Una holandesa recorre el Camino de Santiago en plena crisis y encuentra un nuevo comienzo en este rinc¨®n de Espa?a

Cada persona empieza el Camino de Santiago por un motivo: religioso, cultural, deportivo, ocio, y cada uno lo acaba de manera diferente. En casi todos los peregrinos se produce un cambio. Y es lo que le ocurri¨® a Anna Visser (50 a?os), natural de Holanda, quien tras hacer la peregrinaci¨®n decidi¨® cambiar de vida.

Decidi¨® emprender, dejar su pa¨ªs, la ciudadad de Rotterdam, y abrir un albergue de peregrinos en Asturias, en la localidad de Pendueles, Aves de Paso. Este alojamiento est¨¢ situado en el kil¨®metro 417 del Camino del Norte, la holandesa lleva dos a?os recibiendo a los peregrinos con t¨¦ y galletas, tal y como ha contado a Marlene Penz, periodista independiente, en Kurier.

Recibe los pasaportes de los peregrinos, los sella con el sello de su albergue (para que cuenta para la Compostela), que es un p¨¢jaro, y la fecha, toma los datos de sus invitados y les muestra la habitaci¨®n del segundo piso donde dormir¨¢n. En la primera temporada (de abril a finales de octubre, durante la cual hace demasiado fr¨ªo y s¨®lo unas pocas personas hacen el viaje) hab¨ªa diez camas; ahora hay doce. ¡°La cena es a las siete¡±, explica.

A los hu¨¦spedes ya solo les queda descansar, curarse las ampollas y ponerse c¨®modos. O ver a la anfitriona cocinar. Disfrutar¨¢ de un men¨² vegetariano de tres platos. Y, al irse, dejar una donaci¨®n, lo que cada uno quiera o pueda. ¡°Me gusta el principio de solidaridad¡±, dice Anna, que antes trabajaba como periodista y directora de medios, y ha recibido peregrinos de 63 nacionalidades diferentes.

¡°Lo compr¨¦ hace tres a?os; todo fue rapid¨ªsimo. Vend¨ª mi casa en R¨®terdam y me mud¨¦ aqu¨ª en agosto¡±. Alrededor de 3.200 peregrinos han descansado ya bajo su techo. Incluso alguno de ellos han regresado para ayudarla como voluntario por un tiempo. Y en esas, se enamor¨® de uno de los peregrinos; y ¨¦l tambi¨¦n regres¨®, pero para quedarse.

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Y ese cambio radical de vida lleg¨® por una crisis. En 2021 su pareja falleci¨® de un infarto. ¡°Entr¨¦ en una crisis¡±, dice, y finalmente decid¨ª hacer una peregrinaci¨®n a Santiago de Compostela, por la costa portuguesa, sola y con profundo dolor. ¡°All¨ª me di cuenta de que la vida contin¨²a, de que puedo volver a re¨ªr. Conoc¨ª a otras dos personas que tambi¨¦n hab¨ªan perdido a seres queridos. Una dijo: ¡®La ausencia permanecer¨¢, pero el dolor desaparecer¨¢¡®. Solo hab¨ªan pasado dos meses, pero aun as¨ª, me lo repet¨ªa al irme, como un mantra¡±.

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