Desvelan por qu¨¦ en los supermercados la fruta est¨¢ al principio y el pan al fondo
Los establecimientos tienen estudiadas y depuradas t¨¦cnicas para que la distribuci¨®n de los productos despierte en el cliente un deseo de consumir m¨¢s
Nada es casual en el mundo del marketing. Esta disciplina se dedica casi en exclusiva a pormenorizar, analizar, comprender y, hasta cierto punto, manipular los patrones de conducta del cliente. De esta forma, nace entre el consumidor y el mercado una relaci¨®n simbi¨®tica en la que ambos son influenciados por la forma de comportarse del otro. Es la pescadilla que se muerde la cola. O el mercado es como es por los compradores o los compradores son como son por el mercado.
Los negocios que, seguramente, m¨¢s dominan el neuromarketing son los supermercados. En especial las grandes cadenas, que invierten grandes cantidades de dinero en concienzudos estudios para analizar al detalle las tendencias de compra en cada momento econ¨®mico concreto, as¨ª como las filias y comportamientos sociales que pueden influenciar a la hora de llenar el carrito. De esta forma, eligen la muy estudiada distribuci¨®n de sus productos en los locales.
No es nada raro acudir al supermercado y darse cuenta de que han cambiado una secci¨®n de sitio. Esto se puede deber a que la empresa est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica una nueva t¨¦cnica de marketing destinada a disparar el gasto medio por cliente. Por ejemplo, el hecho de que el pan y otro productos de primer necesidad est¨¦n al fondo del establecimiento. De esta forma, para llegar hasta ellos, habr¨¢ que cruzar todas las otras ¨¢reas, aumentado las posibilidades de que, por el camino, vayamos a?adiendo cosas al carrito.
Carros grandes y vac¨ªos
De igual modo, los productos frescos como la verdura y la fruta, que normalmente se venden a granel, suelen estar cerca de la entrada. Seg¨²n los estudios, este es el momento en el que el comprador es m¨¢s proclive a adquirir bienes. Entre otras cosas, porque, al haber entrado hace poco, a¨²n tiene el carro vac¨ªo y no percibe estar excedi¨¦ndose en el consumo. De igual manera se explica que ahora las cadenas ofrezcan carros m¨¢s grandes que los de antes.
Otro truco es distribuir estrat¨¦gicamente los productos de primera necesidad. Al ocupar estos lugares opuestos de la tienda, se obliga al cliente a recorrerla en su totalidad si quiere acceder a ellos. Y, cuanto m¨¢s tiempo se consiga que el comprador permanezca en el establecimiento, m¨¢s probable ser¨¢ que haga un desembolso monetario considerable. Porque estos lugares no dejan pr¨¢cticamente nada al azar, y una gran maquinaria se despliega con extraordinaria precisi¨®n para alimentar la rueda imparable de la econom¨ªa de mercado.