Putin, cerca de sobrepasar una l¨ªnea roja
El presidente ruso ha admitido que su Ejecutivo se est¨¢ planteando seriamente retirarse de forma definitiva del acuerdo del grano del Mar Negro.
Muy pronto se podr¨ªa escribir otro cap¨ªtulo de quema de puentes entre Rusia y Ucrania. El recrudecimiento de los combates y el enroque de las posiciones de ambos bandos hace que las conversaciones de paz se vean cada vez m¨¢s lejanas e improbables. Pero es que, adem¨¢s, hasta los m¨¢s b¨¢sicos y elementales acercamientos diplom¨¢ticos est¨¢n fracasando. A pesar de los arbitrajes internacionales y de los arduos intentos de conciliaci¨®n de las Naciones Unidas, Putin parece dispuesto a plantarse definitivamente en la cuesti¨®n del acuerdo del grano del Mar Negro.
El conflicto en esta cuesti¨®n viene de lejos. A pesar de las agresiones b¨¦licas mutuas, Ucrania y Rusia firmaron un tratado para crear un corredor seguro a trav¨¦s del compartido Mar Negro para, seg¨²n el documento, permitir que, a pesar de la guerra, siguieran llegando remesas de alimentos a pa¨ªses subdesarrollados, principalmente de ?frica. Sin embargo, cuando el acuerdo caduc¨®, Rusia anunci¨® su negativa a prorrogarlo en los t¨¦rminos preexistentes. El Kremlin puso algunos nuevos puntos sobre la mesa que desde Kiev no parec¨ªan demasiado dispuestos a asumir.
Desde Mosc¨² se ped¨ªa mayor laxitud con las dur¨ªsimas sanciones impuestas por Occidente contra su sector agrario, as¨ª como garant¨ªas reales de que no se utilizar¨ªa el corredor mar¨ªtimo para hacer operaciones militares. Adem¨¢s, desde Rusia han denunciado que, seg¨²n han observado en los ¨²ltimos tiempos, solo un peque?o porcentaje del grano -alrededor del 3%- que atraviesa la regi¨®n acaba llegando a ?frica, y que el resto pone rumbo a naciones del primer mundo, sobre todo de Europa. La mayor¨ªa de estas acusaciones, sin embargo, han sido negadas categ¨®ricamente por el gobierno ucraniano.
Promesas para el Tercer Mundo
Parecieron calmarse someramente los fuegos de la desavenencia cuando entr¨® en el juego un actor neutral, Turqu¨ªa. Erdogan consigui¨® algunos timoratos ¨¦xitos temporales como ¨¢rbitro en las conversaciones de extensi¨®n del acuerdo. Se pactaron unos t¨¦rminos provisionales que permitieron concretar una pr¨®rroga que, sin embargo, tiene fecha de caducidad. Y Putin, parece, optar¨¢ esta vez por la v¨ªa de la ruptura. O eso se extrapola de sus m¨¢s recientes declaraciones al respecto.
¡°Estamos considerando retirarnos del acuerdo del grano¡±. Con estas palabras ha dibujado el mandatario ruso el nuevo rumbo geopol¨ªtico que podr¨ªa tomar su pa¨ªs. Las razones esgrimidas han sido, en realidad, reiteraciones de las denuncias que se llevan haciendo desde el inicio de las negociaciones. El uso de las aguas para fines militares por parte de Ucrania, los asfixiantes castigos de Europa al campo ruso y, sobre todo, la baj¨ªsima proporci¨®n del grano que llega realmente a las naciones africanas.
No obstante, el inquilino del Kremlin ha ofrecido una soluci¨®n para evitar que los pa¨ªses m¨¢s pobres sufran un creciente desabastecimiento a causa de la desaparici¨®n del corredor comercial. Seg¨²n ha asegurado, Rusia est¨¢ preparada para enviar cantidades equivalentes de grano a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo ¡°a coste cero¡±. De esta forma, se apaciguar¨ªan las preocupaciones expresadas por Antonio Guterres, secretario general de la ONU, que expres¨® su intranquilidad ante la perspectiva de que la guerra de Ucrania pudiera provocar una crisis alimentaria en otras zonas del mundo. Lo que est¨¢ en el aire, no obstante, es si el gigante euroasi¨¢tico cumplir¨¢ realmente sus promesas con el Tercer Mundo.