Rufi¨¢n vislumbra un pacto PP-PSOE
El candidato de ERC por Barcelona ha alertado de que, si dan los n¨²meros y se presenta la oportunidad, los dos partidos tradicionales formar¨¢n un ejecutivo de ¡®Gran Coalici¨®n¡¯
Es ya larga la peripecia madrile?a de Gabriel Rufi¨¢n. Dio el salto a la arena nacional en 2015, como cabeza de lista por Barcelona de Esquerra Republicana de Catalu?a. Desde entonces, ha sido una pieza destacada del parlamento espa?ol. Su grupo ha oscilado entre la fricci¨®n y la colaboraci¨®n con la administraci¨®n actual. A pesar de los acuerdos alcanzados con la coalici¨®n, en la campa?a se est¨¢n sucediendo algunos reproches mutuos.
No se guarda sus opiniones y, desde luego, no disimula en absoluto sus enormes diferencias con el PSOE. Aunque cercano pol¨ªticamente al flanco Podemos del gobierno, Rufi¨¢n se ha visto inmerso en crud¨ªsimas colisiones contra el partido del presidente. No hace tanto, un por aquel entonces ministro de Exteriores Josep Borell le espetaba al independentista en la c¨¢mara baja que ¡°serr¨ªn y esti¨¦rcol¡± era lo ¨²nico que era ¡°capaz de producir¡±.
Pero, durante estos cuatro a?os, republicanos y socialistas se han visto condenados a entenderse. La aritm¨¦tica electoral era muy clara. Para sacar adelante la mayor¨ªa de sus iniciativas, el ejecutivo ten¨ªa que buscar a los nacionalistas de periferias. Porque alinearse con el Partido Popular -y no digamos ya con Vox- ha sido simplemente imposible en casi todos los frentes. Pero, incluso en esta coyuntura, Gabriel Rufi¨¢n no olvida -ni perdona-.
Beligerancias abiertas
En una reciente entrevista con EuropaPress -aunque el sentido de estas declaraciones no es, en absoluto, algo nuevo en su argumentario- ha querido advertir a los votantes progresistas. El catal¨¢n ha sido claro. Si los n¨²meros dan y el escenario es propicio, el PSOE buscar¨¢ hacer una Gran Coalici¨®n con el PP. Algo que, por descontado, el propio S¨¢nchez desmiente taxativamente. Pero la vehemencia de los de Ferraz no parece impresionar al candidato de ERC.
Rufi¨¢n parece convencido de que, a no ser que las fuerzas a su izquierda tiren de ¨¦l, el PSOE es un actor que tiende a inclinarse hacia la derecha. Por eso, dice, ¡°la clave es darle fuerza al independentismo vasco y catal¨¢n¡±. Es de la opini¨®n de que estos grupos son los ¨²nicos que pueden garantizar un equilibrio verdaderamente de izquierdas. Porque, tal y como ha recordado, si de Pedro S¨¢nchez hubiera dependido, el gobierno de coalici¨®n se habr¨ªa construido con Albert Rivera y no con los morados.
Las maquinarias electorales est¨¢n a todo vapor. Tambi¨¦n en los m¨¢rgenes de la geograf¨ªa espa?ola. Los bloques nacionalistas echan ahora el resto para mantener su influencia en la capital. A izquierda y derecha. Bildu contra PNV en el Pa¨ªs Vasco. ERC contra Junts en Catalu?a. Y, en medio, los partidos estatales. Unos -PP y Vox- abiertamente beligerantes con los movimientos descentralizadores. Otros -PSOE y Sumar-, agitando la bandera del federalismo como soluci¨®n a las eclosiones independentistas. Pero Rufi¨¢n y los suyos tienen su propio discurso y su propia hoja de ruta.