Un concejal del PSOE apoya a Vox para que no gobierne el PP
Se trata del ¨²nico edil socialista de un peque?o pueblo de Toledo, Domingo P¨¦rez, de tan solo 474 habitantes. El partido ha abierto un expediente de expulsi¨®n

Si en general ya es manifiestamente cierto el mantra de que en pol¨ªtica casi todo es posible, la veracidad de este principio se multiplica en el terreno de lo local, donde la cercan¨ªa es mucho mayor y, a menudo, prima lo personal sobre lo ideol¨®gico. Es m¨¢s que habitual que los vecinos de un pueblo voten a un candidato de un partido que, en realidad, no se alinea con sus principios en la arena nacional. El cl¨¢sico ¡°Yo es que voto a la persona¡±. Algo que solo es posible -o que sobre todo es posible- en la proximidad de la gesti¨®n municipal.
Un buen ejemplo es el de Zamora, una ciudad con una notable masa de poblaci¨®n de tendencia conservadora donde, sin embargo, gobierna con mayor¨ªa absoluta Francisco Guarido, militante de Izquierda Unida. Porque, cuanto m¨¢s cercana es la elecci¨®n a la puerta de casa, menos pesa la mochila de las grandes ideas abstractas y m¨¢s interesa lo concreto. Mirar a los ojos al candidato y preguntarle: ¡°?Cu¨¢l es tu proyecto para el sitio en el que vivo yo?¡±.
Claro que, al ser todo tan cercano, tambi¨¦n pueden surgir escenarios inesperados debido a enemistades personales o incompatibilidades de talante entre concejales que, en teor¨ªa, deber¨ªan estar pr¨®ximos a entenderse a juzgar por las siglas de sus formaciones. Y es que un peque?o pueblo de la provincia de Toledo llamado Domingo P¨¦rez, de tan solo 474 habitantes, ha confirmado que los marcos mentales de la pol¨ªtica grande no se pueden aplicar a la peque?a.
Todos contra el PP
La modesta poblaci¨®n ha suscitado un inusual inter¨¦s nacional debido al acuerdo de legislatura al que se ha llegado este s¨¢bado en el pleno inaugural. El resultado de las elecciones fue un empate absoluto entre el Partido Popular y Vox. Absoluto porque no solo obtuvieron un n¨²mero parejo de ediles, con tres cada uno, sino porque adem¨¢s el n¨²mero de votos para cada lista fue id¨¦ntico. 92 para cada una. El s¨¦ptimo sill¨®n fue para el PSOE, con 48 apoyos.
Si se tratara de adivinar el desenlace de esta historia siguiendo la l¨®gica imperante en el terreno pol¨ªtico espa?ol, lo m¨¢s razonable ser¨ªa suponer que de este reparto saldr¨ªa un gobierno de coalici¨®n entre las fuerzas de la derecha, quedando arrinconado el solitario concejal socialista. Pero lo insospechado ocurri¨®. Francisco Araque, del PSOE, ha acabado haciendo alcalde a Gustavo Adolfo D¨ªaz, el candidato de Vox, presumiblemente para evitar a toda costa que el Partido Popular se hiciera con el poder -aunque no se tienen demasiados detalles de las circunstancias concretas que han rodeado al improbable suceso-.
El PSOE ha confirmado que se ha abierto un expediente de expulsi¨®n contra Araque, que de materializarse pasar¨ªa a ser concejal no adscrito. Porque, evidentemente, el pacto t¨¢cito con Vox es una violaci¨®n expl¨ªcita de la pol¨ªtica de pactos esbozada por la formaci¨®n para sus candidatos en los consistorios a lo ancho y largo del pa¨ªs. Pero es que lo que pasa en los pueblos, sobre todo en los peque?os, es impredecible. En algunos sitios parece reinar un realismo m¨¢gico salido directamente de la pluma de Garc¨ªa M¨¢rquez.