Compra un d¨¦cimo de loter¨ªa en el bar de siempre y acaba llev¨¢ndose 2 millones de euros: ¡°Nunca hab¨ªa visto nada igual¡±
Un rasca y gana cambia la vida de una vecina de Belluno, Italia.

Una escena poco com¨²n paraliz¨® por unos minutos la rutina de Trichiana, una peque?a localidad de la provincia italiana de Belluno. Una mujer se convirti¨® en millonaria tras rascar una tarjeta de loter¨ªa en su bar habitual, el ¡°Al Bivio¡±, y descubrir que hab¨ªa ganado dos millones de euros.
El boleto, de tipo Gratta e Vinci (el equivalente italiano de los ¡°rasca y gana¡±), fue validado en el propio local, pero la m¨¢quina del establecimiento lanz¨® un mensaje inusual: hab¨ªa que acudir directamente a una entidad bancaria. ¡°Era evidente que aquello no era una victoria com¨²n¡±, explica Martina Colferai, propietaria del bar y testigo directa del momento.
¡°Est¨¢bamos ante un acontecimiento excepcional¡±
La escena fue descrita como intensa. ¡°Nunca hab¨ªa visto nada igual, comprend¨ª inmediatamente que est¨¢bamos ante un acontecimiento excepcional¡±, cuenta Colferai. ¡°Fue una mezcla de alegr¨ªa, incredulidad y casi p¨¢nico. Tuvimos que pedirle que se sentara. Casi se marea¡±.
La noticia se esparci¨® r¨¢pidamente por el pueblo. Al d¨ªa siguiente, el bar estaba lleno de clientes intentando adivinar la identidad de la afortunada.
M¨¢s all¨¢ del misterio, lo que s¨ª quiso destacar la propietaria fue el trasfondo humano de la historia. ¡°S¨¦ que la persona que gan¨® realmente lo necesitaba. Y eso es lo m¨¢s bonito de todo esto¡±. Seg¨²n Colferai, no se trata solo de una suma millonaria, sino de ¡°una ayuda que llega en el mejor momento posible¡±.
A trav¨¦s de la p¨¢gina de Facebook del bar, la due?a comparti¨® una foto del boleto premiado y expres¨® su emoci¨®n. ¡°Llevo diez a?os aqu¨ª, he visto muchos premios menores, pero esto supera todo. Es una bendici¨®n¡±.
Como suele ocurrir en pueblos peque?os, no faltaron las habladur¨ªas. Algunas voces insinuaron que el evento podr¨ªa tratarse de una estrategia de marketing para promocionar el establecimiento. La propietaria fue tajante: ¡°S¨¦ lo que vi, y puedo asegurar que esto fue real. No hay ninguna campa?a detr¨¢s, solo un momento incre¨ªble que tuvimos la suerte de vivir¡±.
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