Las se?ales que podr¨ªan avisar de la vuelta de ¡®El Ni?o¡¯: la posible fecha de llegada
Un sat¨¦lite ha detectado ondas Kelvin que se mueven hacia Sudam¨¦rica arrastrando agua c¨¢lida y aumentando el nivel del mar, s¨ªntoma del fen¨®meno clim¨¢tico.
Cada varios a?os el cielo se vuelve irreconocible en Colombia. Son unas nubes de comportamiento dif¨ªcil, peculiar. Cuando El Ni?o pasa por Sudam¨¦rica, arrastra consigo todo tipo de estragos. Igual que cuando lo hace por Centroam¨¦rica y por el sureste asi¨¢tico. Se trata de un fen¨®meno relacionado con el calentamiento del Pac¨ªfico que desata unas lluvias tan severas como ocasionales. Y un calor sofocante. Caprichos poco emp¨¢ticos que ocasiona la inestabilidad en la presi¨®n atmosf¨¦rica. El culpable de muchas anomal¨ªas clim¨¢ticas alrededor del mundo.
Aunque son muchos los expertos que se?alan un intervalo de entre dos a siete a?os como el tiempo que tarda el fen¨®meno en llegar, lo cierto es que se no es f¨¢cil reconocer su llegada. Y rodear con un l¨¢piz en el calendario el mes en el que llamar¨¢ a la puerta es vital para poder afrontar tan indeterminada ¨¦poca. Ante la incertidumbre de la siguiente aparici¨®n de El Ni?o, desde muy lejos, un sat¨¦lite ha enviado unos datos sobre el nivel del mar que podr¨ªan poner fecha a las inclemencias.
Agua en movimiento y en calentamiento
Se trata del Sentinel-6 Michael Freilich, un aparato con forma de tejado a dos aguas pirenaico que gira en torno al planeta y que ha detectado un signo muy revelador: ondas de Kelvin, de entre 5 y 10 cent¨ªmetros de altura en la superficie oce¨¢nica y con un ancho de cientos de kil¨®metros. Lo diferencial: que se mueven de oeste a este hacia la costa oeste Sudamericana. A chocar con el Per¨².
Habitualmente, cuando dichas ondas se generan en el ecuador arrastran agua c¨¢lida. Lo hacen del Pac¨ªfico occidental al oriental. Y esto, a su vez, se asocia con niveles m¨¢s altos de mar, lo que representa un s¨ªntoma de El Ni?o, junto con las temperaturas oce¨¢nicas c¨¢lidas por las costas hacia las que se dirigen las ondas interceptadas. Agua en movimiento y en calentamiento.
Las consecuencias del fen¨®meno son diferentes seg¨²n la zona a la que llegue. Mientras que el fr¨ªo y la humedad pueden convertir el suroeste de los Estados Unidos en una California de paraguas y cielo encapotado, su aparici¨®n tambi¨¦n genera, simult¨¢neamente, una sequ¨ªa en el Pac¨ªfico occidental que transforma los cielos de Indonesia y Australia en una Texas asi¨¢tica.
?Cu¨¢ndo podr¨ªa llegar?
Poco han tardado en pronunciarse los cient¨ªficos que componen el proyecto Sentinel-6 Michael Freilich. Uno de ellos, Josh Willis, ha confesado a trav¨¦s de un escrito corporativo que estar¨¢n ¡°observando este El Ni?o como un halc¨®n¡±. Trabaja en el Laboratorio de Propulsi¨®n a Chorro de la NASA que, curiosamente, se encuentra en California. Y su evaluaci¨®n, as¨ª como la de otras administraciones, es firme: a finales de verano.
¡°Si es grande, el globo terr¨¢queo ver¨¢ un calentamiento r¨¦cord, pero en el suroeste de los EE.UU podr¨ªamos estar viendo otro invierno h¨²medo, inmediatamente despu¨¦s del remojo que tuvimos el invierno pasado¡±, ha aclarado; a lo que a?ade que cuando miden ¡°el nivel del mar desde el espacio usando alt¨ªmetros satelitales, conocemos no solo la forma y la altura del agua, sino tambi¨¦n su movimiento¡±, poniendo nombres cient¨ªficos a aquellas extra?as formas celestes que adopta un cielo extra?o y nublado. Irreconocible.