Varios pa¨ªses europeos se revuelven contra Francia
Las palabras de Macron sobre la cuesti¨®n de Taiw¨¢n han sido interpretadas como un distanciamiento de Washington y una concesi¨®n a China con fines comerciales.
En el patio de la geopol¨ªtica pocas veces llueve a gusto de todos. Las alianzas comerciales suelen imponerse a las militares, ya que sin las primeras no ser¨ªa posible sostener una potencia que necesitase de las segundas para defenderse. Y, bajo esa premisa, Macron visit¨® China: con la baza comercial como garant¨ªa del futuro europeo y con la proposici¨®n de convertir a Pek¨ªn en mediador de la guerra en Ucrania como garant¨ªa del futuro mundial.
No obstante, la implicaci¨®n del presidente franc¨¦s ha chocado de lleno con la cuesti¨®n de Taiw¨¢n; y, obligado a posicionarse, ha optado por una ambig¨¹edad que no ha gustado nada a algunos socios de la Alianza Atl¨¢ntica. ¡°Lo peor ser¨ªa pensar que los europeos debemos ser seguidores y adaptarnos al ritmo estadounidense y a una sobrerreacci¨®n china¡±, ha declarado un Macron que se montaba en un avi¨®n destino al continente asi¨¢tico con la idea de mostrar la fortaleza de la Uni¨®n y que ha vuelto revelando desacuerdos en el seno del bloque europeo.
Desliza la posibilidad de ¡°convertirnos en vasallos¡±
Las palabras de Macron, recogidas por el diario estadounidense ¡®Politico Europe¡¯ y por el franc¨¦s ¡®Les ?chos¡¯, buscaban advertir del riesgo que tienen las democracias occidentales del Viejo Continente si se dejan arrastrar por la corriente de tensiones entre Washington y Pek¨ªn en la defensa, cada uno a su modo, de la isla de Taiw¨¢n.
As¨ª, ha asegurado que si el conflicto en Extremo Oriente se acelera ¡°no tendremos tiempo ni medios para financiar nuestra econom¨ªa estrat¨¦gica¡±, y que en lugar de formar ¡°el tercer polo¡± en la geopol¨ªtica internacional terminar¨ªamos convirti¨¦ndonos en ¡°vasallos¡±. Mientras China estallaba en aplausos por estas declaraciones, los diplom¨¢ticos europeos pon¨ªan cara de preocupaci¨®n y se apresuraban a distanciar estas palabras de la opini¨®n en el seno de la UE: ¡°El presidente franc¨¦s habla siempre en nombre de la Rep¨²blica Francesa¡±.
Polonia y Alemania, entre las que corrigen a Macron
A estos ecos en los pasillos de los edificios de Bruselas se han unido otras voces con nombres y apellidos. En el tornado de reproches a Macron, el primer soplido ha venido de la boca del ministro lituano de Relaciones Exteriores, Gabrielius Landsbergis, que ha reaccionado de forma contundente al proponer por Twitter ¡°que reconozcamos las ventajas y la necesidad de la unidad transatl¨¢ntica (en lugar de) mendigar a los dictadores que ayuden a garantizar la paz en Europa¡±.
Directamente desde terreno estadounidense se ha pronunciado el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien ha criticado las palabras de Macron, por su exceso de amistad con China, y la posici¨®n del gobierno alem¨¢n, por querer concluir contratos comerciales con Pek¨ªn. ¡°Miran con miop¨ªa a China para poder vender m¨¢s productos de la Uni¨®n Europea all¨ª a un costo geopol¨ªtico enorme, haci¨¦ndonos m¨¢s dependientes de China y no menos¡±, ha disparado contra el coraz¨®n geogr¨¢fico de la UE.
Precisamente en Alemania han catalogado de ¡°desafortunadas¡± las palabras de Macron. ¡°Nunca hemos estado en riesgo de convertirnos o de ser un vasallo de Estados Unidos¡±, le ha corregido el ministro alem¨¢n de Defensa, Boris Pistorius. A esta l¨ªnea de cr¨ªtica blanda se ha sumado el primer ministro holand¨¦s, Mark Rutte, quien ha definido el papel de la potencia norteamericana como ¡°indispensable¡±, ya que ¡°sin su apoyo habr¨ªa sido inconcebible que Ucrania resistiera¡±.
M¨¢s all¨¢ de lo que d¨¦cadas atr¨¢s marcaba el infranqueable ¡®tel¨®n de acero¡¯, este infortunio verbal ha tenido una recepci¨®n particular. Aquellos pa¨ªses que pertenecieron al bloque sovi¨¦tico durante la Guerra Fr¨ªa han buscado tradicionalmente, desde que cay¨® la URSS, una buena relaci¨®n con Estados Unidos. Washington es su principal seguro de vida frente a la amenaza rusa. Europa del este ha acusado m¨¢s que cualquier otra parte del continente las palabras de Macron.
Opiniones divididas en Bruselas
Tampoco han tenido buen calado en el seno de la Uni¨®n, donde temen que las palabras del gobernante franc¨¦s eclipsen los esfuerzos de la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, para coordinar la posici¨®n del bloque frente a China. De nuevo, la dificultad de congeniar alianzas por discrepancias entre el valor comercial y geopol¨ªtico-militar de un posible aliado.
Con todo, Macron ha encontrado una voz amiga: la del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien ha dado fe del ¡°gran apego por la alianza con Estados Unidos¡± que tiene el l¨ªder franc¨¦s. ¡°Pero, ?esta alianza significa que sigamos ciega y sistem¨¢ticamente la posici¨®n de Estados Unidos en todos los temas?¡±, ha preguntado ir¨®nicamente, para luego responder con un sincero ¡°no¡±. Sin embargo, ya han llovido dudas en el particular patio europeo de la geopol¨ªtica mundial.