Hallan uno de los mayores misterios de los vikingos en una runa
Un estudio llevado a cabo por expertos daneses y suecos revela la importancia de la reina Thyra, que aparece mencionada en cuatro runas diferentes.
El mundo de la ciencia nunca deja de sorprendernos. M¨¢s de mil a?os han pasado desde que los talladores de lo que hoy en d¨ªa es Dinamarca dejaran escrito el legado de sus l¨ªderes vikingos. Son las conocidas como runas, unas piedras ¨²nicas en las que se narran las haza?as y logros de los antepasados. Con sus golpes de cincel sobre la roca, podemos conocer la vida y obra de grandes personas la ¨¦poca. Y un reciente estudio de dos conjuntos de piedras r¨²nicas hace referencia a una mujer, Thyra, que contar¨ªa con un importante poder en la ¨¦poca.
Gracias al estudio de escaneos en tres dimensiones, un equipo de investigadores daneses y suecos ha conseguido establecer una semejanza entre los grupos de runas de Jelling y de B?kke-L?borg. Las del segundo grupo estaban asociadas al tallador Ravnunge-Tue, pero no as¨ª las del primer conjunto de runas. Al menos, as¨ª era hasta esta nueva investigaci¨®n, que desvelar¨ªa la importancia de Thyra en la ¨¦poca.
Y es que la referencia a las mujeres en las runas era algo poco com¨²n en la era vikinga, lo que habla de su importancia en el nacimiento del reino dan¨¦s, seg¨²n explicaron los cient¨ªficos en la revista Cambridge University Press. ¡°Es fascinante aprender m¨¢s sobre el tallador de runas y los nombres de la piedra¡±, asegura la doctora Katherine Cross, profesora de la Universidad York St. John.
Dos conjuntos de runas, mismo tallador
El primero de los conjuntos analizados fueron unos monumentos conocidos como las piedras de Jelling, erigidos sobre la ciudad del mismo nombre sobre el a?o 965. La m¨¢s grande de estas piedras se conoce como el ¡°certificado de nacimiento de Dinamarca¡±, pues es el primer monumento que da nombre al pa¨ªs cuando sus habitantes se pasaron al cristianismo.
Tanto en la m¨¢s grande como en la m¨¢s peque?a se nombra a una figura real: la reina Thyra, madre del que fuera rey Harald ¡®Diente Azul¡¯ Gormsson, a quien se le atribuye la fundaci¨®n del estado dan¨¦s. La peque?a fue levantada en honor al esposo de Thyra (padre de Harald, quien levant¨® las runas), el rey Gorm. La piedra fue nombrada como ¡°la fuerza/salvaci¨®n de Dinamarca¡± (o ¡°el adorno de Dinamarca¡±, en funci¨®n de la traducci¨®n, afirman los investigadores). La mayor de las piedras fue erigida para honrar a sus padres.
Pero no es el ¨²nico conjunto de piedras que hacen referencia a esta poderosa, en funci¨®n de su presencia en estas runas, reina Thyra. Otro conjunto de monumentos, conocidos como grupo B?kke-L?borg, tambi¨¦n la mencionan en dos de sus piedras. Si bien se asocian al talador Ravnunge-Tue, los expertos no ten¨ªan claro si Thyra era la madre de Harald. De ser as¨ª, ser¨ªa la persona m¨¢s mencionada en las piedras r¨²nicas de la era vikinga: menos de diez piedras r¨²nicas en Dinamarca de la era precristiana mencionan a mujeres, y cuatro de ellas hacen referencia a la reina Thyra.
¡°Si hubiera una conexi¨®n, ser¨ªa muy probable que todas las piedras se refieran a la misma mujer, Thyra, madre de Harald. Ning¨²n otro hombre o mujer vikingo en Dinamarca ha sido mencionado en tantas piedras r¨²nicas. Debe haber tenido un poder y una posici¨®n social extremos¡±, afirma la autora principal de la investigaci¨®n, la doctora Lisbeth M. Imer, del Museo Nacional de Dinamarca. Para establecer la asociaci¨®n, los expertos escanearon las piedras y crearon modelos digitales en 3D, para despu¨¦s medir los surcos de las runas y analizar el ¨¢ngulo, la profundidad y el ritmo de corte.
¡°Cada tallador de runas desarrolla su propia habilidad motora y sostiene las herramientas en un ¨¢ngulo determinado, golpea con cierta fuerza. La habilidad motora es individual y otros individuos no pueden copiarla¡±, se?ala Imer. Y tras el estudio, la sorpresa: tanto la altura de las runas como la longitud y la ubicaci¨®n de las ramas de las runas eran similares. ¡°En las inscripciones de L?borg y Jelling se puede seguir el ritmo cortante de Ravnunge-Tue como un golpe profundo del cincel seguido de dos no tan profundos¡±, concluye.