Tesh Sidi: ¡°Nosotros empujamos el cambio, el PSOE se queda en una posici¨®n m¨¢s c¨®moda¡±
La ¡®n¨²mero tres¡¯ de Sumar en la candidatura madrile?a habla con Diario As sobre sus ra¨ªces saharauis, el r¨¦gimen marroqu¨ª y las sensaciones dentro de la formaci¨®n de cara al 23J.
Siete de la tarde. Un calor sofocante no deja callej¨®n sin flama en el centro de Madrid. No muy lejos del museo del Romanticismo, en una estrecha r¨²a que sube a la calle de Sagasta, hay un edificio de dos plantas pr¨¢cticamente vac¨ªo con aspecto decimon¨®nico. Por dentro muy amplio, pr¨¢cticamente di¨¢fano y est¨¢ lleno de cristaleras que iluminan todo. Personas suben y bajan con folletos, carteles y abanicos de cart¨®n por unas escaleras que recuerdan el paso de los a?os con cada pisada. ¡°No funciona¡±, dicen de un ascensor de ¨¦poca cubierto por rejas. En el piso inmediatamente superior, una mujer sonriente.
Tesh Sidi (1994) naci¨® en uno de los campos de refugiados que levant¨® el Frente Polisario en la provincia argelina de Tindouf despu¨¦s de que el conflicto del S¨¢hara Occidental desplazase forzosamente a decenas de miles de sus compatriotas a mediados de los setenta. Es ingeniera y experta en Big Data financiero, promotora de Saharawis Today y, de cara al 23J, la n¨²mero tres de Sumar en la candidatura madrile?a. Muy cr¨ªtica con el giro de guion de S¨¢nchez para con su tierra natal, y por delante de nombres como Ione Belarra o ??igo Errej¨®n en las listas, su perfil es uno de los m¨¢s particulares en la pr¨®xima cita con las urnas.
Se identifica con Metamorfosis, de Kafka. Dice que el bicho define muy bien su vida. ?Por qu¨¦?
Porque consigue a trav¨¦s de la literatura llegar al realismo. La persona que lee el libro empatiza con esa cucaracha a la que le cuesta todo. Cuando lo leo por primera vez atravieso una etapa de adaptaci¨®n y de crisis identitaria: una ni?a de acogida en Espa?a, que vive entre dos culturas. La Tesh que todos conocen ahora, abierta y cercana, poco a poco se fue aislando en la adolescencia. Y ese aislamiento es un monstruo. Hay algunos int¨¦rpretes que aseguran que el propio Kafka se vio reflejado en el libro.
?Y c¨®mo pasa esa ni?a saharaui con problemas identitarios a la pol¨ªtica nacional?
Los saharauis estamos en medio de un conflicto pol¨ªtico de herencia colonial. Nacemos despojados de derechos fundamentales, no tenemos un pa¨ªs al que llamar pa¨ªs. Cuando naces privado de estas cosas no te queda otra que hacer pol¨ªtica. Ya eres un sujeto pol¨ªtico porque eres producto de esas injusticias.
Cuando finalizo los estudios y termino en un mundo laboral bien pagado y con grandes posibilidades empiezo a militar y hacer pol¨ªtica por el pueblo saharaui, pero desde un enfoque diferente, con el foco en los problemas que tenemos todos los ciudadanos y, especialmente, aquellos que se agravan en los inmigrantes.
Llama la atenci¨®n por sus ra¨ªces e inquietudes pol¨ªticas que usted pusiera como condici¨®n no trabajar en lo relativo a la inmigraci¨®n en Sumar.
Estamos muy acostumbrados a que las personas migrantes representen a toda la inmigraci¨®n del pa¨ªs. Es imposible. Soy saharaui y a veces me preguntan por Mali (r¨ªe). Y, a parte, soy ingeniera. Empec¨¦ a hacer activismo utilizando la ingenier¨ªa de datos en redes sociales para movimientos de base. Es fundamental pensar en c¨®mo aplicar la ingenier¨ªa para mejorar la vida de las personas.
