Manu Ureste, periodista en M¨¦xico: ¡°El narco controla el precio del lim¨®n y del aguacate¡±
El periodista de Animal Pol¨ªtico publica el libro ¡®Vivir con el narco¡¯, donde recoge las cr¨®nicas de un negocio que afecta a todas las capas de M¨¦xico.
El narcotr¨¢fico es el quinto negocio que m¨¢s personas emplea en M¨¦xico. Un estudio del Complexity Science Hub asegura que el narco alista en sus filas a 350 personas cada semana, hasta llegar las 185.000 que trabajan en el negocio del narcotr¨¢fico en el pa¨ªs. En M¨¦xico el narcotr¨¢fico extiende tanto sus tent¨¢culos que estos llegan a todas las capas de la sociedad: existen mochilas antibalas para los ni?os, las escuelas hacen simulacros de tiroteos y el narco controla el precio de productos como el lim¨®n o el aguacate.
Las consecuencias del negocio del narcotr¨¢fico en la sociedad lo explica el periodista Manu Ureste en su libro ¡®Vivir con el narco¡¯, donde recoge 17 cr¨®nicas publicadas en Animal Pol¨ªtico con los testimonios de las personas que viven la violencia del crimen organizado: las desapariciones, las comunidades ind¨ªgenas amenazadas por el narco, c¨®mo el crimen afecta a la pol¨ªtica¡ El periodista, natural de Murcia, habla con Diario AS sobre el efecto social del narco m¨¢s all¨¢ del propio negocio.
Pregunta: ?C¨®mo puede un espa?ol imaginarse la situaci¨®n de M¨¦xico, lo de vivir con el narco?
Respuesta: Para un espa?ol es dif¨ªcil imaginarlo: no es que Espa?a no sea un pa¨ªs violento, pero aqu¨ª hay otro tipo de violencia. En Espa?a t¨² sabes que a algunas zonas costeras llega droga, pero es muy raro que la veas. En M¨¦xico convivimos con la violencia d¨ªa a d¨ªa porque el crimen organizado ya ha diversificado sus actividades. Por ejemplo, se est¨¢ popularizando el cobro de extorsi¨®n: tienes una tienda y el c¨¢rtel te pide la mitad de lo que ganas todas las semanas. Hay mucha gente que cierra su tienda de un d¨ªa para otro y se tiene que marchar y huir con lo puesto. En M¨¦xico la violencia se nos ha metido por debajo de las u?as, abarca todos los ¨¢mbitos de la sociedad mexicana y por eso hemos tenido que aprender a vivir con ella.
P: Es como si en Espa?a no se pudiera salir a pasear a la noche
R: A ver, M¨¦xico es un pa¨ªs enorme, muy complejo, dif¨ªcil de gobernar y con un problema gigante de corrupci¨®n. Pero eso no significa que en todas las partes del pa¨ªs no puedas salir a la calle. Por ejemplo, en Ciudad de M¨¦xico, que tiene unos 14 millones de personas, hay zonas en las que puedes hacer vida normal durante la noche: salir a correr, cenar, salir de fiesta¡ Pero hay otras zonas controladas por el crimen por las que es mejor no pasar. Como mexicano empiezas a adaptar tu rutina a ciertos h¨¢bitos: no voy a este sitio a tal hora, por la noche mejor voy en autob¨²s, si voy a este sitio no me puedo quedar mucho tiempo¡ Sabes que tienes que tomar muchas precauciones como ciudadano.
P: Da la sensaci¨®n que la suerte es crucial. Si est¨¢s en un lugar equivocado en el momento equivocado¡
R: En M¨¦xico hay un corrido de mariachis que dice que ¡°la vida no vale nada¡±. Hay momentos en los que la vida no vale nada. En ciertos lugares del pa¨ªs, como Guanajuato o Michoac¨¢n, es muy f¨¢cil que te encuentres en una situaci¨®n comprometedora para tu vida y donde se necesita un elevado nivel de suerte para que no te maten o secuestren. En M¨¦xico hay m¨¢s de 100.000 casos de desapariciones de hombres, j¨®venes, ni?os, mujeres¡ que aparecen en fosas comunes del crimen organizado.
