las variables y el precio de Pjanic no ascendiera de los 60, en el Camp Nou seguir¨ªan perdiendo 1,5 millones. Y eso en el mejor de los casos, porque el Barcelona podr¨ªa perder hasta 22 millones si el precio de venta de Arthur se estanca en 72 millones, Pjanic llega a los 65 y la amortizaci¨®n pendiente del brasile?o no fuera 20,6 millones, sino 26,6. Datos poco alentadores considerando que Arthur tiene 23 a?os y Pjanic ya ha cumplido los 30, o lo que es lo mismo, el Barcelona ha contratado a un sustituto para Arthur con 7 a?os menos de vida ¨²til.

Operaciones como las de Pjanic y Arthur son relativamente comunes para cerrar un ejercicio contable en positivo. El curso pasado, sin ir m¨¢s lejos, el propio Barcelona vendi¨® a Cillessen al Valencia a cambio de Neto para saldar las cuentas del 2018-19, antes de que empezara julio. El 30 de junio, la entidad blaugrana contabiliz¨® la venta del guardameta holand¨¦s por 30 millones y, como le quedaban 6 millones por amortizar, se apunt¨® un beneficio de 24 millones. Al d¨ªa siguiente, con el comienzo del nuevo ejercicio 2019-20, registr¨® la compra de Neto. En esta ocasi¨®n, al contrario que en el movimiento Pjanic-Arthur, los dos porteros fueron tasados en 30 millones y no hubo compensaci¨®n econ¨®mica por ninguna de las partes. Pero al cuantificar la salida de Cillessen un d¨ªa antes de la llegada de Neto, las cuentas del ejercicio 2018-19 registraron 24 millones m¨¢s de beneficio. El Valencia recurri¨® a la misma estrategia: la venta de Neto cuadr¨® las cuentas de la temporada 2018-2019 y la compra de Cillessen se apunt¨® como un gasto de la nueva campa?a 2019-20.

Las lagunas contables

Como reconoce Pl¨¢cido Rodr¨ªguez, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad de Oviedo y fundador del Observatorio Econ¨®mico del Deporte, la venta de jugadores no es la ¨²nica v¨ªa para que los clubes cuadren sus cuentas antes del cierre del ejercicio. Los activos intangibles, al tratarse de derechos dif¨ªciles de cuantificar, han sido objeto de distorsi¨®n por parte de algunos equipos. A trav¨¦s de estimaciones cuanto menos subjetivas, algunas entidades han sobrevalorado sus activos intangibles de un ejercicio para otro y, de esa manera, han logrado un mayor equilibrio con respecto a sus deudas. Es el caso de un hist¨®rico de Primera Divisi¨®n, que lleg¨® a tasar en m¨¢s de una decena de millones a los jugadores de su cantera como si fueran profesionales, y de esa manera abultar el activo no corriente para equilibrar su balance de situaci¨®n.

El valor de la marca o la imagen del club tambi¨¦n se incluye en el inmovilizado inmaterial. De ah¨ª que, por ejemplo, un equipo de primera del norte de Espa?a se escudara en unos estudios universitarios para justificar un aumento del valor de su marca, y as¨ª compensar sus deudas con un incremento del activo permanente. No obstante, la estimaci¨®n de este activo no siempre es de ayuda para los clubes.

Entidades como el Barcelona dejan fuera de su balance a muchos futbolistas de su primera plantilla. Los canteranos y los fichajes amortizados no presentan valor contable, dato que reconoci¨® en una rueda de prensa Xavier Faus, antiguo vicepresidente econ¨®mico del Bar?a. Por este motivo, el activo intangible aparece infravalorado, lo que puede suponer una gran desventaja para esos clubes cuando quieren solicitar un cr¨¦dito. Como afirma Leonardo Nicol¨¢s Barbano, de la Universidad Nacional de Mar de Plata, entre los casos m¨¢s se?alados en este aspecto encontramos el de Lionel Messi. Un jugador que al venir de la Mas¨ªa nunca se ha considerado como un activo del Barcelona a nivel contable, pero cuyo valor de mercado lleg¨® a los 180 millones de euros, seg¨²n Transfermarkt. Por no hablar de su cl¨¢usula de rescisi¨®n, que alcanza los 700 millones. El caso de Messi es, en definitiva, una muestra de que la contabilidad padece de lagunas que pueden ser aprovechadas por las directivas de los clubes, sobre todo, cuando acechan los n¨²meros rojos.