DISCURSO DEL REY
Discurso 赤ntegro del Rey: Felipe VI reitera su apoyo a Ucrania y avisa de los peligros de la divisi車n
Felipe VI realiz車 su tradicional discurso de Navidad desde el Palacio de La Zarzuela. Ucrania, la Constituci車n, la subida de precios... son algunos temas que trat車.
Buenas noches,
Me alegra mucho poder estar en vuestros hogares y seguir cumpliendo con esta tradici車n de transmitiros mis mejores deseos, sobre todo de paz, en esta Nochebuena; y tambi谷n de compartir con vosotros algunas reflexiones sobre los acontecimientos m芍s relevantes del a?o que ahora termina.
El 2022 ha sido ?est芍 siendo todav赤a? complicado y dif赤cil. Como no han sido nada f芍ciles los 迆ltimos a?os. Cuando cre赤amos haber superado lo peor de la pandemia 〞sin duda, la mejor noticia〞 en el mes de febrero Rusia invadi車 Ucrania y, desde entonces, hemos sido testigos de 10 meses de una guerra que ya ha causado un nivel de destrucci車n y ruina dif赤ciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana. Hemos vivido el sufrimiento del pueblo ucraniano y seguimos sintiendo, con una profunda tristeza, la p谷rdida de miles de vidas humanas.
A los ucranianos refugiados en nuestro pa赤s y a todos sus compatriotas les enviamos, especialmente hoy, nuestro recuerdo y afecto.
Estamos as赤, ante una nueva guerra en Europa, en las fronteras de algunos de nuestros socios europeos y aliados, y, por tanto, cerca de nosotros; y que no solo afecta a Ucrania, sino que tiene una trascendencia global. Por ello, nuestra seguridad tambi谷n se ha visto afectada. Espa?a, adem芍s de reforzar con nuestros aliados la capacidad de defensa colectiva, se ha unido a la inmensa mayor赤a de la comunidad internacional para apoyar a Ucrania; y para reafirmar su compromiso de que la soberan赤a, la integridad territorial y la independencia de los Estados son principios irrenunciables de un Orden Internacional basado en reglas y que siempre debe buscar la paz.
En ese sentido, la cumbre de la OTAN que se celebr車 en Espa?a, en Madrid, sirvi車 para reforzar la unidad de todos los miembros de la Alianza, y tambi谷n de la Uni車n Europea. Esta guerra, junto a los efectos tambi谷n de la pandemia, est芍 teniendo, adem芍s ?como es evidente?, un profundo impacto sobre la econom赤a; ha provocado una crisis energ谷tica con consecuencias graves en la industria, el comercio, el transporte y particularmente en las econom赤as familiares.
La subida de los precios, especialmente de los alimentos, provoca inseguridad en los hogares. Tener que hacer frente a gestos cotidianos, como encender la calefacci車n o la luz o llenar el dep車sito de gasolina, acaba siendo una fuente de preocupaci車n e implica 每en muchos casos每 importantes sacrificios personales y familiares. Porque, en efecto, hay familias que no pueden afrontar esta situaci車n de una manera prolongada y necesitan el apoyo continuo de los poderes p迆blicos para paliar sus efectos econ車micos y sociales.
Todo el nuevo escenario que vivimos 每la guerra, la situaci車n econ車mica y social, la inestabilidad y las tensiones en las relaciones internacionales每 est芍 causando en nuestra sociedad, l車gicamente, una gran preocupaci車n e incertidumbre. No podemos ignorar la seriedad de estos problemas, pero tampoco podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar.
Lo primero 每y una vez m芍s每, debemos tener confianza en nosotros mismos, como Naci車n. La transformaci車n y modernizaci車n de Espa?a de las 迆ltimas 4 d谷cadas, gracias al 谷xito de nuestra transici車n a la democracia y la aprobaci車n de nuestra Constituci車n, avala esa confianza. Como tambi谷n la justifica la superaci車n de otras crisis econ車micas, sociales o institucionales que hemos vivido; la m芍s reciente, la de la COVID. Somos un pa赤s que, como ahora, siempre ha sabido responder 每no sin dificultades ni sacrificios每 a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos a?os.
Adem芍s de creer en nosotros mismos, en nuestra capacidad, necesitamos 每siempre, pero m芍s a迆n en tiempos dif赤ciles每 el mayor compromiso de todos con nuestra democracia y con Europa, con la Uni車n Europea, que son las dos columnas vertebrales sobre las que se asientan nuestro presente y nuestro futuro.