El crimen organizado es como una empresa, es decir, necesita mano de obra y cuando se le acaba, la toma a la fuerza. U ofrece dinero para captar j¨®venes de 13 o 14 a?os para unirse al c¨¢rtel. Si se niegan, los reclutan a la fuerza, y si se vuelven a negar, los matan. Hay factores que tienes que cuidar. Pero no quiero crear un estigma, esto no ocurre en todo el territorio y todav¨ªa hay una cierta gobernabilidad.
P: ?Hay alg¨²n ¨¢mbito que no est¨¦ influenciado por el narco?
R: Es complicado saberlo. Lo que s¨ª te puedo decir es que, cuando llegu¨¦ a M¨¦xico en 2008, el entonces presidente Felipe Calder¨®n, lleg¨® al poder arrastrando cierta pol¨¦mica, y declar¨® una guerra frontal al crimen organizado utilizando las fuerzas militares y policiales para legitimarse. Comenz¨® ¡®la guerra contra el narco¡¯, y a partir de eso, todo ha cambiado mucho: antes el crimen estaba m¨¢s focalizado, ahora los grupos se han ido fragmentando y est¨¢n mucho m¨¢s presentes, de un capo salieron diez.
P: ?Por qu¨¦ se fragment¨®?
R: No s¨¦ muy bien, supongo que porque el negocio del crimen organizado deja miles y miles de millones de d¨®lares de ganancias. El narcotr¨¢fico ya no solo es el narco, no es solo vender marihuana o cristal, ahora han evolucionado much¨ªsimo y se han metido en todos los ¨¢mbitos sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos del pa¨ªs. El narco controla el precio del lim¨®n, el del aguacate¡ En el primer art¨ªculo del libro investigamos c¨®mo el crimen organizado est¨¢ metido en las elecciones, a todos los niveles, especialmente en las municipales, porque les interesa tener el control de los pueblos, porque ah¨ª llega presupuesto federal.
Si se hacen con una alcald¨ªa, controlan a la polic¨ªa local, de tr¨¢nsito, los impuestos¡ Me lo contaban los candidatos a la alcald¨ªa de Guerrero: ¡°Aqu¨ª, si no pides permiso al narco para presentarte a las elecciones, est¨¢s muerto¡±. Si no te dan permiso y vas por libre, porque eres valiente y quieres ser alcalde, est¨¢s muerto. Y si te dan permiso, tienes que saber que, si ganas, van a querer cobrarse el favor, y quienes van a ser los alcaldes ser¨¢n ellos, no t¨². En definitiva, el narco est¨¢ presente en todos los ¨¢mbitos.
P: ?D¨®nde es m¨¢s evidente su influencia?
R: No sabr¨ªa decirte, creo que en el pol¨ªtico hemos investigado menos porque tambi¨¦n es m¨¢s dif¨ªcil documentar los nexos entre pol¨ªtica y narco. Es mucho m¨¢s peligroso publicar un libro en el que yo dijera que el gobernador de un estado es aliado de los narcos, que publicar un libro como el m¨ªo. No publicar¨ªa un libro como ese, porque aprecio mucho mi vida.
P: En una de tus cr¨®nicas, los ciudadanos de un pueblo dicen confiar m¨¢s en el Chapo que en la polic¨ªa.
R: Hay que tener en cuenta que el narcotr¨¢fico no es algo nuevo, lleva d¨¦cadas en M¨¦xico, y hay zonas en la que la gente ha crecido con el narco. En esas comunidades, la gente sab¨ªa que el patr¨®n del pueblo no era el alcalde, sino el capo. Y el capo era un narco blanqueado por el pueblo, que lo defend¨ªa porque en las fiestas pon¨ªa flores en las calles, dinero y donaba a la escuela, era un narco con una cierta concepci¨®n social, porque saben que, si tienen el beneficio del pueblo, les favorecer¨¢ en el futuro.
Eso lo pod¨ªamos ver en la Colombia de Pablo Escobar. Hay lugares en M¨¦xico donde la gente todav¨ªa tiene una buena imagen del narco, que si les preguntas te dicen ¡®aqu¨ª nos cuida el c¨¢rtel de Sinaloa, los malos son los del otro c¨¢rtel¡¯. La gente tambi¨¦n toma posici¨®n. Y al igual que el narcotr¨¢fico no es nuevo, tampoco lo es la corrupci¨®n, y como hay polic¨ªas corruptos, la gente no conf¨ªa en ella. Yo no soy mexicano y a veces me da m¨¢s miedo un polic¨ªa que los malandros.
