Hungr¨ªa ¡®rompe¡¯ la l¨ªnea de la Uni¨®n Europea
El primer ministro h¨²ngaro se reafirma en su equidistancia entre Kiev y Mosc¨² mientras el resto del continente cierra filas en torno a Zelenski.
Viktor Orban lleva a?os siendo un dolor de cabeza para muchos de sus colegas europeos. El jefe de gobierno de Hungr¨ªa ha sido, desde su ascenso al poder, una nota discordante en la regi¨®n. Siempre ha hecho gala de su independencia frente a Bruselas, y es uno de los baluartes del euroescepticismo reciente. Con una l¨ªnea pol¨ªtica marcadamente¨¢ conservadora, Orb¨¢n est¨¢ en el punto de mira, entre muchas otras cosas, por su pol¨¦mica postura frente a la invasi¨®n de Ucrania.
Mientras todo el continente se situa detr¨¢s de Zelenski y contin¨²a contribuyendo al esfuerzo de guerra ucraniano, el primer ministro h¨²ngaro ha optado por mantener la equidistancia entre Kiev y Mosc¨². Una suerte de ¡°tercera v¨ªa¡± marcada por el temor a las consecuencias que una ruptura econ¨®mica con Putin tendr¨ªa para la econom¨ªa de su pa¨ªs. Y es que los lazos entre Hungr¨ªa y Rusia son estrechos debido, en parte, a la lejan¨ªa pol¨ªtica del ejecutivo actual con los valores europeos y a la relativa cercan¨ªa geogr¨¢fica ¡ªaunque, en realidad, es con Ucrania con quien colinda¡ª.
Desde que estall¨® la guerra, que el pr¨®ximo 24 de febrero cumplir¨¢ un a?o, Orb¨¢n ha autorizado env¨ªos de ayuda humanitaria a territorio ucraniano, pero se ha negado rotundamente a discutir la posibilidad de enviar armamento. De hecho, recientemente acus¨® a sus socios europeos de haber escalado el conflicto con su apoyo b¨¦lico a la naci¨®n invadida. Seg¨²n el mandatario h¨²ngaro, la guerra contra Rusia no es su guerra. ¡°Si queremos la seguridad de Hungr¨ªa y asegurar su paz, solo tenemos una ¨²nica opci¨®n: mantenernos fuera del conflicto entre Rusia y Ucrania¡±, declar¨® en un discurso recientemente.
Un l¨ªder d¨ªscolo
Orb¨¢n ya dio que hablar la semana pasada, despu¨¦s de que se compartieran las im¨¢genes de la reuni¨®n de Zelenski con todos los jefes de gobierno de los estados miembro de la uni¨®n. Mientras que los dem¨¢s dirigentes se mostraron extremadamente amables y sol¨ªcitos con el invitado, el h¨²ngaro hizo gala de una extraordinaria frialdad y lejan¨ªa, llegando al punto de ser el ¨²nico entre los anfitriones que no aplaudi¨® a Zelenski a su llegada.
Ucrania no es el ¨²nico punto de desacuerdo entre Orb¨¢n y el resto del continente. Las acusaciones de mermar la calidad democr¨¢tica en Hungr¨ªa han sido constantes en los ¨²ltimos tiempos, as¨ª como la denuncia de sus pol¨¦micas posiciones respecto a los derechos de los homosexuales. Esto choca frontalmente con el esp¨ªritu pluralista y occidentalista que las instituciones europeas predican pr¨¢cticamente desde su fundaci¨®n. Todo esto llev¨® a la expulsi¨®n del Fidesz, la plataforma de Orb¨¢n, del Partido Popular Europeo, algo que termin¨® de asentar el paulatino viraje hacia la derecha experimentado en el pa¨ªs.
No obstante, Orb¨¢n cuenta con una ampl¨ªsima mayor¨ªa parlamentaria. Su partido ocupa 135 de los 199 esca?os del parlamento h¨²ngaro. La oposici¨®n europe¨ªsta est¨¢ cada vez m¨¢s acorralada en una naci¨®n que ha seguido la senda del culto a a la personalidad. Viktor Orb¨¢n se ha vuelto fuerte apuntalando su figura y erigi¨¦ndose en uno de los ¨²ltimos defensores del tradicionalismo en Europa. De momento, parece enrocado en su equidistancia respecto a la guerra, mientras los ¨®rganos de la Uni¨®n Europea tratan en vano de reconducirlo hacia una pol¨ªtica com¨²n que plante cara al expansionismo ruso.