?Qu¨¦ fue de Tamayo y S¨¢ez, los protagonistas del ¡®Tamayazo¡¯ en la Comunidad de Madrid?
?l acab¨® en el sector inmobiliario de Guinea Ecuatorial, ella se reincorpor¨® a su puesto de personal administrativo en un hospital madrile?o.
Ya se acuerda menos gente, pero, en su d¨ªa, el del ¡°Tamayazo¡± fue un esc¨¢ndalo may¨²sculo. Contra todo pron¨®stico, un buen resultado del PSOE en las elecciones auton¨®micas de la Comunidad de Madrid de 2003 abri¨® la puerta a desalojar a los populares de Sol. El candidato socialista, Rafael Simancas, ya parec¨ªa rozar con la punta de los dedos una inesperada derrota a la poderosa Esperanza Aguirre. Solo restaba entenderse con los nueve diputados de Izquierda Unida.
Sin embargo, al final no pudo ser. No porque se revolviera el flanco izquierdo. M¨¢s bien lo contrario. En el momento de la verdad, cuando parec¨ªa todo el pescado vendido, dos d¨ªscolos del PSOE, Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢enz, rompieron la disciplina de voto y mataron cualquier posibilidad de investir a Simancas. Las elecciones se repitieron y, en esta ocasi¨®n, la derecha, que le hab¨ªa visto las orejas al lobo, acudi¨® en masa a votar, asegur¨¢ndole a Aguirre una nueva legislatura.
?Qu¨¦ fue de aquellos socialistas que se declararon en rebeld¨ªa? Una historia tiene m¨¢s enjundia que la otra. Mar¨ªa Teresa S¨¢ez, simplemente, se retir¨® de la vida p¨²blica y volvi¨® a ocupar su puesto de personal administrativo en un hospital madrile?o. Bastante m¨¢s rocambolesca fue, no obstante, la peripecia de Tamayo, que hasta dos veces intent¨® sin ¨¦xito volver a la arena pol¨ªtica.
Inmuebles guineanos
Cuando se repitieron los comicios de 2003, Tamayo trat¨® de capitalizar su pol¨¦mica figura y su fama repentina fundando una marca propia. Concurri¨® con una formaci¨®n de nuevo cu?o llamada Nuevo Socialismo, que ten¨ªa la clara vocaci¨®n de arrastrar a los sectores m¨¢s moderados del PSOE y que, de hecho, se presentaba como una escisi¨®n de la organizaci¨®n de centroizquierda. Apenas sacaron unos pocos miles de votos.
Pero, sin darse por vencido, volvi¨® al ruedo en 2008, bajo el paraguas de otras siglas nuevas. Fue la primera y ¨²ltima experiencia electoral del fugaz Partido Socialdem¨®crata, que consigui¨® a¨²n menos sufragios que el Nuevo Socialismo. Esta vez s¨ª, el protagonista de estas intentonas asumi¨® que no terminaba de cuajar su deseo de entrar en la asamblea, y se repleg¨® de nuevo al sector privado. Pero no de cualquier forma.
Acab¨® trabajando en el sector inmobiliario de Guinea Ecuatorial. Parece que se integr¨® en la cultura local, pues en 2015 tuvo una entrevista con El Mundo en la que se confes¨® devoto de Teodoro Obiang, el f¨¦rreo dictador que lleva d¨¦cadas gobernando el pa¨ªs -y que, por cierto, ha sido reiteradamente denunciado por violaciones sistem¨¢ticas de los Derechos Humanos-. No obstante, la figura de Tamayo est¨¢, desde hace a?os, alejada del foco medi¨¢tico. Solo de vez en cuando se acuerda la gente de aquel pu?etazo sobre la mesa que cambi¨® la pol¨ªtica madrile?a.