?Qui¨¦n era Cleopatra? Faraona de Egipto
M¨¢s all¨¢ del mito que envuelve a la faraona en un aura de belleza excepcional, que algunos estudios discuten, su encanto se encontraba en un intelecto que ha pasado a la Historia por las cr¨®nicas de sus enemigos.
Cleopatra VII ha pasado a la historia como una de las m¨¢s bellas dirigentes de la historia, cuyo reinado estuvo marcado por la facilidad con la que engatus¨® a otros relevantes mandatarios de la ¨¦poca, como Julio C¨¦sar, y su r¨¢pido y triste desenlace.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ del mito que envuelve a la faraona en un aura de belleza excepcional, algo que los ¨²ltimos estudios discuten, su encanto se encontraba en su intelecto.
El comienzo de su gobierno no fue sencillo. Tras la muerte de su padre y la mala fama que este dej¨® se vio en la obligaci¨®n de compartir a sus 18 a?os el trono con su esposo y hermano de 11 contra el que decidi¨® sublevarse. La atrevida acci¨®n supon¨ªa un riesgo y no tuvo el ¨¦xito esperado, por lo que se vio en la obligaci¨®n de huir desencadenando una guerra civil.
En mitad de esta contienda, hace su primera aparici¨®n el aliado m¨¢s importante que Cleopatra pudo llegar a tener: Julio C¨¦sar. El apoyo del m¨¢ximo dirigente romano era esencial para obtener el trono egipcio, como sucedi¨®.
Un intelecto encantador, que iba m¨¢s all¨¢ de su belleza
Como ya mencion¨¢bamos antes, parece que no fue ¨²nicamente su belleza lo que termin¨® por engatusar al emperador, sino su inteligencia. Y es que la faraona, m¨¢s all¨¢ de imagen de femme fatale que nos ha hecho creer Hollywood, supo emplear su f¨ªsico en funci¨®n de sus intereses pol¨ªticos.
Para aquellos acontecimientos de car¨¢cter m¨¢s bien ceremonial, Cleopatra sol¨ªa apostar por una imagen similar a la de la popular diosa egipcia Isis; mientras que en las monedas acu?adas durante su mandato revelan una imagen de la monarca m¨¢s robusta, con una mand¨ªbula similar a la de su padre, algo que lleva a pensar que servir¨ªa para reafirmar su poder, seg¨²n recoge la BBC.
El final de la faraona
La ca¨ªda de Julio C¨¦sar revolucion¨® la Rep¨²blica y enfrent¨® a sus dos posibles descendientes: Marco Antonio (sobrino de C¨¦sar y amante de Cleopatra) y Octavio (hijo adoptivo del emperador, posteriormente conocido como Augusto).
En un primer lugar, Marco Antonio se instal¨® en Atenas, pero no tard¨® en trasladarse a Egipto, junto a la faraona ptolemaica, dando comienzo a una guerra entre la capital romana y la provincia egipcia. A pesar de que los amantes lograron hacerse con un gran ej¨¦rcito, este termin¨® por traicionar a Marco Antonio.
La derrota de Marco Antonio tambi¨¦n hab¨ªa puesto en jaque a la faraona. Esta, m¨¢s all¨¢ de lo que muchos piensan no se suicid¨® por amor. Sab¨ªa que si el ej¨¦rcito de Octavio la capturaba, la pasear¨ªa por las calles de Roma, perdiendo, as¨ª su honor y reputaci¨®n. Por ello, se decant¨® por arrebatarle esa posibilidad a su enemigo, acabando ella misma con su vida.