La tumba de Alejandro Magno: ?d¨®nde estaba, qu¨¦ se sabe de ella y por qu¨¦ se busca en Alejandr¨ªa?

Alejandro Magno ha trascendido en la historia como uno de los m¨¢s grandes conquistadores y estrategas, que lleg¨® a formar un imperio que abarcaba buena parte de Europa y Asia bajo sus ¨®rdenes, derrotando grandes territorios de la ¨¦poca como Egipto o el Imperio Persa. Grandes enemigos que son recordados como guerreros de primera l¨ªnea, como Dar¨ªo III de Persia, trataton de interrumpir su camino sin ¨¦xito.

Alejandro Magno fue un emperador joven y breve, y tras su fallecimiento comenz¨® a desmoronarse su imperio. De su vida se conocen sus grandes batallas y conquistas, pero alrededor de su muerte existen muchas inc¨®gnitas. En primer lugar, el motivo de su fallecimiento, cuya versi¨®n m¨¢s extendida es la de una enfermedad que le llev¨® a la muerte. Otra gran misterio sin resolver y que hasta la actualidad ha obsesionado a grandes historiadores y arque¨®logos, es el de d¨®nde descansan los restos del emperador.

?D¨®nde estaba la tumba de Alejandro Magno?

Tras su fallecimiento en Babilonia el a?o 323 a.C, el cad¨¢ver de Alejandro Magno fue dispuesto para ser trasladado a su Macedonia natal. Sin embargo, Ptolomeo I, guardaespaldas, comandante y amigo del emperador que le acompa?¨® en sus grandes conquistas, fren¨® este viaje reteniendo el cad¨¢ver en Egipto, territorio sobre el que se hab¨ªa eregido como nuevo rey, buscando as¨ª legitimar su poder ante el pueblo egipcio.

Fuentes hist¨®ricas relatan que entonces el cuerpo de Alejandro Magno fue trasladado a Menfis, antigua capital del Egipto fara¨®nico, y a pesar de que se desconoce oficialmente donde se situ¨®, se habla de que pudo estar en el sarc¨®fago destinado a Nectanebo II, el ¨²ltimo fara¨®n egipcio de la dinast¨ªa XXX.

?Qu¨¦ se sabe de la tumba de Alejandro Magno?

Tras su estancia en Menfis, Ptolomeo II, hijo de Ptolomeo I, hizo trasladar la tumba de Alejandro Magno hasta Alejandr¨ªa, la ciudad fundada por el emperador en referencia a su propio nombre que tiene una gran importancia hist¨®rica y cultural en Egipto. Alejandro fue all¨ª adorado como un dios al que visitaban los fieles y rend¨ªan tributo, convirti¨¦ndose en objeto de culto hasta el punto de tener sus propios sacerdotes.

La tumba de Alejandro Magno sufri¨® las consecuencias de la accidentada historia de Alejandr¨ªa, ciudad azotada por terremotos y tsunamis adem¨¢s de haber sido centro de batallas y guerras, factores que unidos al paso del tiempo acabaron por destruir y enterrar los restos de la ciudad antigua, quedando estos perdidos y olvidados, entre ellos la tumba del emperador.

?Por qu¨¦ se busca en Alejandr¨ªa la tumba del emperador?

A pesar de las conjeturas y teor¨ªas sobre el devenir de la tumba, su ubicaci¨®n, los posibles traslados o la destrucci¨®n de la misma, las teor¨ªas m¨¢s asentadas son las que dicen que los restos de Alejandro Magno descansaron en Alejandr¨ªa, de all¨ª es de donde se obtienen las ¨²ltimas referencias m¨¢s fiables y es por ello que se siguen buscando en esta ciudad.

Tras siglos y siglos de intentos frustrados, arque¨®logos e historiadores siguen trabajando para encontrar la tumba de Alejandro Magno. En los ¨²ltimos a?os ha habido algunas leves evidencias de que Alejandr¨ªa sigue siendo el mejor foco de b¨²squeda para estos trabajadores. Calliope Limneos-Papakosta, una arque¨®loga griega que ha dedicado buena parte de su carrera a la b¨²squeda de la tumba, descubri¨® excavando en el coraz¨®n de Alejandr¨ªa, donde probabemente hubiese residido el barrio real de la antigua ciudad, una estatua de la ¨¦poca romana que portaba las marcas distintivas del emperador macedonio.

Este tipo de hallazgos, eventuales y que podr¨ªan carecer de importancia a simple vista, son algo m¨¢s que un halo de esperanza para aquellos que centran sus esfuerzos en resolver uno de los m¨¢s grandes misterios de la humanidad, son probablemente evidencias de que las investigaciones van bien enfocadas y, qui¨¦n sabe, quiz¨¢s se est¨¦ cada vez m¨¢s cerca de descubrir la tumba de Alejandro Magno.