Se revelan nuevos datos previos a la implosi¨®n catastr¨®fica del Titan: informe desfavorable

Susan Casey, escritora y apasionada del mar, ha revelado en Vanity Fair todos los pasos que dio la empresa Oceangate antes de la implosi¨®n del sumergible Titan. Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, dio luz verde a la expedici¨®n a pesar de los informes negativos de expertos y del peligro que supon¨ªa que el Tit¨¢n descendiera tantos metros sin tan siquiera pasar las pruebas pertinentes que garantizan la seguridad del mismo. ¡°Cu¨¢ntas m¨¢s cosas has roto, m¨¢s innovador has sido¡±. Y en ello se centr¨® todo el camino que recorri¨® el submarino, de principio a fin.

¡°Rush no tuvo respeto por las profundidades del oc¨¦ano. Era un reino que dec¨ªa querer explorar pero que no entend¨ªa¡±, afirma Casey en VF.

Prueba de presi¨®n en 2015

Para entender lo que sucedi¨® el 18 de junio de 2023 hay que remontarse a 2015. En ese a?o -dos antes de la construcci¨®n del Tit¨¢n- el director ejecutivo baj¨® un modelo que correspond¨ªa a un tercio del futuro submarino en una c¨¢mara de presi¨®n de unos 4.000 metros. El objetivo era validar que, efectivamente, ser¨ªa capaz de aguantar tal presi¨®n, sin embargo, explosion¨® a una profundidad de 2.740 metros. ¡°Podr¨ªa haber retrocedido un momento. Pero no lo hizo. Emiti¨® un comunicado de prensa afirmando que la prueba hab¨ªa sido un ¨¦xito rotundo¡±.

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Informe desfavorable del Tit¨¢n

David Lochridge era el director de operaciones marinas en el momento de la construcci¨®n del Tit¨¢n, en 2018, y responsable de la seguridad de la tripulaci¨®n. Por lo visto, era todo un profesional y experto en la materia: ingeniero marino, piloto de veh¨ªculos sumergibles e incluso hab¨ªa pilotado submarinos de rescate para la armada brit¨¢nica. Se mud¨® de Glasgow a Washington con su familia para trabajar en OceanGate, pero su trayecto en la empresa terminar¨ªa debido a las continuas diferencias con Rush y el director de ingenier¨ªa de la compa?¨ªa a la hora de examinar el submarino. El episodio culmin¨® en su despido debido al informe negativo del mismo. ¡°Lochridge expres¨® sus preocupaciones y fue ignorado. Enumer¨® m¨¢s de dos docenas de elementos que requer¨ªan atenci¨®n inmediata¡±, aclara Susan Casey.

¡°Dado que el casco estar¨ªa viendo presiones tan inmensas que a¨²n no se han experimentado en ning¨²n veh¨ªculo conocido con casco de carbono, corremos el riesgo de una posible fatiga interlaminar debido al ciclo de presi¨®n¡±, escribi¨® Lochridge.

Aunque ya antes Lochridge salv¨® a Rush despu¨¦s de que, durante la visita al Andrea Doria, quedaran atrapados -ellos y otros clientes- en el submarino de buceo bajo la proa ante las corrientes mar¨ªtimas. Rush no quiso ceder el mando a Lochridge hasta que, finalmente, este ¨²ltimo consigui¨® sacarles de all¨ª.

La escritora tambi¨¦n tuvo curiosidad por sumergirse en las profundidades oce¨¢nicas, sin embargo, al contrastar informaci¨®n con expertos, recul¨®. ¡°No entres en ese submarino. Va a tener un gran accidente¡±, cuenta Casey.

Quien s¨ª lo hizo el 18 de junio fue P.H. Nargeolet, un comandante condecorado en la marina francesa y el capit¨¢n del submarino de 6.000 metros de Francia, el Nautile. Sus amigos intentaron detenerlo, pero ¨¦l quiso adentrarse en la expedici¨®n a sabiendas de la situaci¨®n del submarino y sus carencias. ¡°Tal vez sea mejor si estoy ah¨ª¡±, coment¨® a uno de sus amigos seg¨²n la escritora.

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Varios expertos en la materia ya advirtieron del peligro

Rush sigui¨® adelante con sus planes de descenso pese a las diferentes llamadas de atenci¨®n que recibi¨®. La Sociedad de Tecnolog¨ªa Marina, el cofundador de EYOS (expedition), un ex navegante de la Guardia Costera que hab¨ªa realizado m¨¢s de 900 inmersiones en el pac¨ªfico o Patrick Lahey, presidente de Triton Submarines, advirtieron al director ejecutivo de Ocean Gates de los peligros que supon¨ªa la inmersi¨®n, quien hizo caso omiso de las mismas.

¡°En la segunda inmersi¨®n de prueba profunda del Tit¨¢n en abril de 2019, un intento de alcanzar los 4.000 metros en las Bahamas, el submarino protest¨® con un crujido y un ruido de disparo tan espeluznantes que su descenso se detuvo a 3.760 metros. Rush era el piloto y hab¨ªa llevado a tres pasajeros en esta zambullida altamente arriesgada. Uno de ellos fue Karl Stanley, un experimentado piloto de sumergibles que m¨¢s tarde describir¨ªa los ruidos como ¡°el casco grit¨¢ndote¡±, relata la escritora inglesa.

Los expertos supusieron lo ocurrido

Cuando el 18 de junio los medios de comunicaci¨®n sacaron a la luz las diversas hip¨®tesis de lo que pod¨ªa haber ocurrido, aquellos realmente entendidos en la materia y que eran cercanos a los experimentos anteriores descartaron el hecho de que el submarino estuviera perdido o flotando. ¡°Nadie cre¨ªa que sus pasajeros se estaban quedando sin ox¨ªgeno lentamente¡±.

El descenso del Tit¨¢n no fue otra cosa que la cr¨®nica de una muerte anunciada que, efectivamente, fue anunciada y no se evit¨®.