?Qu¨¦ fue de Pablo Casado tras su salida del PP tras la guerra con Ayuso?
El que fuera presidente del Partido Popular entre 2018 y 2022 lleva una vida discreta y familiar, alejada del foco medi¨¢tico. La vuelta a la formaci¨®n, una inc¨®gnita que s¨®lo el tiempo resolver¨¢.
Aquellas semanas el Partido Popular fue una novela de John le Carr¨¦ mal escrita. Se podr¨ªa decir que el esp¨ªa surgi¨® del fr¨ªo que hac¨ªa en la oposici¨®n, que en G¨¦nova se levant¨® un muro que separaba dos mitades. Las portadas de los peri¨®dicos deb¨ªan amontonarse en el despacho y, seguramente, alguien tuvo que pedir explicaciones.
Era un mi¨¦rcoles. Un 16 de febrero cualquiera que estaba a punto de virar el rumbo de la formaci¨®n. Una bomba estall¨® desde varios medios cuando, a media ma?ana, se public¨® que la direcci¨®n nacional del PP, a trav¨¦s de una empresa p¨²blica del Ayuntamiento de Madrid, estaba intentando espiar a Isabel D¨ªaz Ayuso. El motivo: un contrato de 1¡ä5 millones de euros en pleno confinamiento. Implicaba al hermano de la presidenta castiza; y ¡®detr¨¢s de los prism¨¢ticos¡¯ se encontraba un tal ?ngel Carromero. Despu¨¦s vino el enfado, las dudas, la p¨¦rdida de apoyos. Pablo Casado, quien fuera presidente del Partido Popular, hab¨ªa firmado su epitafio. Y, al mismo tiempo, el inicio de una nueva vida.
Un retorno a la tranquilidad
Su ¨²ltimo tweet fue de abril, poco despu¨¦s de que los barones le mostraran d¨®nde estaba la salida. De la tormenta. Han pasado 65 semanas de su ¨²ltima fotograf¨ªa en Instagram. Se ha desvanecido. Son pocos los que se acuerdan de la cara que vieron durante casi un lustro en televisi¨®n. Un d¨ªa tras otro. Todos se preguntaron, como la pel¨ªcula de Alfonso Balc¨¢zar, ?D¨®nde vas, triste de ti?, qu¨¦ ser¨ªa de ¨¦l. Y la cuesti¨®n sigue sin respuesta un a?o despu¨¦s.
Se supo que rechaz¨® un puesto ofrecido por el PP europeo que Feij¨®o, quien subi¨® al tren que dej¨® marchar en 2018, le ofreci¨®. Poco m¨¢s. Un reportaje de Paloma Esteban en El Peri¨®dico de Espa?a colocaba algunas fotograf¨ªas encima de la mesa de lo que hab¨ªa sido su vida desde entonces. ¡°Su rutina es estable y no tiene nada que ver con la que ten¨ªa hace justo un a?o¡±, comienza.
Tal y como retrata, Casado cambi¨® de casa y dedica m¨¢s tiempo a su familia. A su mujer y a sus hijos. Sigue manteniendo su pasi¨®n por la diplomacia internacional, que explota en sus proyectos personales, y trabaja cerca de la misma sede que tantas alegr¨ªas y quebraderos de cabeza le caus¨®. Un G¨¦nova 13 diferente. Un lugar tranquilo, con una nueva ilusi¨®n. Siempre bajo el relato de Esteban, un sitio recorrido por unos dirigentes con los que ya no tiene mucho contacto.
Es punto interesante en la decadencia de una vida pol¨ªtica -y la resurrecci¨®n de una personal- las decepciones que supuraron una cicatriz profunda. Seg¨²n detalla, descifrando las palabras que una fuente cercana al expol¨ªtico le confes¨®, ¡°Casado s¨ª se pregunta ahora en confianza, con algunas personas, qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si hubiera tomado decisiones distintas¡±. Entre ellas, la destituci¨®n de Garc¨ªa Egea y el ¡®espaldazo¡¯ de Mart¨ªnez-Almeida; la batalla contra Ayuso.
Sobre su futuro, Esteban insiste en que ¡°cuando sea el momento¡± la formaci¨®n popular intentar¨¢ rehabilitarle. Conscientes las dos partes de que el tiempo sana las heridas, pero con la certeza de que las prisas tambi¨¦n las reabre. Esperando que las manecillas del reloj pasen p¨¢gina en aquella novela de John le Carr¨¦ mal escrita que cambi¨® el rumbo del Partido Popular para siempre.