Las piezas recuperadas del sumergible Titan: qu¨¦ pueden aportar a la investigaci¨®n
Los restos del agujero donde ir¨ªa la ventana y las bridas que ocupaban los extremos del sumergible indican lo peor. El mayor misterio: unas bolsas de contenido desconocido.
Son las huellas de la tragedia. Un robot las encontr¨® en el fondo del oc¨¦ano poco despu¨¦s de descender hasta profundidades inimaginables, confirmando los peores presagios sobre el paradero del Tit¨¢n: el sumergible de OceanGate que llevaba en b¨²squeda exhaustiva cinco d¨ªas, el mismo n¨²mero de pasajeros que iban en el interior camino de las ruinas del Titanic. Hab¨ªa implosionado. Ah¨ª estaban las piezas. Y no fue del todo cre¨ªble hasta que no las rescataron del lecho marino del Atl¨¢ntico.
Ahora que estas partes han sido sacadas a la superficie, el panorama de la investigaci¨®n se abre a un escenario prometedor. Despu¨¦s de que el barco de recuperaci¨®n Horizon Artic hiciera entrega de los escombros, que fueron tapados vagamente con l¨¢minas, como cad¨¢veres en una riada, las fotograf¨ªas de estas piezas permiten a los expertos aproximarse a la ra¨ªz del catastr¨®fico accidente.
?D¨®nde est¨¢ la ventana?
Llam¨® especialmente la atenci¨®n la tapa frontal de titanio del sumergible, donde se aprecia un agujero en el centro. Ah¨ª estaba la ventana de visualizaci¨®n. Desde ese c¨ªrculo se iba a ver el pecio de 1912. La eslinga de elevaci¨®n de la gr¨²a lo atraves¨® para mover la pieza, lo que deja otra inc¨®gnita: ?D¨®nde est¨¢ la ventana de acr¨ªlico? Probablemente, y as¨ª reza la hip¨®tesis con m¨¢s fuerza, no resisti¨® la presi¨®n a cuatro kil¨®metros de profundidad.
Tambi¨¦n sali¨® del agua al muelle canadiense de St. John¡¯s, en Terranova, unos aros que se asemejan a enormes bridas de titanio. Estos anillos de metal ir¨ªan colocados a cada extremo del casco del sumergible. Es decir, estaban en contacto con las tapas. Su hallazgo por separado es una valiosa se?al, as¨ª como un triste y poderoso recuerdo de que el mar reclama lo que le pertenece.
A estas dos piezas se ha referido el profesor de autonom¨ªa marina de la Universidad de Southampton, Blair Thornton, quien ha incidido en que ¡°las partes clave a observar son la interfaz entre la ventana acr¨ªlica y el titanio, los domos hemisf¨¦ricos o las tapas de los extremos; y tambi¨¦n el ¨¢rea donde la fibra de carbono se habr¨ªa unido a las bridas de titanio¡±. Hasta aqu¨ª se puede rastrear.
El verdadero misterio se fue en unos camiones
Al emerger se rob¨® la atenci¨®n una pieza enorme. Se trata del compartimento trasero para equipos: una jaula abierta, sometido a enga?o desde el exterior, desde donde s¨®lo se apreciaba un cono de cola puntiagudo. La severidad que implica una separaci¨®n as¨ª es un cruel reflejo del destino de los cinco tripulantes. Tambi¨¦n hab¨ªa una varilla que funcionaba como antena, pero que, una vez desapareci¨®, nunca lleg¨® a conectar con la red telef¨®nica. No hay otra pieza que simbolice mejor el inicio de las sospechas.
Igual que los grandes paneles de color blanco que tambi¨¦n fueron rescatados. Funcionaban como el revestimiento exterior que cubr¨ªa cables y tubos. El retrato de lo sucedido es escalofriante. Sin embargo, el verdadero misterio vino del agua y se fue en unos camiones. Estaban esperando aposta. Se trata de varias bolsas de escombros, pero cuyo interior es un completo enigma. Se ha hablado de simples trozos de metal y se ha especulado, qui¨¦n sabe si en exceso, sobre los propios cuerpos de los fallecidos. Todo est¨¢ en posesi¨®n de la Guardia Costera norteamericana, que custodia un secreto cuyo significado real s¨®lo conoce el fondo del Atl¨¢ntico.