El misterio de los huevos de Faberg¨¦: las siete joyas imperiales que siguen perdidas
Piezas ¨²nicas, hist¨®ricas, de zares y nobleza, que desde principios del siglo XX est¨¢n en paradero desconocido.
En pa¨ªses Dinamarca o Rusia, tambi¨¦n en pa¨ªses europeos con climas muy fr¨ªos, los huevos decorados son un regalo que se intercambia en el Domingo de Resurrecci¨®n.
Los huevos que las aves pon¨ªan en primavera eran el final al hambre del invierno, antes de que el clima permitiera salir a cazar y mucho antes de que las gallinas fueran domesticadas y se utilizaran a diario en alimentaci¨®n familiar.
La historia cuenta que para conservar los huevos y distinguir su fecha de puesta y recolecci¨®n, se decoraban, con hoja, pigmentos. Durante el tiempo de Cuaresma impuso la prohibici¨®n de comerlos hasta el Domingo de Pascua, y en la ¨¦poca de la Edad Media comenzaron a intercambiarse en las iglesias como regalo.
La decoraci¨®n se volvi¨® cada vez m¨¢s compleja, m¨¢s bella, un arte incluso, y durante el Renacimiento aparecieron los huevos de chocolate. Francisco I de Francia recibi¨® uno de estos novedosos huevos, que al partirlo dej¨® a la vista una maravillosa Pasi¨®n de Cristo tallada en chocolate. Maravilla.
Rusia precursora de los Faberg¨¦
La zarina Mar¨ªa recordaba las tardes en las que decoraba huevos de pascua, sobre todo un huevo - joya de la colecci¨®n que ten¨ªa una t¨ªa danesa. El zar, enamorado, encarg¨® a Faberg¨¦ el primer huevo de la que se llama la colecci¨®n de ¡°huevos imperiales¡±, que se entregaron unos d¨ªas antes de la Pascua de 1889.
Los siete huevos perdidos
- Primer huevo imperial: fue ordenador al joyero Carl Faberg¨¦ por el zar Alejandro III para en 1885 para su esposa. Es conocido como el Huevo de Gallina, esta hecho de oro y tiene un esmalte exterior blanco para darle al huevo la apariencia de uno normal. Cuando se ¡®abre¡¯ hay una yema de oro que deja ver una gallina de oro sentada en un nido de paja, tambi¨¦n de oro. La gallina ten¨ªa hasta las plumas de la cola de oro, y se abr¨ªan nuevamente para descubrir una r¨¦plica de oro de la corona Imperial de la que colgaba un rub¨ª que Marie Feodorovna pod¨ªa usar en una cadena de oro que ven¨ªa con el huevo.
- Segundo huevo imperial: de los m¨¢s desconocidos. La gallina con pendiente de zafiro, que Faberg¨¦ fabric¨® en 1886. La joya desapareci¨® en 1922.
- Tercer huevo imperial, creado en 1887, Faberg¨¦ hizo un huevo de oro no mucho m¨¢s grande que un huevo de gallina. Se sentaba en un pedestal de oro con tres pies de patas de le¨®n. El huevo desapareci¨® tras la revoluci¨®n francesa hasta que lleg¨® a parar a manos de un chatarrero de Estados Unidos en el a?o 2014 que lo quer¨ªa fundir. Hasta que ley¨® que podr¨ªa ser un huevo hist¨®rico y valer 20 millones de libras esterlinas. El Tercer Huevo Imperial El huevo era un huevo de oro amarillo que se asentaba sobre su propio pedestal dorado de piedras preciosas con patas de le¨®n. Si presionabas sobre un diamante que hab¨ªa en la parte delantera del huevo, la parte superior dejaba ver un reloj de damas con las manos de oro. El reloj se hab¨ªa retirado de la caja y montado sobre una bisagra para que pudiera girar en posici¨®n vertical, lo que permit¨ªa que el huevo pudiera ser utilizado como un reloj de mesa.
- Cuarto huevo imperial: Huevo con querub¨ªn y carruaje. Regalo a Marie Feodorovna en 1888. Es una especie de Cupido que tira de un huevo grande en un carro de dos ruedas que se asemeja a una carretilla. La ¨²ltima vez que se vio fue en 1922.
- Quinto huevo imperial o huevo del neceser. Regalo de Alejandro III a Marie Feodorovna en 1889. Se trata de otro de los peque?os huevos de Faberg¨¦, tiene diamantes incrustados de 13 pulgadas. En 1952 una casa de subastas lo vendi¨® por 1.200 libras a un an¨®nimo. Como en otras ocasiones, nadie se dio cuenta de que era uno de los huevos rusos imperiales.
- Sexto huevo imperial o huevo malva. Regalo del zar Nicol¨¢s II a Marie Feodorovna en 1897. Otro huevo del que no hay im¨¢genes. Se describe como un ¡°huevo de esmalte de color p¨²rpura¡± con tres miniaturas. Las miniaturas son la sorpresa dentro del huevo. El huevo est¨¢ desaparecido desde 1917. En 1978 se compr¨® un peque?o marco en forma de coraz¨®n que se abre en un tr¨¦bol de tres hojas con los retratos del zar, su esposa y su hija, y se cree que podr¨ªa ser ese. C¨®mo se lleg¨® a separar del huevo ese marco con las fotos de la familia real, y donde est¨¢, es un misterio.
- S¨¦ptimo huevo imperial o huevo de nefrita. Regalo del zar Nicol¨¢s II, a Marie Feodorovna en 1902. El huevo es descrito como un ¡°huevo en el estilo del Imperio¡±, de nefrita con oro, dos diamantes y una miniatura, un retrato del Zar como sorpresa. La ¨²ltima vez que se vio fue en 1917, cuando el huevo fue enviado de San Petersburgo a Mosc¨² debido a la amenaza de avance de las tropas alemanas. Despu¨¦s, desapareci¨®.
- Octavo huevo imperial o Huevo del jubileo dan¨¦s. Regalo del hijo del zar, Nicol¨¢s II, a Marie Feodorovna en 1903. S¨®lo ha sobrevivido una fotograf¨ªa en los archivos Faberg¨¦. El huevo azul y blanco sentado en su pedestal es uno de los huevos m¨¢s grandes de Faberg¨¦. La sorpresa es un cuadro de doble cara, con un retrato del padre de Marie Feodorovna, el rey Christian IX de Dinamarca, por un lado, y su madre, la reina Louise, por el otro. La ¨²ltima vez que fue visto fue en 1903 en Copenhague, donde Marie Feodorovna hab¨ªa ido a celebrar la Pascua y el 40 aniversario de su padre como rey. Nicol¨¢s II le envi¨® el huevo por correo. El destino del huevo sigue siendo un misterio.
- Noveno huevo imperial o Huevo conmemorativo de Alejandro III. Regalo del hijo del zar, Nicol¨¢s II, a Marie Feodorovna en 1909. Existe una fotograf¨ªa en blanco y negro del huevo. Se describe como un huevo de esmalte blanco con rayas de oro, decorado con 3.500 diamantes tallados en rosa. En el interior hay un busto de oro de Alejandro III decorado con diamantes tallados en rosa tambi¨¦n. La ¨²ltima vez que fue visto fue en 1917. No hay datos que indiquen que fue transportado a Mosc¨² para su custodia durante la Revoluci¨®n Rusa. Nadie sabe si fue robado o d¨®nde podr¨ªa estar.