P: Entonces, ?en qui¨¦n o qu¨¦ conf¨ªa la poblaci¨®n?
R: Es una buena pregunta, pero hay que hac¨¦rsela a los mexicanos. Muchas veces el mexicano est¨¢ entre la espada y la pared y no sabe en qui¨¦n confiar, la mayor¨ªa no quiere al narco, pero aqu¨ª no veo una divisi¨®n tan clara como en Espa?a de, ¡®los polic¨ªas son los buenos y los narcos los malos¡¯. La foto de la portada de este libro la tom¨¦ en una comunidad en la que se produjo una protesta porque apresaron a los narcos. El Gobierno envi¨® all¨ª un operativo de 200 polic¨ªas y helic¨®pteros, y reprimieron violentamente al pueblo, dejando cinco muertos, entre ellos un menor de edad. Desde entonces, en ese pueblo expulsan a los partidos pol¨ªticos, al Ayuntamiento, a la polic¨ªa local y, crean un consejo ind¨ªgena, un autogobierno reconocido por la Constituci¨®n mexicana, por la ley de usos y costumbre. Tambi¨¦n forman su propia polic¨ªa ind¨ªgena. En ese pueblo, los ni?os juegan a ser los buenos y malos, y los malos son siempre la polic¨ªa. Ah¨ª te das cuenta de la divisi¨®n.
P: ?Hay j¨®venes que entren en el c¨¢rtel de forma voluntaria? ?O lo hacen porque no tienen alternativa?
R: Depende de cada persona. Por ejemplo, uno me cont¨® que ten¨ªa ocho a?os y viv¨ªa en su casa con su madre, que era prostituta. Ella le daba hero¨ªna para que no le molestase durante el d¨ªa, y el ni?o, desde los ocho a?os, enganchado a la hero¨ªna. La madre muere cuando ¨¦l tiene 14 a?os y nadie de la familia se quiere hacer cargo del chico porque es un yonqui. ?Qu¨¦ le queda? La calle. Un d¨ªa se encuentra a su hermano en la calle y este le cuenta que un amigo les ofrece un ¡®jale¡¯, que es algo as¨ª como un encargo. El tipo les dice entonces que es un trabajo para el c¨¢rtel, que es f¨¢cil, que van a empezar a llevar un paquete de un punto a otro en la ciudad. Les pagan. Y as¨ª empiezan a meterse dentro del c¨¢rtel. De hecho, muchas veces les pagan con droga, porque son adictos.
A partir de ah¨ª van escalando. Les ponen a hacer de ¡®halc¨®n¡¯, que es alguien que vigila y avisa al resto. Por ejemplo, si el c¨¢rtel quiere matar a una persona, el ¡®halc¨®n¡¯ le esp¨ªa y estudia sus movimientos. En este caso, ¨¦l ascendi¨® a halc¨®n, y el hermano era el sicario, formaban un t¨¢ndem para el c¨¢rtel. Al final, el hermano traiciona al c¨¢rtel porque se pone a vender droga para otros narcos, y como castigo le descuartizan delante de este chico, de su propio hermano. Hay j¨®venes que entran al c¨¢rtel porque no tienen alternativa, con familias desestructuradas, sin opciones de futuro¡ Tambi¨¦n hay c¨¢rteles que, como necesitan mano de obra, secuestran a diez chicos, les ponen una pistola en la mano y les dicen que van a trabajar para el c¨¢rtel. ?No quieres? Tiro en la nuca y a la fosa. Por ¨²ltimo, hay un grupo de j¨®venes influidos por los narcocorridos, esa m¨²sica urbana mezclada con la tradicional que exalta a capos de la droga. No te imaginas c¨®mo eso influye en los j¨®venes, muchos van con esa est¨¦tica. Algunos tienen genuinamente el deseo de ser un capo de la droga, ven ah¨ª el ¡®glamour¡¯ del narco, piensan que tendr¨¢n dinero, chicas, coches¡
P: Y una vez aceptas el primer trabajo, ya no hay vuelta atr¨¢s
R: No, para nada. Una vez entras en el c¨¢rtel, no puedes salir.
P: ?Qu¨¦ ocurre si decides abandonarlo?
R: O te refugias en la cueva m¨¢s rec¨®ndita del mundo y tienes suerte y se olvidan de ti, que raras veces ocurre; o vas a la fosa.
P: ?Si emigras, van en busca tuya?
