Le dan un premio a un funcionario y le pillan cobrando 37.000 euros tras seis a?os sin trabajar: ¡°No hab¨ªa nada que hacer¡±
Un juzgado de C¨¢diz impuso a Joaqu¨ªn Garc¨ªa una multa de 27.000 euros por absentismo laboral. Esta corresponde a un a?o de su salario neto, el m¨¢ximo importe legalmente reclamable en este tipo de situaciones.
Imagina seguir cobrando de la empresa en la que trabajas, pero sin acudir a tu empleo durante nada menos que seis a?os. Y que nadie se d¨¦ cuenta pese a todo ese tiempo. Esta historia, aunque con vistas de imposible, es lo que ocurri¨® hace ya unos a?os. Y sucedi¨® en Espa?a. Joaqu¨ªn Garc¨ªa, que por entonces ten¨ªa 69 a?os, no fue a su trabajo durante m¨¢s de un lustro. Y nadie le ech¨® de menos hasta que le fueron a entregar un premio a su trayectoria en la empresa.
Tal y como narra el Daily Mail, Garc¨ªa dej¨® de ir a su empleo porque no hab¨ªa trabajo que hacer y, adem¨¢s, se sent¨ªa ¡°acosado¡±. Hasta que, en lo que era su 20? a?o en la empresa, se descubri¨® el pastel. Apodado el ¡®funcionario fantasma¡¯, durante a?os estuvo cobrando su n¨®mina (de 37.000 euros anuales). Todo, por una confusi¨®n entre los dos departamentos en los que trabajaba.
Y es que ambos dieron por hecho que la supervisi¨®n de sus funciones correspond¨ªa a la otra parte. Y, as¨ª, pasaron seis a?os. Garc¨ªa, ya jubilado, trabajaba como ingeniero en una planta de tratamiento de aguas residuales en C¨¢diz. Seg¨²n alegaba entonces, fue destinado a ese puesto de trabajo por diferentes ideas pol¨ªticas con el gobierno local.
Un puesto vac¨ªo de trabajo
Seg¨²n informaba El Mundo en su momento, fuentes cercanas a su entorno negaron las acusaciones. Garc¨ªa, defienden, era v¨ªctima de mobbing, pues le enviaron a un puesto en el que poco o nada ten¨ªa que hacer. Y lo hicieron, afirman, sabedores de ello. ?l, en cualquier caso, niega que no fuera a la oficina, si bien no lo hac¨ªa en su horario completo de 8:00 a 15:00.
¡°Lo enviamos a Aguas de C¨¢diz, que es de titularidad municipal, para que desde all¨ª se encargara de supervisar las obras de La Martona, el centro donde van las aguas fecales y pluviales de la ciudad¡±, aseguraba el teniente alcalde del Ayuntamiento de C¨¢diz, Jorge Blas Fern¨¢ndez.
All¨ª asegura que se le dio un despacho y desde entonces, hasta que no pas¨® una d¨¦cada, no volvi¨® a reparar en ¨¦l. ¡°Pens¨¦: ¡®?D¨®nde estar¨¢ este hombre? ?Seguir¨¢ all¨ª? ?Se habr¨¢ jubilado?, ?Habr¨¢ fallecido?¡¯. Como me constaba que segu¨ªa cobrando la n¨®mina, me puse a hacer gestiones¡±, afirmaba. Tras una llamada telef¨®nica en la que le preguntaba por su trabajo en meses pasados, Garc¨ªa no supo c¨®mo responder.
Seg¨²n la versi¨®n de la familia del trabajador, se trata de un caso de mobbing por parte del Ayuntamiento, que buscaba ¡°quit¨¢rselo de encima¡±. Al poco tiempo de cambiar de manos el consistorio, fue destinado a la supervisi¨®n de la depuradora de C¨¢diz-San Fernando, que estaba en fase de construcci¨®n y no terminar¨ªa hasta a?os m¨¢s tarde. Con ello, argumentaban, ¡°no hab¨ªa nada que hacer¡±.
Y, mientras tanto, Garc¨ªa se dedic¨® a cultivar su mente a trav¨¦s de la lectura. Seg¨²n contaba en aquel momento su entorno, no denunci¨® porque tem¨ªa que, a su edad, quiz¨¢ no encontrar¨ªa otro trabajo y ¡°ten¨ªa una familia que mantener¡±. Finalmente, fue condenado a pagar cerca de 27.000 euros, el equivalente a un a?o de su salario neto.
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