El truco para ahorrar papel higi¨¦nico
Aplastar el rulo de papel antes de introducirlo en el portarrollos contribuye a economizar su uso, al igual que dosificar las cantidades empleadas.
Desde mediados del siglo XIX hay un producto que ha llegado a los hogares de Occidente para quedarse: el papel higi¨¦nico. Su producci¨®n en masa, que se remonta a 1857, ha supuesto un antes y un despu¨¦s en el ¨¢mbito de la higiene personal. Y, a d¨ªa de hoy, nos cuesta imaginar tener que prescindir de ¨¦l.
Sin embargo, su uso resulta perjudicial para el medio ambiente, especialmente si lo consumimos de forma masiva. Asimismo, el coste mensual que supone este producto a una familia puede aumentar considerablemente el precio de la cesta de la compra, sobre todo si se trata de un hogar muy numeroso. Por eso, os proponemos algunos trucos que pueden contribuir a economizar la cantidad de papel higi¨¦nico consumida en cada casa.
El primero de ellos pasa por aplastar el rulo antes de colocarlo en el portarrollos. De esta manera, a la hora de ir a coger papel, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil desenrollarlo. Y, por tanto, la persona que lo vaya a usar se limitar¨¢ a utilizar la estricta cantidad que precise, ni un cacho m¨¢s. Porque, aunque se haga de manera inconsciente, hay quien tiende a coger m¨¢s de lo que necesita.
Otros m¨¦todos
Adem¨¢s de este, hay otros trucos que tambi¨¦n pueden contribuir a economizar el uso del papel higi¨¦nico o, al menos su coste. Eso es lo que ocurre cuando se compra en paquetes de grandes cantidades, que el precio por rollo se ve disminuido. Tambi¨¦n se puede dosificar la cantidad de papel que empleamos por uso.
Otra opci¨®n es buscar v¨ªas alternativas, sustituir el papel higi¨¦nico por otros productos. Por ejemplo, en algunos hogares ya han apostado por usar toallas de tela reutilizables o limpiarse directamente con agua, como hacen en Oriente Medio y Asia.
Los romanos usaban una esponja con vinagre
La llegada del papel higi¨¦nico a la mayor¨ªa de hogares no sucedi¨® hasta mediados del siglo XIX, por lo que a lo largo de la Historia de la Humanidad ha habido m¨²ltiples maniobras para mantener una buena higiene personal en este ¨¢mbito. En Grecia y Roma el equivalente al actual papel higi¨¦nico era el pessoi, que consist¨ªa en peque?os restos de piedra o cer¨¢micas rotas.
Pero ese no es el ¨²nico utensilio. En la Antigua Roma, por ejemplo, existe documentaci¨®n de un artefacto llamado tersorium. Este consist¨ªa en una esponja mojada en vinagre clavada a un palo. Sin embargo, seg¨²n detallan en National Geographic, los historiadores desconocen si serv¨ªa para limpiar el cuerpo humano o las letrinas de los ba?os.
Donde s¨ª empleaban algo similar era en China. En las antiguas letrinas los expertos han descubierto lo que han denominado ¡°palos de higiene¡±, que consist¨ªan en unos trozos de bamb¨² envueltos en tela. Es m¨¢s, es en China donde han encontrado los primeros prototipos de lo que terminar¨ªa convirti¨¦ndose en lo que hoy denominamos papel higi¨¦nico.
Desde el siglo II d.C
Los historiadores datan algunos modelos similares al papel higi¨¦nico en el siglo II d.C. La prueba reside en un trozo de papel de c¨¢?amo localizado en la tumba del emperador Wu Di, cuyo mandato sucedi¨® en esa ¨¦poca. Se trata de un tipo de papel que resulta demasiado tosco para ser empleado en la escritura, por lo que los expertos creen que se usaba para la higiene personal.
M¨¢s adelante, a finales del siglo XIV, ya hay datadas producciones masivas de papel higi¨¦nico realizado con arroz. Este iba destinado a la familia imperial china, seg¨²n recoge la revista estadounidense. Y, finalmente, a partir del siglo XIX, el inventor Joseph Gayetty fue el que puso en marcha la idea de papel higi¨¦nico que ha llegado a nuestros d¨ªas.