Adi¨®s de Elon Musk a 100.000 millones de d¨®lares: se convierte en el sexto perdedor m¨¢s rico del mundo gracias a Trump
La fortuna del CEO de Tesla y SpaceX se desploma debido a la ca¨ªda en el valor de las acciones de sus empresas, influenciada por pol¨ªticas arancelarias y tensiones pol¨ªticas.

El magnate sudafricano-estadounidense Elon Musk, fundador de Tesla, SpaceX y otras compa?¨ªas tecnol¨®gicas, ha sufrido una de las mayores p¨¦rdidas patrimoniales del a?o. En cuesti¨®n de meses, su fortuna personal se ha desplomado en m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares, una ca¨ªda que lo sit¨²a como el sexto mayor perdedor de riqueza del mundo en lo que va de 2025, seg¨²n datos recopilados por Bloomberg Billionaires Index. Este batacazo econ¨®mico coincide con una creciente incertidumbre global provocada por las pol¨ªticas arancelarias y el rumbo econ¨®mico impulsado por la administraci¨®n de Donald Trump, ya de regreso en la Casa Blanca.
El regreso de Trump a la presidencia ha venido acompa?ado de una pol¨ªtica proteccionista m¨¢s agresiva que en su anterior mandato. La imposici¨®n de nuevos aranceles a productos tecnol¨®gicos, bater¨ªas y componentes fabricados en Asia ha desatado una cadena de tensiones comerciales con China, Corea del Sur, Alemania y otras potencias industriales, afectando directamente a empresas que, como Tesla, dependen de una red global de suministros y ventas.
Los analistas coinciden en que las nuevas medidas proteccionistas han tenido un efecto inmediato en los mercados burs¨¢tiles. Tesla, cuyas acciones ya ven¨ªan mostrando signos de debilidad desde finales de 2024, ha sido una de las grandes damnificadas por el nuevo marco normativo. En solo unas semanas, su cotizaci¨®n ha ca¨ªdo m¨¢s de un 35%, lo que ha arrastrado consigo una parte sustancial de la riqueza de Musk, cuyo patrimonio depende en gran medida del valor de mercado de sus empresas.
A esta situaci¨®n se suma el creciente descontento de los inversores con el propio Musk, quien ha protagonizado en los ¨²ltimos meses varios episodios controvertidos. Desde su respaldo p¨²blico a Donald Trump, que muchos interpretaron como un gesto oportunista, hasta sus enfrentamientos en redes sociales con altos funcionarios del nuevo gobierno y l¨ªderes de agencias reguladoras, Musk ha ido perdiendo el favor de una parte del ecosistema financiero que anteriormente lo respaldaba casi sin condiciones.
La paradoja de esta situaci¨®n es que, mientras Musk apoy¨® ciertas iniciativas de Trump, como el desmantelamiento de normativas ambientales que afectaban a la industria del autom¨®vil o el impulso a la manufactura nacional, ahora es una de sus v¨ªctimas m¨¢s visibles. El endurecimiento de la pol¨ªtica comercial con China ha encarecido los costes de producci¨®n para Tesla, que sigue dependiendo en gran medida de componentes asi¨¢ticos. Adem¨¢s, las restricciones a las exportaciones han limitado el acceso de la marca a algunos mercados clave, especialmente en Europa y Asia.
Elon guarda silencio
Por otro lado, SpaceX, otra de las joyas del emporio Musk, tambi¨¦n ha visto tensiones en su entorno operativo. Si bien el sector aeroespacial est¨¢ m¨¢s protegido frente a la volatilidad inmediata del mercado, los recortes de presupuesto en ciencia y tecnolog¨ªa que ha empezado a promover la administraci¨®n Trump tambi¨¦n podr¨ªan tener repercusiones a medio plazo para los contratos federales de la empresa. En este contexto, algunos economistas se?alan que Musk se ha convertido en una suerte de chivo expiatorio involuntario de los efectos colaterales del nuevo giro de la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense. Mientras tanto, el propio Musk ha mantenido silencio sobre la ca¨ªda de su fortuna, algo poco habitual en ¨¦l.
Esta ca¨ªda no significa, en cualquier caso, que Musk est¨¦ cerca de perder su influencia global o su posici¨®n de poder. A pesar del desplome, sigue siendo uno de los hombres m¨¢s ricos del planeta, con un patrimonio estimado superior a los 130.000 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, conserva el control de sus empresas clave, que siguen liderando sectores como la movilidad el¨¦ctrica, la exploraci¨®n espacial y las telecomunicaciones satelitales.
Sin embargo, esta situaci¨®n marca un punto de inflexi¨®n. El colapso parcial de su fortuna coincide con un momento delicado en la econom¨ªa mundial, y muestra c¨®mo las tensiones entre pol¨ªtica y empresa pueden tener consecuencias reales incluso para las figuras m¨¢s emblem¨¢ticas del capitalismo tecnol¨®gico del siglo XXI.
Las pr¨®ximas semanas ser¨¢n claves para saber si Tesla logra estabilizar su valor en bolsa, si SpaceX mantiene sus compromisos con la NASA y si Elon Musk, finalmente, decide replantear su estrategia p¨²blica en un nuevo mundo donde los aliados pueden convertirse en verdugos sin previo aviso.
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