Cuando el octopush (nombre original del hockey subacu¨¢tico) se introdujo en Espa?a en 1995, de la mano del bi¨®logo franc¨¦s Laurent Alquier, no imaginar¨ªa que sus disc¨ªpulos, 18 a?os despu¨¦s, necesitar¨ªan tanto ox¨ªgeno practicando este deporte en el fondo de las piscinas como luchando por su supervivencia fuera de ellas. Creada por el brit¨¢nico Alan Blake en 1954, esta disciplina ha sabido hacerse fuerte en tres grandes ¨¢reas mundiales (la Panamericana, con Am¨¦rica del Norte y del Sur; la Tansmania-Pac¨ªfica, con Ocean¨ªa y Asia; y la Europea, donde tambi¨¦n se anexiona a Sud¨¢frica), llegando al punto de contar con su propia Federaci¨®n dentro del CMAS (Confederaci¨®n Mundial de Actividades Subacu¨¢ticas) y en Espa?a, siendo una de las 10 actividades del FEDAS, organismo espa?ol dependiente de la anterior.
Es el hockey subacu¨¢tico, deporte que naci¨® con dos equipos de ocho componentes y que pas¨® a seis en 1984 (por aquello de hacerlo m¨¢s ¨¢gil y evitar la aglomeraci¨®n de jugadores), una actividad que, seg¨²n los entendidos, ¡°engancha r¨¢pidamente¡±. Se necesitan piscinas de entre dos y tres metros de profundidad, con unas dimensiones de 15x12 metros, con tres ¨¢rbitros (dos dentro de la piscina), cuatro suplentes que realizan los cambios sin detener el juego (como en f¨²tbol sala o balonmano) y un equipamiento tan simple como un ba?ador, un gorro, las gafas y el tubo de snorkel. La disciplina consiste, b¨¢sicamente, en arrastrar un disco de plomo, puck, con los sticks por el fondo de la piscina hasta llegar a una porter¨ªa y marcar cuantos goles se puedan durante dos tiempos de 15 minutos. Tan ¨²til es la destreza en el fondo como la capacidad para aguantar la respiraci¨®n (apnea). Y es que un jugador de ¨¦lite en Espa?a puede llegar a aguantar hasta cuatro minutos en est¨¢tico y 100 metros en movimiento.
Por raro que parezca, no ha habido percances ni v¨ªctimas por ahogo en este tiempo. Espa?a es una potencia a nivel europeo en el hockey subacu¨¢tico. Cuenta con jugadores de m¨¢ximo nivel que incluso son ¡®fichados¡¯ como figuras para competir en pa¨ªses de menor auge como B¨¦lgica, Holanda o Inglaterra. Nuestras estrellas viajan los fines de semana, en su tiempo libre, para ser todo un referente en estos pa¨ªses en expansi¨®n del hockey subacu¨¢tico. Incluso la potente competici¨®n de Sud¨¢frica se ha nutrido de ellos hasta que el alto coste de los billetes de avi¨®n ha cerrado esa v¨ªa.
Espa?a pasa por ser la subcampeona de Europa (2010), gan¨® el Mundial Sub-19 en Sud¨¢frica, en 2008, y en el ¨²ltimo Mundial Sub-23 en Holanda (2011), Fernando Lorente-Sorolla fue el MVP del Torneo. Todo esto deber¨ªa tener su continuidad en el pr¨®ximo Mundial de Eger, Hungr¨ªa (del 23 de agosto al 1 de septiembre), ya sea en Sub-19, Sub-23, ?lite y los veteranos del M¨¢ster, tanto en categor¨ªa masculina como femenina. All¨ª se dar¨¢n cita 21 pa¨ªses, un total de 80 equipos, independientemente del cari?o que se le d¨¦ en cada uno de los puntos de origen. Y es que mientras en Francia se registran 3.000 licencias, en Espa?a s¨®lo existen 250. Catalu?a congrega a la mayor¨ªa de los jugadores de hockey subacu¨¢tico de Espa?a, con 6 clubes entre Barcelona, Sabadell, Tarragona y Figueras; les sigue Madrid, con 3; Pa¨ªs Vasco, con 2, siendo Vitoria su epicentro all¨ª; un club de Sevilla; y otro en Valladolid, aunque ¨¦ste ¨²ltimamente parece haberse decantado m¨¢s por el rugby subacu¨¢tico, el otro deporte de equipo practicado en las profundidades y que, como el hockey, parece olvidado por los rectores del CSD y del FEDAS, seg¨²n denuncian sus principales impulsores en Espa?a: Joan Llonch, que es presidente del Comit¨¦ Nacional de hockey subacu¨¢tico, y Marta Pons de Molina, responsable del ?rea Internacional y Alta Competici¨®n del Comit¨¦ Nacional y Secretaria dentro de la Comisi¨®n Internacional de Hockey Subacu¨¢tico.
