El lugar m¨¢s peligroso de la historia mar¨ªtima es la alternativa al Canal del Panam¨¢: se ha convertido en un cementerio de barcos
La ruta de Cabo de Hornos, ha sido testigo de numerosos naufragios de barcos en aguas circundantes.
El buque escuela Juan Sebasti¨¢n de Elcano (A-71) se ha propuesto celebrar su noventa aniversario, cruzando por primera vez en la historia, uno de los enclaves mar¨ªtimos m¨¢s dif¨ªciles y peligrosos de la historia: El Cabo de Hornos, testigo de cientos de naufragios y desapariciones en sus aguas circundantes. ¡°El desaf¨ªo no es balad¨ª¡±, se?ala el capit¨¢n de nav¨ªo Ignacio Paz, actual comandante de la nave, ¡°ya que la traves¨ªa ser¨¢ realizada en el invierno austral, cuyas condiciones meteorol¨®gicas no suelen ser precisamente favorables, y no se trata de comprometer la seguridad del barco¡±, a?ade.
Uno de los mayores retos n¨¢uticos
En la zona sur del Cabo de Hornos, la ¨²ltima superficie antes de la Ant¨¢rtida, se juntan los dos oc¨¦anos m¨¢s grandes que engloban a la Tierra, el Pac¨ªfico y el Atl¨¢ntico. Lugares en los que en d¨ªas de tormenta con las aguas embravecidas, el viento y las olas azotan con dureza los mecanismos navales, en un completo desaf¨ªo cuerpo a cuerpo con la naturaleza marina. Navegar en aguas del cabo de Hornos, en efecto, est¨¢ considerado como uno de los mayores retos n¨¢uticos. Su extrema latitud austral (56?S) y la geograf¨ªa al sur del mismo, imponen excepcionales condiciones a la navegaci¨®n, a la par que peligrosas.
Los vientos que persisten en este estrecho, son vendavales que soplan de oeste a este bajo los 40? S y reciben varios nombres dentro del argot del navegante. En primer lugar, los cuarenta rugientes, seguidos por los cincuenta furiosos y los a¨²n m¨¢s violentos sesenta aulladores. Su fuerza es extrema, debido a la canalizaci¨®n que se produce por el pasaje de Drake entre los Andes y la Pen¨ªnsula Ant¨¢rtica.
El peculiar Pasaje de Drake
El temible Pasaje de Drake, denominado por otros como Mar de Hoces, fue descubierto por Francisco de Hoces en 1525, cuando su navegaci¨®n fue arrastrada por el fuerte temporal. Seg¨²n cuenta la tradici¨®n marina, todo marino que atraviese el Drake le ser¨¢ permitido lucir un aro de oro en la oreja izquierda y podr¨¢ orinar en contra del viento. En este sentido, con muchas las historias de exploradores y navegantes que cruzaron esos canales patag¨®nicos y que se jugaban la vida con cada despliegue de velas.
Una de ellas es la del marinero, Willem Schouten, que lleg¨® a esta isla barrida por las tempestades en 1616. El Capit¨¢n y su tripulaci¨®n acabaron en esta zona porque quer¨ªan adelantar a las embarcaciones holandesas de las Indias Orientales, que utilizaban las ¨²nicas v¨ªas conocidas para llegar a los destinos asi¨¢ticos: el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Buena Esperanza. El navegante holand¨¦s estuvo investigando una pista durante varios a?os: En 1578, Francis Drake, durante su circunnavegaci¨®n del globo con patente de corso de Isabel I de Inglaterra para atacar a la flota espa?ola, cruz¨® el Estrecho de Magallanes en direcci¨®n al Oc¨¦ano Pac¨ªfico. Una dura tormenta lo arrastr¨® hacia el sur y descubri¨® que Tierra del Fuego no era un continente en s¨ª, sino que se trataba de una isla. Esto demostraba que exist¨ªa una ruta alternativa, por lo que Schouten aprovech¨® una tregua entre el cielo y el mar y dobl¨® el cabo, al que llam¨® Hoorn en honor al pueblo en que naci¨®.
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