La ¡®Guerra del Fr¨ªo¡¯ entre India y Pakist¨¢n a 6.000 metros de altitud: miles de muertos y ninguno por disparos desde 2003
Desde el alto el fuego de 2003 en el Karak¨®rum, no ha habido ning¨²n muerto por acciones b¨¦licas, pero las condiciones clim¨¢ticas y la altura siguen haciendo estragos.


La guerra entre India y Pakist¨¢n no es algo nuevo. En realidad, comenz¨® cuando Gran Breta?a concedi¨® la independencia de su territorio colonial indio al final de la II Guerra Mundial y se formaron distintos pa¨ªses en agosto de 1947. La parte musulmana decidi¨® separarse de la India para formar Pakist¨¢n como un estado isl¨¢mico. Todo se complic¨® cuando lleg¨® el momento de decidir qui¨¦n se quedaba con Jammu y Cachemira, que ten¨ªa mayor¨ªa musulmana, pero estaba gobernada por hind¨²es, que adem¨¢s quer¨ªan formar un pa¨ªs independiente de Pakist¨¢n e India.
En octubre de 1947, Pakist¨¢n invadi¨® Cachemira. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el maraj¨¢ gobernante decidi¨® pedir la anexi¨®n a India, que entr¨® con tropas en su nuevo territorio para defenderlo. Desde entonces, y hasta nuestros d¨ªas, el conflicto se ha mantenido con escaladas en 1965, 1971 y 1999, pero sin que la tensi¨®n se relaje en ning¨²n momento. De hecho, por el camino, China, que tambi¨¦n reclamaba parte del territorio, se anexion¨® en 1962 el Aksai Chin de la parte india y en 1963 el Valle Shaksgam de la pakistan¨ª.

Guerra en el Karak¨®rum
En 1972 India y Pakist¨¢n acordaron una ¡®L¨ªnea de Control¡¯, como una frontera provisional que ninguno de los dos atravesar¨ªa hasta que no se resolviera el conflicto de forma diplom¨¢tica. Desde entonces, las dos partes han violado esa l¨ªnea en infinidad de ocasiones, pero despu¨¦s de cada incidente se ha regresado a la l¨ªnea en todas las zonas menos en la m¨¢s inh¨®spita del mundo para mantener una guerra. El Glaciar de Siachen, que significa ¡®Donde crecen las rosas salvajes¡¯, a m¨¢s de 6000 metros de altitud, en plena cordillera del Karak¨®rum, donde no hay ¡®L¨ªnea de Control¡¯ que valga y ambos pa¨ªses mantienen una guerra inhumana de posiciones desde 1984.
En abril de ese a?o, fuerzas indias entraron en el glaciar aprovechando que en los acuerdos previos no hab¨ªa quedado demarcado el l¨ªmite fronterizo de esa zona y tras descubrir que Pakist¨¢n tambi¨¦n proyectaba anexion¨¢rsela. Lo controlaron casi por completo, adem¨¢s de los principales pasos monta?osos. Pakist¨¢n solo conserv¨® las laderas occidentales del Saltoro. Inmediatamente, Pakist¨¢n envi¨® tropas y lanz¨® durante a?os repetidas ofensivas sin ning¨²n ¨¦xito. Desde entonces, ha habido m¨¢s de 2.700 muertos seg¨²n las cifras oficiales, aunque se estima que las cifras reales pueden ser de m¨¢s del doble de muertos. Se calcula que en torno al 95% de los fallecimientos no se deben a los combates, sino a las condiciones infrahumanas del terreno. De hecho, desde el alto el fuego de 2003 no ha habido ni una muerte por enfrentamientos armados, pero cada a?o hay docenas de muertos en ambos bandos.

Vivir en el infierno en la tierra
Los dos pa¨ªses siguen teniendo entre 120 y 150 puestos en la zona, con entre 8.000 y 10.000 de soldados desplegados que siguen muriendo a un ritmo implacable por culpa de avalanchas, aludes, grietas, mal de altura, fr¨ªo¡
Los puestos m¨¢s altos del ej¨¦rcito indio est¨¢n a 6.700 metros, los pakistan¨ªes m¨¢s elevados est¨¢n unos 1.000 metros por debajo. La zona de la muerte, en la que la aclimataci¨®n es imposible, se encuentra a 8.000 metros, y por encima de ella solo se puede sobrevivir unas pocas horas. Sin embargo, seg¨²n los estudios cient¨ªficos, por encima de los 5950 metros no se puede vivir durante largos periodos de tiempo ni siquiera mediante largas fases de adaptaci¨®n. Ambos ej¨¦rcitos hacen rotaciones para que sus tropas no se encuentren en los puestos m¨¢s altos por m¨¢s de seis semanas. Aun as¨ª, los soldados pasan muchos meses muy arriba y es habitual que sufran mal de altura, y en algunos casos edemas pulmonares y cerebrales que pueden ser fatales.

Por si fuera poco, la temperatura media en la zona ronda los 20 grados bajo cero, y en invierno las temperaturas pueden descender hasta los -60?C. Lavarse puede ser un ejercicio de riesgo por las congelaciones, y cocinar es complicado. Si a eso le unimos la reducci¨®n dr¨¢stica del apetito a esas alturas, los soldados a su regreso pueden haber perdido entre 20 y 30 kilos de peso. Amputaciones por congelaci¨®n, da?os cerebrales, ceguera, depresi¨®n, locura, tendencias suicidas... Estar destinado al glaciar Siachen es lo m¨¢s parecido a vivir el infierno en la tierra¡ sin que haga falta dar un solo tiro.
Y lo peor es que el inter¨¦s estrat¨¦gico del glaciar es nulo. La guerra m¨¢s in¨²til entre todas las guerras in¨²tiles de la historia.
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