Sigo d¨¢ndole vueltas a los 1.114 pases contra Rusia. No me explico c¨®mo tal empacho de bal¨®n sirvi¨® para casi nada. Fue una tarde tan tediosa que seguro que pocas actividades recreativas han contribuido tanto a la siesta. La Selecci¨®n nos aburri¨® a todos y, lo que es mucho peor, se aburri¨® a s¨ª misma.
Hay quienes ponen en duda el estilo. Quiz¨¢ haya habido excesos y se hayan obviado otros registros diferentes a los que se les puede poner cara (Sa¨²l, Asensio y Lucas en cada banda, doble delantero Diego Costa-Rodrigo...), pero no parece esa la cuesti¨®n m¨¢s importante. Espa?a ha guardado fidelidad a una idea que la reconoci¨® universalmente sin importarle qui¨¦n la pusiera en pr¨¢ctica ni el desarrollo defensivo de los rivales.
Escasas incertidumbres nos asaltan desde la primera perspectiva. De Gea no ser¨¢ nunca Casillas, pocos podr¨¢n presumir del liderazgo y velocidad de Puyol, nadie se acercar¨¢ al don de Xavi como director y siempre costar¨¢ encontrar delanteros del nivel de Villa y Torres en plenitud. Xabi Alonso ya no est¨¢ e Iniesta tambi¨¦n se ha ido definitivamente. El modelo fue de todo el f¨²tbol espa?ol, pero tambi¨¦n el modelo fueron ellos. A aquel Iniesta le llegaba el bal¨®n y ojeaba para soltarlo al instante. A Xavi ni le hac¨ªa falta mirar. Ten¨ªa la posici¨®n de cada compa?ero y l¨ªnea de pase en la cabeza. Muy diferente resulta ahora con un Thiago muchas veces est¨¦ril o un Silva apocado. El enamoramiento de Isco con la pelota, que le impide jugar a uno o dos toques, es otro contratiempo del que apenas se dice nada. La hoja de ruta se ha difuminado porque fallan los protagonistas, pero no por ser una mala idea.
Los rivales tambi¨¦n han aprendido a enfrentar la eterna paciencia futbol¨ªstica de Espa?a. No han cambiado su postura en el campo. Antes viv¨ªan encerrados y lo siguen haciendo. Su actitud, en cambio, es otra. De convivir con la intimidaci¨®n a sentirse desahogados. Los pellizcos en los amistosos contra Suiza y T¨²nez, con Lopetegui todav¨ªa al mando, no lo olviden, fueron los primeros avisos que se dejaron pasar. Ya en faena, despu¨¦s del estreno ilusionante ante Portugal, Ir¨¢n y Marruecos, dos selecciones muy menores, apuraron a Espa?a. Rusia, no mucho mejor, la empaquet¨® para casa.
La derrota reabre rivalidades y forofismos que parec¨ªan superados. De repente se lee que Piqu¨¦ se independiza de la Selecci¨®n por su imprudente penalti y se recuerda con intenciones nocivas que en la primera Eurocopa y en el Mundial no hab¨ªa jugadores del Atleti (los or¨ªgenes de Luis y Torres dan igual). Ese estilo es tan espa?ol como el estilo que ha definido a la Selecci¨®n. Siempre ser¨¢ m¨¢s higi¨¦nico el segundo que el primero. Uno nos dio la felicidad y seguramente, con peque?os retoques, ser¨¢ el camino para volver a encontrarla. El otro mejor que lo defiendan sus portavoces.