Va al pantano y su nuevo detector de metales empieza a sonar: desentierra una espada inusual de 2.500 a?os
El hallazgo, que incluye una espada doblada como una S y otros objetos de la Edad del Bronce, ofrece nuevas pistas sobre las pr¨¢cticas rituales y la transici¨®n hacia la Edad del Hierro
Claus Falsby jam¨¢s imagin¨® que su primera incursi¨®n con un detector de metales lo llevar¨ªa a un descubrimiento asombroso. En un antiguo pantano en Egedal, al oeste de Copenhague, este entusiasta aficionado hall¨® una espada de 2.500 a?os de antig¨¹edad con una forma peculiar: estaba doblada en una S. Pero ese no fue su ¨²nico hallazgo.
En la misma zona, su detector marc¨® la presencia de otros objetos sorprendentes: dos hachas, tres tobilleras o mu?equeras, un posible alfiler de traje y un misterioso objeto similar a un cincel, cuya funci¨®n sigue siendo un enigma para los arque¨®logos. Seg¨²n los expertos, estos hallazgos corresponden a la transici¨®n entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, un periodo que, de acuerdo con Emil Winter Struve, arque¨®logo encargado de las excavaciones, parece haber sido m¨¢s gradual de lo que se cre¨ªa.
Una espada con historia
La espada, datada en el a?o 500 a. C., est¨¢ hecha de bronce y cuenta con remaches de hierro que sujetaban un mango de madera. Su forma doblada no es casual, como explica Heidi Wrobel N?rgaard, inspectora del Museo Moesgaard. Este tipo de alteraci¨®n era com¨²n en la Edad del Bronce, ya que las armas a menudo eran destruidas intencionadamente antes de ser depositadas como ofrendas rituales o en ceremonias funerarias.
Este hallazgo no solo es importante por su antig¨¹edad y simbolismo, sino porque arroja luz sobre las pr¨¢cticas culturales y las transiciones tecnol¨®gicas de la ¨¦poca.
Un segundo golpe de suerte
El entusiasmo de Falsby no se detuvo ah¨ª. En su segundo viaje con el detector, descubri¨® otro tesoro en las proximidades: un gran collar de bronce, una pieza ¨²nica que solo tiene un precedente conocido en toda Dinamarca.
Ambos descubrimientos fueron entregados al Museo Nacional, siguiendo las normas de patrimonio cultural del pa¨ªs. Los objetos ser¨¢n estudiados a fondo, con la esperanza de que revelen nuevos detalles sobre la vida y las creencias de las sociedades que habitaron Dinamarca hace miles de a?os.
Se reafirma as¨ª c¨®mo incluso los aficionados pueden contribuir al enriquecimiento del conocimiento arqueol¨®gico, siempre que act¨²en con responsabilidad y colaboraci¨®n con las autoridades culturales.
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