A la venta una isla con un castillo a tan solo una hora de Madrid
El fuerte, de mil metros cuadrados, fue levantado en 1923 y tiene de siete a once habitaciones, embarcadero y aeropuerto. Est¨¢ ubicado en una isla, tambi¨¦n a la venta, en un pantano de ?vila.
El mercado de la vivienda est¨¢ lleno de oportunidades extravagantes. Es cierto que en Espa?a funciona de manera m¨¢s activa el alquiler, pero todav¨ªa es posible embarcarse en una aventura al firmar una hipoteca. Y no necesariamente triste. Si uno busca, encuentra. Hay quien prefiere un piso porque ¡®mejor algo ¨ªntimo, ?no?¡¯; quien opta por el chalet, que ¡®yo sin mi jard¨ªn me muero del asco¡¯; y quien decide adquirir una aldea o una villa. Hay gente para todo.
Precisamente por ese motivo a¨²n existen los cuentos de hadas en el mercado inmobiliario. A diferencia de otros pa¨ªses, cuya historia es m¨¢s reciente, Espa?a tiene en su territorio un gran n¨²mero de castillos. Y estos son, en resumidas cuentas, casas. Y muchos, como tal, est¨¢n a la venta. Cerca de Madrid hay uno que riza m¨¢s el rizo: est¨¢ en el medio de un lago. M¨¢s novel¨ªstico imposible.
La estampa es real. Para acceder hay que volar o navegar, no existe la opci¨®n de caminar sobre las aguas. La fortificaci¨®n se halla erguida en un peque?o islote de un pantano en El Barraco, cerca de El Tiemblo, en tierras abulenses. A menos de 90 kil¨®metros de Madrid. Amurallado y con todo lujo de detalle, el castillo tiene colgada la etiqueta de ¡®se vende¡¯ bajo un precio cercano a los tres millones de euros en Idealista.
Una infraestructura interminable y de ensue?o
Como resulta evidente, un castillo tiene m¨¢s metros cuadrados que un piso en el centro de Madrid. Este tiene 1.000, pero es que el terreno en el que se encuentra goza de 11.000. En cuanto a la infraestructura del fuerte, cuenta con siete habitaciones y posee garaje propio, lo cual resulta ciertamente parad¨®jico y hasta c¨®mico si se tiene en cuenta que se trata de una isla. Pero no existe l¨®gica alguna para los caprichos, ni se puede obligar a escatimar en amor propio a aquel que compra un castillo como hogar. No obstante, el lugar s¨ª cuenta con otras opciones para el transporte, como un embarcadero y aeropuerto. Cosa humilde.
De los siete dormitorios, con posibilidad de ampliar a once, puede decirse que son en suite, que tienen chimeneas y unos acabados de pel¨ªcula. A parte, el comprador tambi¨¦n debe saber que hay una enorme sala de fiestas -?qui¨¦n no quiere dar una fiesta en un castillo?-, un magno y digno comedor, una cocina m¨¢s grande que muchas casas cotidianas, recepci¨®n y terrazas con vistas en 360 grados. Todo esto, repartido en cuatro plantas con ascensor, porque unas escaleras de piedra pueden cansar mucho y con tanta habitaci¨®n cuesta decidir d¨®nde caer dormido.
Y queda m¨¢s. La enumeraci¨®n de todas las partes de su infraestructura parece el listado de invitados en una boda real: jardines on¨ªricos, once ba?os, trasteros y sistemas pensados para dotar al lugar de una m¨¢xima comodidad, tales como aire acondicionado, paneles solares para un suministro propio y dos grupos electr¨®genos. Tambi¨¦n hay almac¨¦n y sala de m¨¢quinas, aunque no hay evidencias de puentes levadizos.
Si se quiere hacer redonda la inversi¨®n de ensue?o, hay un ¨²ltimo detalle. No s¨®lo est¨¢ en venta el castillo, sino que tambi¨¦n se puede adquirir la isla. Como no pod¨ªa ser de otra forma, la ¨ªnsula cuenta con sistemas de depuraci¨®n y filtraci¨®n de aguas residuales, calas naturales, muralla, embarcadero y hasta bosques. Uno se pregunta si se pescan peces de oro. El fuerte, que este a?o cumple un siglo de historia, y su enclave, tienen un coste de 2.950.000 euros. Ah¨ª va una aventura inmobiliaria para so?adores afortunados.