En la d¨¦cada de los 80, el Wimbledon era un equipo de f¨²tbol casi centenario que hab¨ªa competido bien lejos de la primera divisi¨®n inglesa por la mayor parte de su historia. Durante ese periodo, se hizo famoso no tanto por sus victorias, sino por haber sido la casa de una banda de jugadores violentos que supo imponerse por su fuerza y por su unidad. Se hicieron c¨¦lebres con el nombre de Crazy Gang y para cada adversario se convirtieron en una pesadilla que, en algunos casos, pod¨ªa acabar con el fin de una carrera. Gracias a ellos, en el barrio de Londres se hablaba de algo m¨¢s que el tenis.

El Wimbledon FC naci¨® en 1889 de la mano de un grupo de estudiantes. Jug¨® varios a?os en las categor¨ªas inferiores como la Athenian League y la Isthmian League, que gan¨® ocho veces. La primera etapa no profesional fue tan poco emocionante que casi se resume en una l¨ªnea. Pero algo cambi¨® cuando los 80 se acercaron. En la temporada 1974-75 llegaron a la cuarta ronda de la FA tras ganar a un equipo profesional: el Burnley. S¨®lo el Leeds United, en racha de victorias, logr¨® pararlos. Con el fichaje de Dave Bassett como entrenador en la 1983-84, el Wimbledon fue vicecampe¨®n de la tercera divisi¨®n y en breve pudo por fin clasificarse para la que entonces se llamaba First Division, la madre de la actual Premier League. Ah¨ª la historia de la Crazy Gang empez¨®.

Los protagonistas eran sobre todo seis: Dave Beasant, Eric Young, John Fashanu, Dennis Wise e Vinnie Jones. El de m¨¢s talento era sin duda Wise, que luego acab¨® jugando con el Chelsea, entre otros. Sobre ¨¦l, sir Alex Ferguson dijo: ¡°Podr¨ªa hacer estallar una pelea en una casa vac¨ªa¡±.

Jones ve¨ªa la cancha como si fuera un campo de guerra y cada futbolista del otro equipo como un enemigo. Su nombre se hizo leyenda por la tarjeta roja m¨¢s r¨¢pida de la historia, tras s¨®lo tres segundos despu¨¦s del primer silbato del ¨¢rbitro. En total, suma 12 rojas en su carrera, segundo s¨®lo por detr¨¢s de Roy Keane. Era tan violento que autoprodrujo una serie de VHS llamada Soccer¡¯s Hard Man en la que comentaba sus entradas m¨¢s extremas y explicaba c¨®mo hacer m¨¢s da?o. El presidente de la asociaci¨®n de f¨²tbol brit¨¢nica estaba tan enfurecido con ¨¦l que lleg¨® a insultarle: ¡°Tiene la capacidad intelectual de un insecto¡±, dijo. Le impusieron tres a?os de sanci¨®n, pero la fama que su personaje le dio se tradujo en una carrera como actor con presencia en pel¨ªculas como The Snatch y X-Men.

El ¨²nico que quiz¨¢s pudo acercarse a sus gestos fue John Fashanu, el delantero que sum¨® 276 partidos y 107 goles con la camiseta azul y amarilla del Wimbledon. Los recuerdos m¨¢s memorables lo ven fracturar la cabeza de Gary Mabbutt del Tottenham y hacer una entrada que acab¨® para siempre con la carrera de John O¡¯Neill del Norwich. Fashanu sostuvo que parte de la actitud violenta de la plantilla se deb¨ªa a que muchos de ellos proced¨ªan de barrios dif¨ªciles y que en el ser duros hab¨ªan encontrado una manera de defenderse.

Pero tampoco el presidente Sam Hammam daba el buen ejemplo. Se cuenta que encerr¨® dentro de su oficina a un jugador para obligarle a firmar y que durante un partido contra el West Ham lo encontraron haciendo pintadas obscenas en el vestuario.

Lo que se puede deducir de todo esto es que ese equipo no fuese conocido por su calidad de juego, sino por otras virtudes, o defectos. Sin embargo, con la llegada de Bobby Gould al banquillo, la plantilla se hizo protagonista de un espectacular recorrido en la FA Cup de la 1987-88 y elimin¨® a West Bromwich Albion, Mansfiel Town, Newcastle, Watford y Luton Town. En la final los esperaba el Liverpool.

