El f¨²tbol mueve el mundo: futbolistas, entrenadores, patrocinadores, televisiones, espectadores¡­ Este deporte ha adquirido grandes dimensiones y son millones y millones de euros los que mueve. Pero en 1927, un hecho desencaden¨® que la maquinaria del f¨²tbol como negocio aspirase a m¨¢s.

Hasta 22 de enero de 1927, todo aquel que quisiese disfrutar del f¨²tbol o conocer en directo, segundo a segundo, lo que estaba haciendo su equipo, deb¨ªa estar presente en el estadio. Lloviese, nevase o la temperatura superase los 30 grados. Todo cambi¨® con la Royal Charter que recibi¨® la BBC a comienzos de aquel a?o. Este medio de comunicaci¨®n brit¨¢nico pasaba a ser p¨²blico, permitiendo a la emisora retransmitir cualquier acontecimiento que se considerase de inter¨¦s p¨²blico. Lo que era el f¨²tbol.

Teddy Wakelam, conocido en Reino Unido por haber sido el capit¨¢n del equipo de rugby Harlequ¨ªn, fue el encargado de poner voz a la primera retransmisi¨®n de un partido de f¨²tbol. El lugar escogido fue el estadio de Highbury, donde por primera vez en la historia cualquier aficionado pudo disfrutar de este deporte desde el sill¨®n de su casa. A los 16.831 aficionados que llenaron las gradas del estadio, los acompa?ar¨ªan cientos de o¨ªdos atentos a lo que sucediese a kil¨®metros de sus hogares.

El partido disputado e Highbury enfrent¨® al Arsenal, equipo local, ante el Sheiffield United, en partido de liga. El choque finalizar¨ªa con tablas en el marcador. Un empate a uno. Siendo Charlie Bucham el autor del primer gol narrado a trav¨¦s de las ondas.

Wakelam, que la semana anterior hab¨ªa locutado un partido de rugby entre Inglaterra y Gales (primer partido de cualquier deporte retransmitido ¨ªntegramente), se ten¨ªa que ayudar de una plantilla, que pose¨ªan todos los radioyentes, al haberla comprado en una de las publicaciones vinculadas a la BBC, para describir la zona del campo en la que la acci¨®n se estaba desarrollando. De esta forma, el terreno de juego qued¨® dividido en ocho parcelas. Wakelam narraba la jugada y finalizaba con el n¨²mero de la parcela donde se hab¨ªa desarrollado (1, 2, 3..).

La inclusi¨®n del f¨²tbol en un medio de masas provoc¨® su entrada a los hogares de todo el pa¨ªs. El f¨²tbol daba los primeros pasos para convertirse, todav¨ªa m¨¢s, en un deporte de masas. Pero surgieron voces y sectores que trataron de evitar, y lo lograron durante un par de d¨¦cadas, la relaci¨®n entre la radio y este deporte.

Los peri¨®dicos se sintieron amenazados, las retransmisiones de los distintos deportes provocar¨ªan una ca¨ªda en las ventas. Estas quejas provocaron que el gobierno ingl¨¦s prohibiese las retransmisiones. Adem¨¢s de la prensa, los equipos tampoco se ve¨ªan de colaborar de manera gratuita, quer¨ªan dinero a cambio de permitir tal actividad. Solo los fabricantes de transistores ve¨ªan como sus ingresos aumentaban.

Tal situaci¨®n desemboc¨® en la prohibici¨®n de las retransmisiones salvo en ciertas excepciones. La Federaci¨®n permit¨ªa que las semifinales y final de la Copa, adem¨¢s de los partidos internacionales, fueran locutados. Un veto que perdurar¨ªa hasta 1937, cuando se retransmiti¨® por primera vez un partido de f¨²tbol por televisi¨®n. El Arsenal ser¨ªa, otra vez, protagonista, pero en aquella ocasi¨®n, ante su equipo reserva.

En Espa?a, la situaci¨®n vivida fue muy parecida. El primer partido retransmitido por radio, seg¨²n datos de CIHEFE (Centro de Investigaciones de Historia y Estad¨ªstica del F¨²tbol Espa?ol), fue entre Real Uni¨®n Club de Ir¨²n y Arenas Club de Guecho, en una final de Copa disputada el 15 de mayo de 1927 y locutada por Uni¨®n Radio. Como en Inglaterra, los clubes se negaron a permitir la entrada de las emisoras a sus estadios. Consideraban que la gente prefer¨ªa quedarse en casa escuchando los partidos y les restaba la presencia, y por lo tanto menos, venta de entrada, en sus estadios.