¡°El FEDAS cuenta con diez disciplinas y la nuestra, como el rugby, es la gran olvidada. Casi todo se lo lleva la pesca submarina y el buceo. No existe conciencia de los deportes de equipo. Adem¨¢s, nos encontramos con grandes problemas econ¨®micos. Debemos sufragarnos normalmente el alquiler de las piscinas, que es algo car¨ªsimo, y cuando damos el paso, entonces nos cierran el paso. Hay disponibilidad en las fechas que no quiere nadie, como a mitad de junio, en per¨ªodo de ex¨¢menes y nuestros deportistas son mayoritariamente universitarios. Las piscinas privadas se deben a sus socios y es duro disponer de ellas un d¨ªa entero, lo necesario para desarrollar nuestra liga (normalmente se organizan jornadas a modo de concentraci¨®n durante un d¨ªa entero). Y en las p¨²blicas encontramos que no se da la profundidad necesaria¡ Pero lo que m¨¢s duele es la falta de apoyo de nuestra propia Federaci¨®n o del CSD, que nos niegan el pan y la sal, pese a que cuentan con piscinas como las del CAR de la Residencia Joaqu¨ªn Blume en Madrid¡±, relatan a AS Llonch y Pons de Molina, las personas que mantienen con vida el hockey subacu¨¢tico en Espa?a desde sus cuarteles particulares de Barcelona y Madrid.
Tal es el esfuerzo econ¨®mico al que se someten sus participantes que en las competiciones internacionales son los propios jugadores los que hacen frente a viajes, estancia en hoteles, incluso equipaciones¡ Conseguir que el FEDAS o el CSD sufraguen las inscripciones ya es un lujo. ¡°Lo peor es que descuidan por completo las categor¨ªas inferiores, donde contamos con grandes jugadores, y as¨ª el hockey subacu¨¢tico est¨¢ condenado a su desaparici¨®n¡±. El ingenio es tan importante en esta disciplina como la capacidad pulmonar o el manejo del stick en la profundidad de la piscina. ¡°Pues no hay casi lesiones, si acaso ara?azos por las aletas o alg¨²n golpe con el stick. Lo que s¨ª hay que estar preparado es para el contacto. Tambi¨¦n es fundamental saber gestionar bien las inmersiones. Tiene su lado t¨¢ctico, seg¨²n la escuela se encuentran diversos esquemas, igual que en el f¨²tbol¡¡±, explica Pons de Molina; mientras, Joan Llonch reivindica su car¨¢cter l¨²dico: ¡°Un deportista que nade durante tres horas al d¨ªa en una calle puede llegar un momento en el que se frustre al no mejorar su marca. Les invito a que se acerquen a nuestro deporte, se van a divertir mucho¡±. A nivel de ¨¦lite, la liga se juega en concentraciones, los clubes se desplazan un fin de semana y disputan los partidos de forma intensiva.
La pr¨®xima Copa de Espa?a estaba prevista realizarse en Zaragoza, si el cierre de la piscina no lo impide. Como curiosidad, Espa?a se preparar¨¢ para el futuro Mundial en un peque?o pueblo a 60 kil¨®metros de Lisboa. ¡°Lo ha gestionado la Federaci¨®n de Portugal, contra la que disputaremos una serie de amistosos. All¨ª cuentan con otra mentalidad. Ese municipio nos cede su piscina de forma gratuita, porque saben que un centenar de personas nos hospedaremos y comeremos all¨ª. Es una fuente tur¨ªstica, son ingresos¡ pero eso no se ve en Espa?a. Lo peor es que estos pa¨ªses emergentes, que aprenden mucho de nuestros jugadores, nos adelantar¨¢n en pocos a?os porque ellos s¨ª disponen de ese respaldo y de las infraestructuras,¡± concluye Llonch. Es la dureza del deporte minoritario (el hockey subacu¨¢tico no es apreciable por el p¨²blico no entendido). Una lucha constante en apnea, la de sus participantes en el fondo de la piscina y la de sus dirigentes soplando en las puertas que hagan falta, las del FEDAS y el CSD mayoritariamente, para la supervivencia de aquella locura que invent¨® el ingl¨¦s Blake hace ya casi 50 a?os.