Un empresario acosa a una pareja de ancianos con 111 carteles recordando su ¡®falta¡¯: la justicia no tarda en aparecer?
El empresario cobraba sus deudas con grandes carteles de cart¨®n que llevaba a la propiedad de un matrimonio de ancianos, qui¨¦n ha sido acusado de acoso y alteraci¨®n del orden p¨²blico.
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Los delitos de acoso y alteraci¨®n del orden p¨²blico dieron lugar a una pena de prisi¨®n en suspenso para un empresario que utiliz¨® medios extraordinarios para cobrar deudas a una pareja de ancianos. El empresario en cuesti¨®n coloc¨® 111 carteles llamativos en el domicilio de los ancianos record¨¢ndoles sus deudas, tambi¨¦n env¨ªo un sinf¨ªn de correos electr¨®nicos, cartas y recordatorios de pagos por las ventanas de la casa. Seg¨²n explica el relato, el empresario habr¨ªa celebrado un contrato de reparaciones en inmuebles propiedad del matrimonio y las renovaciones del contrato inclu¨ªan la desmantelaci¨®n del techo y de las escleras de hormig¨®n. En este sentido, la pareja afirm¨® que las facturas enviadas no estaban justificadas.
Los esfuerzos del empresario de cobrar la deuda, llegaron a tal punto en el que causaron ansiedad y miedo, y la pareja encontr¨® la situaci¨®n estresante, por lo que el matrimonio decidi¨® denunciarle por acoso. El hombre naci¨® en la d¨¦cada de 1930 y su esposa es unos a?os mayor que ¨¦l.
Un caso llevado a los Tribunales
El empresario admiti¨® en el juicio que hab¨ªa enviado esos mensajes y colocado los carteles en el domicilio del matrimonio. El empresario consider¨® real su reclamaci¨®n de 30.000 euros y declar¨® ante el tribunal que hab¨ªa trabajado en las propiedades del matrimonio, por lo que consideraba que ten¨ªa derecho a cobrar sus deudas. Adem¨¢s, el hombre a?adi¨® que la empresa de cobranza no intermedi¨® en este asunto, ya que era un acuerdo que ten¨ªa personalmente con la pareja, en el cu¨¢l acordaron desde ambas partes que no habr¨ªa abogados de por medio.
Por tanto, el el Tribunal se supo que el empresario hab¨ªa trabajado en la propiedad del matrimonio, pero las dos partes no estuvieron de acuerdo sobre los resultados del trabajo y las facturas enviadas. Asimismo, el demandante afirm¨® en el juicio que hab¨ªa solicitado verbalmente un contrato y planos al contratista para la renovaci¨®n del techo, pero que nunca hab¨ªa recibido los planos. Seg¨²n el perjudicado, el empresario no fue capaz de desmontar las escaleras de hormig¨®n y finalmente tuvo que recurrir a un mec¨¢nico, que fue qui¨¦n se encarg¨® de desmantelar las escaleras en un par de horas.
El Tribunal declar¨® culpable al empresario
El tribunal record¨® que el demandado ten¨ªa la opci¨®n de llevar el cobro de sus cr¨¦ditos ante los tribunales. La forma en la que cobr¨® sus deudas fue claramente contraria a la ley y a las buenas pr¨¢cticas de cobranza. Por tanto, el Tribunal desestim¨® las alegaciones del empresario y le declar¨® culpable por acoso y alteraci¨®n del orden dom¨¦stico. Las acciones del empresario causaron miedo en el matrimonio, que evitaron incluso moverse por el propio patio de su domicilio y la responsabilidad del acto por parte del empresario se vio acrecentada, al tratarse de personas en avanzada edad.
De esta manera, el Tribunal de Distrito conden¨® a un empresario de 50 a?os a 60 d¨ªas de prisi¨®n suspendida por acoso y alteraci¨®n del orden p¨²blico. En total, deber¨¢ indemnizar a los ancianos con 2.000 euros por los da?os causados y otros 4.000 euros en concepto de gastos legales para el matrimonio.
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