Nadie estaba a la altura de los reds, con o sin violencia. A¨²n m¨¢s si se considera que en ese momento los equipos ingleses se ten¨ªan que fijar s¨®lo en los trofeos nacionales debido a que, con la tragedia de Heysel durante la final contra la Juventus en 1985, se les impuso una sanci¨®n que no les permiti¨® competir en ninguna copa europea por cinco a?os. Todos los medios daban por cierta la victoria de los de Kenny Daglish pero algo pas¨® antes del descanso. Wise meti¨® un centro en el ¨¢rea que Lawrie Sanchez convirti¨® en gol. 1-0. Tras 60 minutos de resistencia, los del Wimbledon parec¨ªan a punto de caer. Goodyear cometi¨® falta sobre Aldridge y el ¨¢rbitro pit¨® el penalti, pero Beasant lo par¨® y regal¨® la victoria a los suyos. Tambi¨¦n pudieron adelantarse en la Charity Shield, la supercopa inglesa, pero esa vez el Liverpool logr¨® remontar e imponerse por 2-1.

El declive 

Tras la victoria, lentamente la Crazy Gang empez¨® a deshacerse y a marcharse del equipo. Wise al Chelsea, Thorn al Newcastle, Jones al Leeds, Phelas al City y Scales al Liverpool. Fashanu resisti¨® hasta la 1993-94, antes de firmar por el Aston Villa. El ¨²ltimo fue Jones, que al final regres¨® por unas temporadas y ayud¨® el Wimbledon a alcanzar las semifinales de las dos copas en la 1996-97.

El principio del fin ocurre con el descenso de 2000, doce a?os despu¨¦s del triunfo en la FA Cup. El conjunto ya llevaba casi 10 a?os lejos de su casa, el Plough Lane, abandonado cuando el informe Taylor oblig¨® a renovar los estadios para que no se repitiera el desastre del Hillsborough de Sheffield, donde murieron 96 hinchas de Liverpool y Nottingham Forest.

Hasta 2001, el Wimbledon se desplaz¨® al Selhurst Park, casa del Crystal Palace, sus rivales de Londres. Luego se decidi¨® para que la propiedad fuera trasladada a Milton Keynes, en el Buckinghamshire. Al principio, ambos los hinchas y la federaci¨®n de f¨²tbol inglesa se declararon en contra. Sin embargo, al final, la afici¨®n hist¨®rica se qued¨® sola y tuvo que aceptar la p¨¦rdida de identidad de su club. De hecho, la FA permiti¨® que el Wimbledon se hiciera con el equipo de la nueva ciudad, que cerr¨® la puerta al pasado con un nuevo nombre, MK Dons, y una nueva camiseta. 

La resistencia no termin¨® ah¨ª. El 30 de mayo de 2002, un grupo de viejos hinchas de los tiempos de la Crazy Gang se reuni¨® en el pub The Fox and The Grapes del Wimbledon Common y lanz¨® la idea de fundar otro club: el verdadero heredero del desaparecido. Tras recaudar el dinero necesario, anunciaron el nuevo entrenador, Terry Earnes, exjugador del equipo; la camiseta, con los mismos colores; el s¨ªmbolo, pr¨¢cticamente el mismo y el nombre: AFC Wimbledon (A Footbal Club).

Para montar una plantilla abrieron sus puertas a las selecciones p¨²blicas de talentos. Al final se presentaron 230 aspirantes. Mientras los rivales, MK Dons, se acercaban a la Premier con Roberto Di Matteo como t¨¦cnico, el AFC Wimbledon se inscrib¨ªa en la novena divisi¨®n y empezaba una escalada memorable. 

Hasta que el Wimbledon se gan¨® a si mismo. La primera vez fue cuando el MK Dons renunci¨® al legado del club desaparecido trasladando los trofeos al reci¨¦n fundado en 2007. La segunda vez fue cuando se encontraron en la copa tras la vuelta del AFC en el f¨²tbol profesional en 2011. Fueron tres los duelos, siempre fuera de casa y con el MK Dons en categor¨ªa superior pero la ¨²nica victoria por 2-3 fue celebrad¨ªsima.

La ¨²ltima vez fue la m¨¢s importante. Ahora s¨ª, ya los dos compet¨ªan en la misma divisi¨®n, la League One, la tercera. El 14 de marzo de 2017 se llev¨® a cabo la gran vendetta. El AFC gan¨® 2-0 y derrot¨® a la franquicia que le hab¨ªa robado su historia.

El breve recorrido del AFC Wimbledon se salda con 9 ascensos en 11 a?os. Mientras tanto, el nuevo Plough Lane est¨¢ bajo construcci¨®n. Quiz¨¢s tambi¨¦n puedan volver los viejos triunfos y la vieja gang.