El pueblo de Irlanda que proh赤be el m車vil a los menores de 12 a?os
Todas las asociaciones de padres del municipio de Greystones, de unos 14.000 habitantes, se han puesto de acuerdo para no permitir a sus hijos peque?os tener estos dispositivos electr車nicos
Una de las mayores preocupaciones de los padres y madres en este mundo moderno es la forma en la que la tecnolog赤a puede afectar al desarrollo y la educaci車n de sus hijos. A pesar de que ha tra赤do avances innegables que hacen la vida cotidiana m芍s f芍cil y llevadera, la esfera de internet tambi谷n tiene grandes peligros, especialmente para los menores, que est芍n indefensos ante estas amenazas si no tienen la ayuda y supervisi車n de un adulto.
El debate en torno a la cuesti車n es amplio y aparentemente interminable. No obstante, la mayor赤a de los gobiernos optan por llamar a la responsabilidad individual de los progenitores pero sin sobrepasar la barrera de legislar sobre una cuesti車n que, al fin y al cabo, deber赤a dejarse al juicio de cada n迆cleo familiar. Las opiniones en uno y otro sentido se suceden y, en muchos casos, no se acaba llegando a ninguna conclusi車n que vaya m芍s all芍 de un vago compromiso con cuestiones tan et谷reas como universales. La seguridad de los ni?os, la lucha contra el cibercrimen...
Es cierto, no obstante, que podr赤a ser problem芍tico que un cuerpo legislativo decidiera introducir por ley alguna medida restrictiva de estas caracter赤sticas, ya que podr赤a ser interpretado como una injerencia estatal en los derechos de los padres a dirigir, hasta cierto punto, la educaci車n de sus hijos. Sin embargo, han sido los propios ciudadanos los que han tomado la iniciativa en el pueblo irland谷s de Greystones.
La mecha prendida
Apenas 14.000 habitantes tiene este mediano municipio del verde vecino del Reino Unido. No han sido las autoridades las que han dictado ninguna medida respecto al uso de las nuevas tecnolog赤as, especialmente de los tel谷fonos m車viles, en la infancia. Han sido las familias. Todas y cada una de las asociaciones de padres y madres del pueblo se han puesto de acuerdo para restringirles a sus hijos el acceso a estos dispositivos, al menos, hasta que cumplan los 12 a?os.
Es cierto que, al no ser una directriz de car芍cter oficial sino un acuerdo t芍cito entre asociaciones civiles, no hay forma de hacer que sea seguida por la totalidad de la poblaci車n. No obstante, el alineamiento tan vehemente de todos estos grupos a favor de los t谷rminos de la iniciativa har芍, sin duda, que un porcentaje muy amplio de los ciudadanos de la regi車n cumplan con el compromiso. Un paso adelante que, de funcionar como esperan los promotores, podr赤a extenderse a otras zonas de Irlanda o incluso del mundo.