Hallazgo in¨¦dito en Marte

El planeta rojo. Desde la Tierra, el desierto fr¨ªo y de color ¨®xido que se extiende por las hect¨¢reas y hect¨¢reas de un mundo en silencio se aprecia como una estrella anaranjada. Brilla m¨¢s que el resto. Cuando cient¨ªficos se?alados por una locura astron¨®mica -algunos deb¨ªan estarlo- apuntaron a las similitudes entre nuestra casa en el Sistema Solar y la de nuestro vecino marciano -de ah¨ª viene- como s¨ªntoma de que un d¨ªa Marte fue habitable, pocos les creyeron. Cada d¨ªa, la distancia de a?os luz que separaba esa hip¨®tesis de la realidad se hace un kil¨®metro m¨¢s peque?a.

Un robot terr¨ªcola se encarga de ello. Desde febrero de 2021 vaga en solitario, pisando piedras y analiz¨¢ndolas. Desech¨¢ndolas. Estudi¨¢ndolas. Hace cosa de un a?o, Rover se interes¨® por un dep¨®sito en forma de abanico. Una duna de tierra y piedra, quiz¨¢ los restos de un antiguo delta fluvial, una red que flu¨ªa hacia el cr¨¢ter Jezero. El borde frontal hab¨ªa sucumbido a una m¨¢s que prehist¨®rica erosi¨®n, cuya prueba irrefutable se encontraba en la roca sedimentaria que integra lo el posible y antiguo oasis sideral.

Con fuerza, con vida, como en la Tierra

Las ¨²ltimas im¨¢genes que llegan desde el espacio exterior son, precisamente, de esta roca. Para poder fotografiarla, Rover se ha desplazado a la parte superior del abanico. Un peque?o giro y el ascenso escalonado. Las capas curvadas de la formaci¨®n rocosa no dejan duda: han obtenido su forma por el flujo del agua.

En unas declaraciones a CNN, la cient¨ªfica adjunta del proyecto Perseverance en el Laboratorio de Propulsi¨®n a Chorro de la NASA, Katie Stack, ha sido certera. Es algo in¨¦dito. ¡°Este abanico representa realmente la historia principal del agua en el cr¨¢ter¡±, ha confesado.

Del cr¨¢ter fluy¨® en alg¨²n tiempo y a otro lugar lleg¨®. Una especie de mar, de humedal. ¡°Con el rover, en realidad nos estamos moviendo a trav¨¦s de diferentes ambientes que una vez tuvieron agua asociada a ellos. As¨ª que aqu¨ª, en Jezero, tenemos pruebas de lagos, deltas y r¨ªos antiguos¡±, completa Stack. Las ¨²ltimas im¨¢genes muestran que, adem¨¢s, hab¨ªa cierta profundidad en el extinto t¨ªo. Y que el agua se mov¨ªa con fuerza. Con vida. Como en la Tierra.

Una estrella oxidada

Concretamente, las dos im¨¢genes -en mosaico- que ha empaquetado Rover con destino a un laboratorio terr¨ªcola desvelan cantos rodados y granos de sedimentos gruesos. ¡°Esto indica que se trata de un r¨ªo de gran energ¨ªa que transporta muchos residuos. Cuanto m¨¢s potente es el flujo de agua, m¨¢s capaz es de mover grandez piezas de material¡±, reza un comunicado firmado por Libby Ives, investigadora del laboratorio favorito del solitario Rover.

El puzle toma forma. Un r¨ªo que transportaba grandes escombros, rocas marcianas, desde otros puntos del planeta rojo hasta el cr¨¢ter Jezero. No era casualidad que se pareciera a un delta. El agua hab¨ªa tallado un paisaje escarpado que el viento sac¨® punta, como un bistur¨ª, all¨ª donde el silencio se interrumpe con las pisadas de un Rover extra?o y visitante. Hubo un gran r¨ªo. Mucho tiempo atr¨¢s. No estaban locos aquellos cient¨ªficos. So?aban lejos de casa, en una estrella oxidada.