Un hombre cuenta c¨®mo se salv¨® de un ataque de un hipop¨®tamo
Paul Templer pudo salir disparado a la superficie tras ser escupido por el hipop¨®tamo hasta en dos ocasiones. ¡°Recordar¨¦ esto hasta el d¨ªa de mi muerte¡±, exhibi¨® a la CNN.
Hace 17 a?os, Paul Templer vivi¨® una experiencia en el r¨ªo Zambeze que no olvidar¨¢ jam¨¢s. Este encabezaba en kayaks a un grupo de turistas y tres gu¨ªas aprendices en un r¨ªo cerca de Victoria Falls de Zimbabue, cuando un hipop¨®tamo macho que hab¨ªan encontrado, lo atac¨®. Finalmente, todo qued¨® en un susto.
Este aventurero llevaba varios a?os fuera, incluido un per¨ªodo en el ej¨¦rcito brit¨¢nico, pero volvi¨® al pa¨ªs de la sabana africana para seguir enamor¨¢ndose de ¨¦l. ¡°La vida silvestre, la flora, la fauna, el aire libre, el espacio...todo. Estaba en casa¡±, exhibi¨® Templer a la CNN.
Amaba su trabajo
El programa de certificaci¨®n de gu¨ªas de Zimbabue al que estaba acogido Templer era muy riguroso y todos aquellos gu¨ªas que lo aprobaban sent¨ªan mucho orgullo. Junto al resto de expertos, Templer disfrutaba ense?ando a los turistas la majestuosa fauna de la zona, incluidos los hipop¨®tamos, amantes del agua y muy territoriales.
En una de estas expediciones, Templer tuvo la oportunidad de dirigir un safari en canoa por el r¨ªo Zambeze, sustituyendo a un compa?ero de trabajo que ten¨ªa malaria. Este reconoci¨® que le encantaba este tramo del r¨ªo y era una zona que conoc¨ªa como la palma de su mano.
Se toparon con una manada de hipop¨®tamos
La expedici¨®n, formada por seis clientes del safari -cuatro tripulantes de Air France y una pareja de Alemania-, tres aprendices de gu¨ªa y Templer, llevaban tres canoas. Los clientes ocupaban los dos primeros asientos y un gu¨ªa en la parte trasera, y un aprendiz de gu¨ªa estaba en un kayak de seguridad para una sola persona.
Al bajar por el r¨ªo Zambeze, se toparon con una manada de una docena de hipop¨®tamos. Este episodio es algo usual, ya que es el cuarto r¨ªo m¨¢s largo de ?frica y tiene una longitud total de 2.574 kil¨®metros. En un primer momento no se alarmaron, ya que estaban a una distancia prudente, pero seg¨²n iban acerc¨¢ndose, Templer decidi¨® tomar medidas evasivas y hasta lleg¨® a detenerse durante unos minutos.
Hechos en cuesti¨®n de segundos
Cuando reanudaron la marcha, la canoa de Templer lideraba el camino seguida de las otras dos canoas y el kayak, pero la tercera canoa se fue alejando progresivamente y lleg¨® a alejarse del rumbo previsto. ¡°De repente, hubo un gran golpe seco. Y veo como la parte trasera de su canoa era catapultada por los aires. Y Evans, el gu¨ªa en la parte trarsera de la canoa, fue catapultado fuera de la canoa¡±, manifest¨® Templer.
Afortunadamente, los clientes lograron permanecer en la canoa de alg¨²n modo. Tras ordenar al otro gu¨ªa, Ben, que pusiera a salvo a los clientes en una roca en medio del r¨ªo que los hipop¨®tamos no pod¨ªan escalar, Templer dio la vuelta a su canoa para buscar a Evans.
¡°Me di cuenta de que estaba metido hasta la cintura en la garganta de un hipop¨®tamo¡±
El plan era ponerse a su lado y meterlo en la canoa de Templer. No obstante, esto no sali¨® tal y como hab¨ªa previsto. ¡°De repente not¨¦, de la cintura para abajo, que pod¨ªa sentir el agua y estaba mojado en el r¨ªo. De la cintura para arriba era diferente, estaba caliente y seco. Me di cuenta de que estaba metido hasta la cintura en la garganta de un hipop¨®tamo¡±, transmiti¨®.
Por suerte, Templer pudo salir disparado a la superficie tras ser escupido por el hipop¨®tamo y se encontr¨® cara a cara con Evans, el gu¨ªa al que intentaba rescatar. Cuando acordaron salir r¨¢pidamente, el hipop¨®tamo volvi¨® a met¨¦rselo en su boca y a escupirlo por segunda vez. ¡°Recordar¨¦ esto hasta el d¨ªa de mi muerte¡±, concluy¨® haciendo referencia al ataque, que dur¨® unos tres minutos y medio.