?C¨®mo voy a aportar m¨¢s? Pues en una transformaci¨®n digital. Obviamente podr¨¦ poner ese punto de empat¨ªa que se necesita para muchas pol¨ªticas migratorias. Pero mi rol, donde puedo destacar, est¨¢ en la ingenier¨ªa de datos, que puede ir perfectamente de la mano.
?Y qu¨¦ propone?
Pol¨ªtica de datos. Quiero hacer que la pol¨ªtica se centre en datos que podamos medir. Que tanto las propuestas presupuestarias como la identificaci¨®n de las propuestas de los ciudadanos se puedan hacer as¨ª. Y que nosotros, como ciudadanos, recuperemos la soberan¨ªa sobre nuestros datos, que ahora la tienen grandes empresas extranjeras.
Horas de espera en la sanidad, transporte p¨²blico¡ Tenemos que poder trackear en tiempo real y, por ejemplo, llegar a casa antes porque sabes que el autob¨²s se va a retrasar. Estos modelos existen, pero est¨¢n externalizados a empresas privadas y, muchas veces, se pierde ese valor cercano. Si hacemos un gobierno mejor ¡®del dato¡¯ podemos fomentar la participaci¨®n del ingeniero para la resoluci¨®n de estos problemas de la ciudadan¨ªa.
Da la sensaci¨®n de que hay un gran contraste entre las webs de muchas empresas privadas y las de la administraci¨®n. Las segundas son, muchas veces, m¨¢s precarias.
Cuando hablamos de digitalizaci¨®n no hablamos de su componente cultural, que es muy importante. Muchos gobiernos que apuestan por una digitalizaci¨®n p¨²blica dedican partidas presupuestarias a consultoras externas, y as¨ª la administraci¨®n pierde soberan¨ªa sobre sus productos tecnol¨®gicos y, adem¨¢s, no llega a muchos municipios peque?os.
Tambi¨¦n es un aumento de coste y elimina, en gran parte, el di¨¢logo, por lo que las soluciones no son homog¨¦neas. Existe un plan estatal, otro auton¨®mico, otro municipal, etc. Hay que fomentar que el conocimiento y el capital humano se queden tambi¨¦n en lo p¨²blico. Para ganar esta batalla cultural hay que concebir lo p¨²blico como empresa, evitando la precariedad laboral y atrayendo a ingenieros y compitiendo salarialmente con el sector privado. Y eso es posible.
Ha manifestado su desacuerdo en el giro de S¨¢nchez para con el S¨¢hara en muchas ocasiones, pero ?cu¨¢l es su pensamiento acerca de la posici¨®n que manten¨ªa Espa?a previamente?
Es cierto que el partido socialista ha ido cambiando su narrativa. De un partido socialdem¨®crata se espera que est¨¦ en l¨ªnea con el derecho internacional, por ello me preocupa que se hable de Marruecos y no de su r¨¦gimen.
Desde la derecha se peca de hablar en apoyo al pueblo saharaui en t¨¦rminos racistas. Y eso es comprar el discurso de la extrema derecha. La cuesti¨®n del S¨¢hara no es prioridad del Partido Popular, sino un contraargumento dentro del bipartidismo que utilizan en campa?a. Aunque s¨ª que reconozco que Aznar impuls¨® un di¨¢logo a tres con todos los actores implicados.
No obstante, la actuaci¨®n de los gobiernos espa?oles siempre ha sido muy tibia. El PSOE habla en t¨¦rminos humanitarios y de solidaridad, pero deslegitiman una lucha anticolonial de hace m¨¢s de cincuenta a?os. Tenemos que volver a t¨¦rminos de responsabilidad hist¨®rica, que es lo que queremos en Sumar. Impulsamos la inclusi¨®n del S¨¢hara Occidental dentro de la ley de memoria hist¨®rica. Espa?a sigue teniendo esa responsabilidad como potencia administradora.
?Qu¨¦ pierden los espa?oles al ceder el S¨¢hara Occidental?
