?Qui¨¦n era Rudolf H?ss, el nazi ¡°animal de Auschwitz¡± en el que se inspira La Zona de Inter¨¦s?
El comandante del campo de concentraci¨®n de Auschwitz naci¨® en una familia acomodada. Tras la guerra y despu¨¦s de ser detenido, confes¨® los cr¨ªmenes.


Los grandes del cine estadounidense se dieron cita la pasada madrugada en el Dolby Theatre de Los ?ngeles en una nueva entrega los Oscar. Oppenheimer, la pel¨ªcula dirigida por Christopher Nolan, fue la gran triunfadora de la noche con nada menos que siete estatuillas. Uno de los premios a los que no pudo optar, por razones l¨®gicas, fue el de Mejor Pel¨ªcula Internacional.
Ah¨ª fue La Zona de Inter¨¦s la que se alz¨® con el triunfo, por delante de la espa?ola La sociedad de la nieve, entre otras. Adem¨¢s de este galard¨®n, tambi¨¦n optaba a otros cuatro: Mejor Sonido (tambi¨¦n lo gan¨®), Mejor Guion Adaptado, Mejor Pel¨ªcula y Mejor Director. La cinta de Reino Unido narra la vida de Rudolf H?ss, comandante del campo de concentraci¨®n de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial, junto a su mujer y sus cinco hijos.
Con apenas 21 a?os, H?ss se alist¨® en al Partido Nazi. Su entrada en los campos de concentraci¨®n se produce a los 34 a?os, y apenas cinco m¨¢s tarde ya era comandante en el campo de concentraci¨®n de Auschwitz. Como comandante recib¨ªa ¨®rdenes directas de Heinrich Himmler, uno de los pesos pesados de la organizaci¨®n. Por delante de ¨¦l, estaba ¨²nicamente Adolf Hitler.
La cr¨ªtica ha premiado el film de Jonathan Glazer por aportar una visi¨®n diferente del Holocausto, poniendo en el centro de la pel¨ªcula la vida personal y cotidiana de la familia de H?ss, uno de los comandantes que infligieron m¨¢s dolor a miles de personas. H?ss es recordado no solo por su f¨¦rrea obediencia a sus superiores, sino tambi¨¦n por conseguir aumentar las dimensiones de la capacidad de causar da?o en el campo de exterminio de Auschwitz.
A unos metros del horror
La pel¨ªcula, una ficci¨®n adaptada de la novela de Martin Amis, transcurre casi por completo en la casa familiar de H?ss, con un gran jard¨ªn y una piscina. Apenas un muro gris separa este id¨ªlico paisaje del campo de exterminio, en el que a diario mor¨ªan miles de personas. El propio protagonista, durante los juicios de N¨²remberg, lleg¨® a estimar el n¨²mero de v¨ªctimas totales entre 2,5 y 3 millones.
Su vida personal se pudo conocer a trav¨¦s de sus memorias, publicadas en espa?ol bajo el t¨ªtulo de ¡®Yo, el comandante de Auschwitz¡¯. Hijo de una familia cat¨®lica y acomodada, H?ss cuenta que su infancia estuvo marcada por la carencia de amistades, en parte por la dura disciplina de su padre. As¨ª, creci¨® siendo incapaz de expresar la m¨¢s m¨ªnima se?al de afecto. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, y a pesar de ser un ni?o, convenci¨® a su madre para que le permitiera ser enfermero auxiliar de la Cruz Roja.
El camino marcado por su progenitor le llevaba a ser sacerdote, pero la idea de H?ss era totalmente diferente. ¡°Quer¨ªa ser soldado, y sobre todo, no quer¨ªa perderme esa guerra¡±, narr¨® en sus memorias. As¨ª, con 16 a?os se uni¨® a un batall¨®n militar para pelear en el frente. ¡°Jam¨¢s volv¨ª a sentir un terror semejante al que se apoder¨® de m¨ª en aquel momento¡±, dijo tras su primer enfrentamiento. Despu¨¦s, a?ade, sigui¨® disparando tal y como le ense?aron, y ¡°sin pensar en el peligro¡±.
De la c¨¢rcel a Auschwitz
Tras regresar de la guerra (1918) se encontr¨® con que se hab¨ªa quedado hu¨¦rfano, por lo que tom¨® la decisi¨®n de unirse a los Fraikorps, el ej¨¦rcito paramilitar y ultranacionalista de soldados que, al igual que ¨¦l, hab¨ªan ido a la guerra y se ve¨ªan incapaces de volver a la vida civil tal y como era entonces. En 1922 ingres¨® en las filas del Partido Nazi y, al poco tiempo, fue condenado a 10 a?os por participar en el asesinato de un maestro de escuela, a quien acusaba de haber traicionado a un soldado.

Tras pasar solo cuatro a?os en prisi¨®n, se dio cuenta de lo que deseaba en su vida. ¡°Tener una granja con la que alimentar y asegurar una existencia sana a una familia numerosa¡±. Y una vez fuera de la c¨¢rcel, trat¨® de conseguirlo, trabajando en granjas de Alemania. Despu¨¦s se uni¨® a la Liga Artaman, un movimiento de ultraderecha que despu¨¦s ser¨ªa absorbido por el Partido Nazi.
Fue all¨ª donde conoci¨® a Himmler, quien despu¨¦s ser¨ªa su jefe en el ej¨¦rcito, y a Hedwig, su futura esposa. ¡°La animaba el mismo ideal que a m¨ª. En cuanto nos vimos supimos que est¨¢bamos hechos el uno para el otro¡±, narr¨® en sus memorias. A?os m¨¢s tarde, en 1934, ingres¨® en las SS, el ej¨¦rcito de Adolf Hitler, llegando de este modo a los campos de concentraci¨®n. Tras trabajar en Dachau y Sachsenhausen, en 1940 le ordenaron estudiar la posibilidad de construir un nuevo campo de concentraci¨®n, en Auschwitz. El proyecto sali¨® adelante con H?ss como comandante.
Su pol¨ªtica se basaba en el trabajo forzado y una gran represi¨®n. ¡°Cada preso deb¨ªa servir a las necesidades de la guerra¡±, aseguraba. Tras ponerse en funcionamiento las c¨¢maras de gas, afirm¨® sentirse ¡°aliviado¡± por ser preferible a los fusilamientos. ¡°Habr¨ªa supuesto una carga demasiado pesada para los hombres de las SS¡±.
Tras acabar la guerra H?ss y su familia se escondieron en el norte de Alemania, a la espera de poder escaparse hacia Sudam¨¦rica. Tras ocultarse en una granja las autoridades dieron con H?ss, ¡®delatado¡¯ por su anillo de boda, con su nombre y el de su esposa. Fue el primer nazi de alto rango militar en confesar los cr¨ªmenes. Condenado a la horca, H?ss muri¨® de este modo en el lugar en el que desarroll¨® gran parte de sus crueles actividades: Auschwitz.
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