Las democracias en el mundo est芍n expuestas a muchos riesgos que no son nuevos; pero cuando hoy en d赤a los sufren, adquieren una particular intensidad. Y Espa?a no es una excepci車n. Pero hay tres sobre los que quiero detenerme porque me parecen muy importantes: la divisi車n es uno de ellos. El deterioro de la convivencia es otro; la erosi車n de las instituciones es el tercero.
Un pa赤s o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La divisi車n hace m芍s fr芍giles a las democracias; la uni車n, todo lo contrario, las fortalece.
En Espa?a lo sabemos por experiencia propia. Nuestra Constituci車n, fruto del di芍logo y del entendimiento, representa la uni車n lograda entre los espa?oles, como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia, para una joven democracia. Hoy, con el paso de todos estos a?os, nuestros valores constitucionales est芍n enraizados en nuestra sociedad; y son por ello la referencia donde los espa?oles debemos seguir encontrando la uni車n que nos asegura estabilidad, cohesi車n y progreso. Y que nos garantiza una convivencia que, como he destacado a menudo, es nuestro mayor patrimonio.
Una convivencia que requiere en nuestra vida colectiva el reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideraci車n a las personas, a sus convicciones, y a su dignidad. Que necesita guiarse por la raz車n; que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir.
En esa tarea, necesitamos fortalecer nuestras Instituciones. Unas Instituciones s車lidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los j車venes en la superaci車n de muchos de sus problemas cotidianos. Instituciones que respondan al inter谷s general y ejerciten sus funciones con colaboraci車n leal, con respeto a la Constituci車n y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud. Y este es un prop車sito diario con el que las Instituciones debemos estar siempre comprometidas.
Creo que, en estos momentos,todos deber赤amos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra uni車n, para nuestra convivencia y nuestras instituciones.
No podemos dar por hecho todo lo que hemos construido. Han pasado ya casi 45 a?os desde la aprobaci車n de la Constituci車n y claro que han cambiado, y seguir芍n cambiando, muchas cosas. Pero el esp赤ritu que la vio nacer, sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido. Son un valor 迆nico en nuestra historia constitucional y pol赤tica que debemos proteger, porque son el lugar donde los espa?oles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias; el lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad.
Europa es el segundo compromiso al que antes me refer赤a. Europa represent車 y representa para Espa?a tambi谷n la libertad. Contribuy車 a consolidar nuestra democracia, a potenciar nuestro crecimiento econ車mico y nuestro desarrollo social. Hoy, compartimos muchos de sus problemas y contribuimos a sus decisiones con nuestra propia personalidad y nuestros intereses.
Los desaf赤os comunes a los que nos enfrentamos, desde los sanitarios a los financieros o los relacionados con nuestro modelo energ谷tico o medioambiental reciben soluciones integradas en el marco com迆n de la Uni車n Europea. Por ello, lo que se decide cada d赤a en la Uni車n afecta 每y mucho每 a la vida cotidiana de todos los espa?oles. Esa es la realidad.
Somos Europa, pero tambi谷n necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia pol赤tico, econ車mico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad. Estoy seguro de que el compromiso de Espa?a quedar芍 reforzado con la Presidencia rotatoria de la Uni車n que asumir芍 el a?o que viene.
Dec赤a al comienzo que vivimos tiempos, sin duda, de incertidumbre. Pero si el 谷xito de una naci車n depende del car芍cter de sus ciudadanos, y de la personalidad y el esp赤ritu que mueve a su sociedad, debemos tener razones para mirar al futuro con esperanza.
Somos una de las grandes naciones del mundo, con muchos siglos de historia, y los espa?oles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino, nuestro futuro. Cuidando nuestra democracia; protegiendo la convivencia; fortaleciendo nuestras instituciones.
Debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente esp赤ritu de renovaci車n y adaptaci車n a los tiempos. Con confianza en nuestro pa赤s, en una Espa?a que conozco bien, valiente y abierta al mundo: la Espa?a que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad; la Espa?a responsable, creativa, vital y solidaria. Esa Espa?a es la que veo, la que escucho, la que siento en muchos de vosotros; y la que, una vez m芍s, saldr芍 adelante. En manos de todos nosotros est芍.
Y ya finalmente, en esta noche tan especial, os agradezco mucho vuestra atenci車n y junto a la Reina y nuestras hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sof赤a, os deseo que teng芍is una muy feliz Navidad y A?o Nuevo.
Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas