EEUU se mete en la contraofensiva de Ucrania
Estados Unidos aprueba el suministro de bombas de racimo a Ucrania. La mayor¨ªa de pa¨ªses europeos se niegan a suministrar estas destructivas municiones, y la ONU pide que dejen de emplearlas en el conflicto.
Estados Unidos ha cruzado un nuevo puente. Desde hace meses, Ucrania pide a sus aliados occidentales suministro a gran escala de los proyectiles conocidos como bombas de racimo. Se llaman as¨ª porque, una vez lanzado el artefacto, este se fragmenta liberando numerosos objetos explosivos. Esto hace que la devastaci¨®n sea total en el radio de alcance del ataque. Un arma de un potencial letal abrumador que Rusia ha estado utilizando ampliamente durante el conflicto.
Pero las implicaciones de aumentar la presencia de bombas de racimo en la guerra van m¨¢s all¨¢. Cuando dejen de silbar las balas, el bando vencedor tendr¨¢, forzosamente, que hacer una meticulosa labor de desminado para evitar que la poblaci¨®n civil siga en peligro incluso tras la llegada de la paz. El problema de los explosivos de fragmentaci¨®n es que no todos los trozos que se desprenden se detonan en el momento, ya que tienen un peque?o margen de error. Todos aquellos que no liberan su estruendo reci¨¦n aterrizados, quedan en el lugar, pudiendo desatar la destrucci¨®n mucho tiempo despu¨¦s.
Un centenar de pa¨ªses, entre ellos grandes potencias militares como Francia o Alemania, son actualmente firmantes del Tratado de Oslo (2008). Este grupo de naciones se comprometi¨® a no emplear bombas de racimo en sus actividades b¨¦licas. Sin embargo, hay tres pa¨ªses fundamentales en la escena internacional que no suscribieron el texto. Ucrania, Rusia y Estados Unidos. De hecho, la potencia norteamericana ha hecho uso extenso de este invento fatal en guerras como Iraq o Afganist¨¢n.
Preocupaci¨®n internacional
La posici¨®n de Europa sigue siendo firme. Un rotundo no a la petici¨®n de Zelenski que, a¨²n hoy, se mantiene. Sin embargo, Estados Unidos ha cambiado finalmente de parecer. Tal y como adelant¨® el portavoz de Consejo de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, la Casa Blanca ha dado el visto bueno a enviar grandes remesas de estos artilugios mortales. Seg¨²n ha indicado el gobierno federal, antes de mandar el cargamento se har¨¢n exhaustivas a fin de garantizar que los arsenales est¨¢n en buena condici¨®n, minimizando as¨ª la posibilidad de que queden partes de la bomba sin explotar que puedan herir posteriormente a civiles.
La ONU se ha mostrado extremadamente preocupada ante este nuevo rumbo marcial, que podr¨ªa llevar a un recrudecimiento a¨²n mayor de las hostilidades. La preocupaci¨®n principal de los organismos internacionales es la repercusi¨®n que todo esto puede tener sobre civiles desarmados, que ya han muerto por miles en el ¨²ltimo a?o. Entidades independientes como Humans Rights Watch han sido a¨²n m¨¢s expl¨ªcitas en su petici¨®n a Estados Unidos de que de marcha atr¨¢s a este movimiento. Sin embargo, todo parece cerrado y definido. El nuevo paquete de pertrechos guerreros ha puesto rumbo a Kiev.