Tensi¨®n m¨¢xima en Kosovo: Serbia despliega al ej¨¦rcito en la frontera
Serbia moviliza a sus Fuerzas Armadas para cubrir la frontera ¡°el tiempo que sea necesario¡± ante la escalada de tensi¨®n que ha generado la toma de poder de los alcaldes albanokosovares.
Hay un avispero en el Viejo Continente. El zumbido de varias naciones, cuyo n¨²mero la historia de Europa no es capaz de determinar, se deja escuchar en el fondo de una pen¨ªnsula, entre unos montes. Los Balcanes vuelven cada cierto tiempo al plano geopol¨ªtico, sacudiendo los intereses de la coyuntura hist¨®rica que toque, pero siempre bajo una estela que revela como imposible la soluci¨®n del conflicto. Un d¨ªa de la marmota.
Serbia y Kosovo son uno de los retratos de esta tierra aciaga. Ya el a?o pasado revivieron unas tensiones que se saldaron sin mayor problema que el de asumir la imposibilidad de un mutuo acuerdo. Ahora viene otro episodio m¨¢s. Ha sido una ¡°muy dif¨ªcil situaci¨®n¡± en el norte kosovar, all¨ª donde la mayor¨ªa de poblaci¨®n es serbia, donde las protestas han tomado las calles ante el intento de los alcaldes albanokosovares de asumir el mandato. Se desat¨® la ¡°muy dif¨ªcil situaci¨®n¡±. As¨ª lo ha descrito el ministro de Defensa de Serbia, Milos Vucevic; y as¨ª ha justificado el despliegue del Ej¨¦rcito en la frontera.
Alcaldes albanokosovares y calles incendiadas
La situaci¨®n en Kosovo y Metohija ha empujado al Gobierno serbio a tomar esta decisi¨®n militar; y lo han hecho desde una ret¨®rica que Belgrado no ha abandonado nunca: empleando la denominaci¨®n de provincia hist¨®rica serbia y el t¨¦rmino ¡°l¨ªnea administrativa¡± en lugar de frontera. Sobre esta suerte de trazo en un mapa ¡°acabar¨¢ completado en las pr¨®ximas horas¡± el posicionamiento de las Fuerzas Armadas.
Vucevic no ha querido llamar a la puerta de la guerra, pero tampoco quiere que le pisen el felpudo. Por ello, sin significar una de cal y otra de arena, asegura que ¡°no tiene intenci¨®n de jugar a la guerra¡±, pero avisa de que ¡°las l¨ªneas rojas de Serbia son bien conocidas¡±. A lo que se refiere es que la celebraci¨®n de elecciones locales en el norte de Kosovo era un boicot anunciado. Que en Pristina no pueden fingir sorpresa.
Estos comicios nacieron como otros tantos desastres territoriales lo hacen: con el fin de llenar un vac¨ªo pol¨ªtico. Los alcaldes serbokosovares que ocupaban los ayuntamientos decidieron abandonar su cargo en protesta contra el Gobierno Nacional de Kosovo, propiciando que los albanokosovares rellenasen el hueco de poder. Y ni Belgrado ni los serbokosovares lo reconocen. De ah¨ª las protestas. ¡°El tiempo que sea necesario hasta nuevo aviso¡±, ha indicado Vucevic, poniendo marcha atr¨¢s el reloj de arena en el que se ha convertido la vigilia de la frontera.
Rusia acusa a Occidente de no frenarlo
Desde Mosc¨² no han tardado en pronunciarse sobre el lejano zumbido de los Balcanes. Y lo han hecho condenando en¨¦rgicamente lo que, a juicio del Kremlin, es una provocaci¨®n de Pristina que ha llevado la situaci¨®n en Kosovo al borde de una ¡°fase caliente¡±. As¨ª lo ha se?alado la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Mar¨ªa Zajarova, que en una casi obligada visi¨®n antioccidental de cualquier pistola que se dispare en el mundo ha cargado la responsabilidad de la provocaci¨®n antiserbia a Estados Unidos y la Uni¨®n Europea.
¡°Han llevado la situaci¨®n al borde de una fase candente y amenazan la seguridad de toda la regi¨®n de los Balcanes¡±, dice Zajarova; y, girando la cabeza hacia aquellos que apoyan a Ucrania, a?ade: ¡°No hicieron nada para llevar a los albaneses de Kosovo a la cima¡±. Ni los acuerdos de Bruselas de 2013 y 2015 pudieron frenar aquel zumbido. Los Balcanes, ese avispero que no cesa en el Viejo Continente.