El hombre que reparti¨® ¡®El Gordo¡¯ sin tenerlo y acab¨® en la c¨¢rcel por estafar 1.150 millones de pesetas
Vendi¨® m¨¢s papeletas de las que le correspond¨ªan y tras una confesi¨®n con un sacerdote destap¨® su propia estafa.
La Loter¨ªa de Navidad, m¨¢s que un sorteo, es un acontecimiento que cada a?o re¨²ne a miles de personas que anhelan, aunque sea un peque?o premio, para poder compartirlo con sus seres queridos. Para nuestro pa¨ªs, este es siempre un d¨ªa especial y sobre todo de felicidad, sin embargo, hace 38 en un barrio de Palencia m¨¢s de un centenar de personas pasaron de la alegr¨ªa a la incredulidad en cuesti¨®n de d¨ªas.
El lunes 22 de diciembre del a?o 1986, el n¨²mero 3.772 era el premiado con el primero de los premios que se reparte en el sorteo de la Loter¨ªa de Navidad, el conocido como ¡°El Gordo¡±. Ese n¨²mero reparti¨® alegr¨ªa por toda Espa?a, pero especialmente en Palencia. All¨ª los muchos vecinos compraron participaciones del n¨²mero premiado en el bar del centro de la tercera edad del barrio. Lo que no sab¨ªan qui¨¦nes hab¨ªan comprado esas participaciones es que realmente no ten¨ªan ning¨²n valor.
Jacinto S¨¢nchez Zambrana era el encargado del bar del hogar de la tercera edad de un barrio de la localidad palentina y aprovech¨® la venta de loter¨ªa del establecimiento, para estafar a sus clientes. S¨¢nchez Zambrana hab¨ªa comprado 25.000 pesetas del n¨²mero que posteriormente sali¨® premiado en la administraci¨®n de loter¨ªa n¨²mero ocho de Palencia. Posteriormente, deposit¨® los d¨¦cimos en el banco y puso a la venta 300 papeletas con un valor de 500 pesetas cada una, que seg¨²n el propio Jacinto S¨¢nchez, logr¨® vender unas 240.
El presidente de la residencia de mayores confirm¨® a la prensa por entonces que efectivamente ¨¦l hab¨ªa sellado en primer lugar un talonario con 100 papeletas y posteriormente firm¨® otros dos m¨¢s. Asegur¨®, adem¨¢s, que el mismo confiaba en Jacinto y no dudaba que esas papeletas correspond¨ªan a d¨¦cimos de loter¨ªa.
El sorteo extraordinario de loter¨ªa fue un lunes y durante ese d¨ªa el bar se llen¨® de alegr¨ªa y fiesta al verse ganadores de ¡°El Gordo¡±. Sin embargo, dos d¨ªas despu¨¦s, el estafador se entreg¨® a la polic¨ªa de manera voluntaria y confes¨® el delito.
La confesi¨®n con un cura le hizo reflexionar
Cuentan las cr¨®nicas de la ¨¦poca que Jacinto S¨¢nchez acudi¨® a confesarse con un religioso y tras una larga conversaci¨®n le cont¨® la estafa que hab¨ªa cometido. El cl¨¦rigo le recomend¨® entregarse y fue ¨¦l mismo quien avis¨® a la polic¨ªa para informarles de que Jacinto se entregar¨ªa sin oponer resistencia.
El encargado del bar finalmente pas¨® a disposici¨®n judicial y fue condenado a prisi¨®n por haber cometido una estafa valorada en 1.150 millones de pesetas. Fueron cientos de personas las afectadas que de un momento a otro pasaron de la felicidad a la incredulidad. ¡°Ya dec¨ªa yo que los pobres no pod¨ªamos tener tanta suerte¡±, comentaban los vecinos.
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