Muchas alianzas y relaciones. Somos un pueblo que habla espa?ol. Marruecos es de habla franc¨®fona. Y este componente cultural, que tenemos con muchos pa¨ªses latinoamericanos, es muy importante. Tambi¨¦n se podr¨ªan facilitar muchos m¨¢s acuerdos desde la horizontalidad. Espa?a ha perdido, aunque no es tarde para retomarlo, el di¨¢logo con el Frente Polisario, que es el leg¨ªtimo representante del S¨¢hara.
Al final, Espa?a, que es un pa¨ªs l¨ªder en derechos humanos, est¨¢ hablando y relativizando relaciones internacionales y acuerdos econ¨®micos con un dictador... Y que un pa¨ªs expansionista primero va a por el S¨¢hara y luego contin¨²a. Es un af¨¢n colonial heredado.
Ceuta y Melilla.
Eso es. Y se ve en la pol¨ªtica migratoria de Marruecos. Cada vez que Espa?a dice algo que no gusta a Marruecos, ¨¦ste utiliza a sus propios ciudadanos como arma pol¨ªtica. Hay que poner los derechos humanos en el centro y no a cualquier precio mantener relaciones internacionales.
El programa electoral de Podemos en 2019 inclu¨ªa un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n para el pueblo saharaui y m¨¢s tarde form¨® parte del gobierno que protagoniz¨® ese giro. ?Qu¨¦ garant¨ªa da Sumar para que no ocurra lo mismo?
La garant¨ªa es hacer pol¨ªtica donde los derechos humanos se alcen. Es la ¨²nica garant¨ªa. No se puede hacer una transici¨®n verde y justa sin derechos humanos. No pueden existir luchas separadas ni ganar derechos por separado. En Sumar, todas las fuerzas pol¨ªticas est¨¢n al cien por cien de acuerdo en la cuesti¨®n saharaui. Nosotros empujamos el cambio, el PSOE se queda en una posici¨®n m¨¢s c¨®moda.
?Vio usted el cara a cara?
S¨ª.
?Qu¨¦ ech¨® en falta?
A Yolanda D¨ªaz (r¨ªe). Mujeres. Y digitalizaci¨®n, que no hablamos de eso y es fundamental a d¨ªa de hoy. En los marcos digitales se habla de metaverso, de una web 3.0. Eso no se puede lograr sin antes solucionar la brecha digital que tenemos. En general, a m¨ª el cara a cara me record¨® a los que ve¨ªa de peque?a. Dos hombres hablando, un debate bipartidista de esa Espa?a a la que nos quieren devolver. Me falt¨® que se hablara de lo que preocupa a la gente: las olas de calor, el precio de la cesta de la compra, la congesti¨®n del transporte, etc. A la gente le preocupa saber c¨®mo va a llegar a la universidad, si cogiendo tres autobuses o uno.
Hace un mes las encuestas dibujaban una victoria clara del bloque de derechas. Y ahora, aunque siga siendo la opci¨®n m¨¢s probable seg¨²n la mayor¨ªa de bar¨®metros, parece que se abre la puerta a una posible victoria del bloque de izquierdas. ?Qu¨¦ sensaci¨®n hay dentro de Sumar?
Muy positiva. A la gente le explican las medidas y sale convencida. Por eso hay un viento de remontada del que habla Yolanda. Las personas comprenden la necesidad de pol¨ªticas verdes, del nuevo modelo productivo y de hablar de coaliciones progresistas a largo plazo. Estamos con much¨ªsimo trabajo, pero confiad¨ªsimos en que conseguimos algo muy importante: que las medidas llegan a la base y que la gente las comprenda y las palpe. Queremos progreso y hablamos desde el optimismo, no decimos ¡®que viene el lobo¡¯.
Feij¨®o es...
El pasado.
?S¨¢nchez?
El pasado
?Y Vox?
La Edad Media.
Una comida.
Pimientos rellenos de arroz.
Una canci¨®n.
Nochentera. Me inspira mucho, me encanta.
Una promesa.
Un gobierno progresista.
Un referente pol¨ªtico.
Yolanda D¨ªaz.
Un libro.
Pensar r¨¢pido, pensar despacio, que adem¨¢s es muy importante.