R: S¨ª, esa gente tiene tent¨¢culos en todo el mundo. Si sales de aqu¨ª e intentas refugiarte en EEUU, duras nada, porque all¨ª tienen varias c¨¦lulas.
P: ?Y en Europa tambi¨¦n pueden encontrarte?
R: Seguramente s¨ª.
P: Dec¨ªas que el mexicano ha cambiado sus h¨¢bitos por la presencia del narco.
R: Mira, en Espa?a puedes viajar por carretera a la hora que quieras, de noche, puedes parar en una gasolinera de madrugada a comprar algo¡ Aqu¨ª no. Yo viajaba mucho a Veracruz y al principio, al llegar a M¨¦xico, decid¨ªa ir de noche para aprovechar todo el d¨ªa en la ciudad. Ahora no se puede hacer eso, viajar de noche en M¨¦xico es muy peligroso, incluso si vas en un autob¨²s. Hay retenes en las carreteras, te para un grupo delictivo y ah¨ª solo sabe Dios lo que puede pasar: secuestros, robos, violaciones¡ Es tirar una moneda al aire.
Hay lugares en M¨¦xico, como Culiac¨¢n o Sinaloa, donde los padres piden a los colegios que den clases virtuales, para no exponer a sus hijos a un tiroteo. Parece que estuvi¨¦semos en la pandemia. En estas zonas, hay protocolos de seguridad para que los ni?os sepan c¨®mo actuar en caso de tiroteo. ?Qu¨¦ m¨¢s podemos cambiar? Una vez sacaron incluso mochilas antibalas. Es una cosa loca, lo peor de todo es que el mexicano est¨¢ curado de espantos, todo est¨¢ normalizado. Si en Espa?a pusieran un coche bomba, la noticia abrir¨ªa absolutamente todos los medios. Aqu¨ª no, ocurre y cada uno a lo suyo. No hay capacidad de asombro, es un mecanismo de defensa de la gente.
P: ?Hay un futuro sin narcos en M¨¦xico?
R: Buf, no s¨¦. A d¨ªa de hoy se me hace una utop¨ªa pensar en un M¨¦xico sin narco. El narco siempre ha existido y existir¨¢ en M¨¦xico, porque somos el pa¨ªs vecino de Estados Unidos, el pa¨ªs que m¨¢s drogas consume del mundo, es imposible que en M¨¦xico no haya droga. S¨ª que me gustar¨ªa pensar en un Estado de derecho fuerte y que el crimen organizado no tenga al pa¨ªs de rodillas. Que el narco sea algo marginal, que supi¨¦semos que existe, pero no nos vi¨¦semos afectados por ellos. Como en Espa?a: sabemos que hay varias mafias, pero es algo anecd¨®tico, no afecta en el d¨ªa a d¨ªa. En M¨¦xico, el narco tiene pr¨¢cticamente el poder del pa¨ªs.
P: ?Qu¨¦ piensan los mexicanos del modelo Bukele, de la represi¨®n contra el narco?
R: Me gustar¨ªa decir que M¨¦xico es un pa¨ªs muy grande y con varios problemas, as¨ª que no se fijan tanto en Centroam¨¦rica. El Gobierno de M¨¦xico y el pueblo no est¨¢ tan pendiente de Bukele, si un caso, de Estados Unidos, porque es un gran socio comercial. En M¨¦xico, Bukele es anecd¨®tico. S¨ª que te encuentras a gente que dice: ¡®Necesitamos un Bukele para poner mano dura contra estos cabrones¡¯. Pero no es algo muy extendido.
El a?o pasado estuve en El Salvador y en Honduras. En Honduras s¨ª que ven con envidia al modelo Bukele, porque all¨ª s¨ª que no puedes caminar por la calle, que est¨¢n dominadas por las maras y los impuestos de guerra son bestiales. En Honduras, cuando preguntaba incluso a activistas de los derechos humanos, dec¨ªan que Bukele es un dictador, pero que al menos su pa¨ªs era tranquilo, que pod¨ªan salir a caminar por la calle y por cualquier colonia sin que te pase nada. Y es verdad, me pas¨® en El Salvador. La gente dice: ¡®?Es un dictador? S¨ª, pero de momento ha solucionado un problema grav¨ªsimo. Pero habr¨¢ que ver c¨®mo les va cuando pasen los a?os y se aferre al poder. Pero es cierto que el tema de las maras lo cort¨® de ra¨ªz.
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