La inteligencia brit¨¢nica advierte de la gran ¡°preocupaci¨®n¡± de Rusia dentro de su pa¨ªs
El Kremlin estar¨¢ teniendo serios problemas para sostener dos relatos. Uno, el de la guerra en Ucrania; y el otro, un episodio de la Segunda Guerra Mundial.

Dentro de Rusia hay una guerra que se est¨¢ librando sin armas. Una de las m¨¢ximas a la que est¨¢ condenada la deriva hist¨®rica es aquella que otorga a los vencedores la capacidad de escribir los hechos de su tiempo. Y as¨ª, las dificultades que tiene Mosc¨² en el frente de batalla son las mismas que encuentra dentro de sus fronteras para explicar qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en Ucrania.
Se trata de una pelea a vida o muerte entre realidad y ficci¨®n. La primera, sustentada por los hechos y ocultada por el secuestro de los medios de comunicaci¨®n estatales rusos. La segunda, apoyada en la difusi¨®n de informaci¨®n falsa y, como todas las campa?as militares, justificada en una analog¨ªa hist¨®rica. En este caso, la experiencia sovi¨¦tica en la Segunda Guerra Mundial. Ahora, tal y como indican desde el ministerio de Defensa brit¨¢nico, la coherencia de este relato empieza a resquebrajarse.
Cancelaci¨®n del desfile por miedo
Tal y como apunta el gabinete de inteligencia, el pasado 18 de abril se anunci¨® por todos los medios del Estado ¡°la cancelaci¨®n de las marchas de recuerdo de la ¡®Gran Guerra Patri¨®tica¡¯ del Regimiento Inmortal de este a?o¡±. Los motivos, ¡°cuestiones de seguridad¡±.
Sin embargo, y siguiendo las suposiciones de dicho parte b¨¦lico, existen muchas probabilidades de que el Ej¨¦rcito ruso no desfile por el miedo de las autoridades a que el n¨²mero de tropas marchando evidencie el alt¨ªsimo n¨²mero de p¨¦rdidas en el campo de batalla. Bajas que, por otro lado, la sociedad civil desconoce.
No queda ah¨ª. La inteligencia de Reino Unido ha apuntado tambi¨¦n a la incertidumbre que ha sembrado el propietario del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, al cuestionar p¨²blicamente ¡°si realmente hay ¡®nazis¡¯ en Ucrania¡±. Poner en duda esta afirmaci¨®n es sin¨®nimo de sospechar de la legitimidad de la invasi¨®n.
La Segunda Guerra Mundial, principal coartada
Ante estas grietas de informaci¨®n y contexto, el Kremlin ha actuado ¡°intentando unificar al p¨²blico ruso en torno a los mitos polarizadores¡± que se ciernen sobre la d¨¦cada de 1940. La Segunda Guerra Mundial, motivo de una de las mayores celebraciones del pueblo ruso, ha sido tra¨ªda al presente hace tan solo unos d¨ªas, cundo la agencia rusa ¡®RIA Novosti¡¯ ha publicado la existencia de unos documentos que implicaban a los nazis en el asesinato de 22.000 ciudadanos polacos en un episodio cruento del conflicto.
Esto fue la Masacre de Katyn de 1940. Ocho d¨¦cadas despu¨¦s, es resucitada en forma de propaganda nacional. Tal y como apunta el ministerio de Defensa de Reino Unido, ¡°en realidad, la agencia predecesora del FSB, la NVKD, fue la responsable¡±. De hecho, la Duma Estatal de Rusia ya hab¨ªa condenado en 2010 a Joseph Stalin por la autor¨ªa de estos asesinatos. A la desesperada, Mosc¨² intenta escribir el relato vencedor consciente de que, dentro de su pa¨ªs, la ficci¨®n y la realidad empiezan a ser incompatibles.