?Qu¨¦ es la ¡®m¨¢quina del Fango¡¯, la referencia a Umberto Eco que menciona Pedro S¨¢nchez?
El concepto fue ideado por el escritor italiano, un sistema por el cual se intenta difamar la reputaci¨®n p¨²blica de un personaje p¨²blico.
¡°Sin ning¨²n rubor, el Sr. Feij¨®o y el Sr. Abascal, y los intereses que les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano Umberto Eco llam¨® ¡®la m¨¢quina del fango¡¯¡±. Esta fue una de las partes m¨¢s destacadas de la carta a la ciudadan¨ªa que Pedro S¨¢nchez public¨® este mi¨¦rcoles, en la que deja en el aire su continuidad como presidente del Gobierno.
S¨¢nchez habl¨® ayer sobre la denuncia a su mujer, Bego?a G¨®mez, interpuesta por la organizaci¨®n Manos Limpias, una demanda que la Fiscal¨ªa ya ha pedido que se desestime, y que la organizaci¨®n ha admitido que pudo estar basada en noticias falsas publicadas en medios de comunicaci¨®n online. Ante el acoso a su mujer, S¨¢nchez opt¨® por denunciar las acusaciones y cit¨® la ¡®m¨¢quina del fango¡¯.
?Qu¨¦ es la m¨¢quina del fango? Se trata de un concepto ideado por el escritor italiano Umberto Eco en su ¨²ltima novela, N¨²mero cero. En ella, una periodista es contratada en un medio de comunicaci¨®n que se dedica a difamar y chantajear a pol¨ªticos para ganar poder. La m¨¢quina del fango de Eco no se limita a la publicaci¨®n de noticias para da?ar la reputaci¨®n de un pol¨ªtico, pues tambi¨¦n explora la posibilidad de publicar asuntos privados que poco tienen que ver con la labor profesional del pol¨ªtico.
La m¨¢quina del fango de Eco
¡°La m¨¢quina del fango es una forma de deslegitimar al adversario, mostrando aspectos secretos de su vida. Hay que pensar una cosa. Antes, cuando una persona era acusada por un juez, ten¨ªa que demostrar su inocencia. En Italia, cada vez que un juez acusaba a Berlusconi, ¨¦l intentaba demostrar que el juez era culpable. ¡®No me puede juzgar porque ¨¦l es culpable de algo¡¯¡±, explic¨® el autor en una entrevista con La Sexta.
¡°La m¨¢quina del fango toma formas muy curiosas. Para deslegitimar a alguien no es necesario sugerir que hab¨ªa asesinado a su abuela. Es suficiente decir que ha hecho algo normal¨ªsimo, pero el simple hecho de decirlo crea una sombra de sospecha¡±, se?ala Eco, que pone un ejemplo.
¡°Un juez hab¨ªa dictado una sentencia contraria al inter¨¦s del presidente del Consejo. Fue seguido por una c¨¢mara que lo pill¨® fumando muchos cigarrillos, sentado en el banco de unos jardines [...] No pasa nada si un juez quiere descansar un rato y sentarse en un banco, todav¨ªa no estaba prohibido fumar. Pero esto arrojaba una sombra de extra?eza sobre el juez. Uno se lo imagina que ¨¦l est¨¢ haciendo su trabajo, sin embargo, ahora es uno que va por ah¨ª, fumando en los jardines, que es un poco hippie y quiz¨¢s se droga¡±, explica Eco.
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