El restaurante japon¨¦s que tiene lista de espera hasta 2025: solo trabaja una persona
El restaurante de comida japonesa Yama ofrece un men¨² de sushi variado por unos 68 euros para dos comensales por mesa. Su ¨¦xito se basa en ¡°escuchar al cliente¡±.
Espa?a es uno de los pa¨ªses con las mejores gastronom¨ªas del mundo, por no decir la mejor. Entre sus platos destacan la tortilla de patata, el cocido madrile?o o el pulpo a la gallega, pero, aparte de una gran gastronom¨ªa, en Espa?a tenemos restaurantes de comida extranjera excelentes. Concretamente, en Granada nos podemos encontrar el restaurante de gastronom¨ªa japonesa Yama, un local tan solicitado que no tiene mesas libres hasta 2025.
Esta larga espera de un a?o como m¨ªnimo para poder comer en ¨¦l se debe a tres razones. La primera es la exquisita calidad de sus platos, la segunda es la experiencia gastron¨®mica que se transmite, y por ¨²ltimo, a que en el restaurante solo trabaja una persona, Eric, due?o, cocinero y jefe de sala de Yama. El local tiene dos mesas en total, con dos comensales en cada una, y est¨¢ abierto al p¨²blico durante cuatro d¨ªas a la semana, de mi¨¦rcoles a s¨¢bado, en dos turnos de comidas. Adem¨¢s, Yama cierra sus puertas durante un mes al a?o por vacaciones.
Si nos ponemos a hacer c¨¢lculos, el restaurante sirve a un total de 64 mesas al mes, unos 128 comensales. Debido a su exclusividad y a su buena comida, este local de comida japonesa ya tiene sus mesas reservadas hasta el primer trimestre de 2025.
Un espacio reducido
Cuando abri¨® el local en 2022, Eric ten¨ªa seis mesas altas en el local y contaba con un servicio de cuatro personas por turno. Pese a que en las primeras semanas no entraba gente en el local, algunos d¨ªas consigui¨® llenar el local. ¡°Alguna vez tuve 13 personas estando yo solo para preparar el sushi y servirlo y tardaba 50 minutos en poner las bebidas¡±, afirma Eric. Y aunque contaba con empleados, un d¨ªa no dio abasto y se cort¨® un dedo debido a la presi¨®n. Tras ello, decidi¨® cerrar el local durante un tiempo para replantearse continuar con el negocio. ¡°Decid¨ª hacer lo que era razonable¡±, confirma.
Para cambiar el modelo de negocio, Eric dej¨® ¨²nicamente dos mesas para servir para as¨ª ampliar la experiencia gastron¨®mica. Aunque prepara sushi, y la mayor¨ªa de sus platos llevan pescado, ¨¦l se esfuerza en ofrecer platos sencillos pero con una elaboraci¨®n muy dedicada. El ¨¦xito de Yama, seg¨²n su due?o, se basa en ¡°escuchar al cliente¡±, ofreci¨¦ndole ocho funciones exclusivas, con dos horas de belleza gastron¨®mica, absoluta y sin aditamentos.
Un men¨² cerrado
La comida que ofrece Eric se basa en una propuesta Omakase, en la que, seg¨²n relata ¨¦l, hay que ¡°dejar todo en manos del chef¡±. Su filosof¨ªa es sencilla: la mejor materia prima posible. El men¨² tiene un precio de 68 euros, aunque var¨ªa, seg¨²n la propuesta del d¨ªa. A partir de arroz de variedad koshihikari, ¡°el mejor para sushi¡±, el cocinero elabora nigiris, futomakis y gunkans.